Categorías: Opinión

Sembrar vientos

Los españoles hemos tenido que aprender a marchas forzadas que las sociedades multiétnicas, multirraciales y multirreligiosas son difíciles de manejar. Acaso debería haber escrito difíciles de gobernar. Puede que en este caso dé lo mismo una palabra que otra. Era difícil para nosotros comprender en su justa dimensión los conflictos raciales, las escuelas y los transportes públicos segregados, los espectáculos y los comercios segregados, etcétera, que veíamos en las películas norteamericanas. Aquello nos quedaba demasiado lejos, no sólo lejos en el espacio sino lejos en la comprensión exacta de lo que allí sucedía y por qué sucedía. Era ‘casi’ lógico que tuviéramos dificultades para interiorizar que había unos ciudadanos que se negaban a compartir espacios de la ciudad con otros ciudadanos que eran negros. Incluso, en nuestra ignorancia o ingenuidad, creíamos, por alguna razón que se nos escapaba, que acaso debería ser así. Aquí, el negro era una curiosidad cromática. Conocíamos a Machín y a algún otro cuando circulábamos por la Costa del Sol. La diversidad nos quedaba lejos, muy lejos. Desconocíamos, por falta de uso, las palabras ‘racista’, ‘racismo’. Además, estábamos poco viajados y, por consiguiente, nos pasábamos el tiempo mirándonos el ombligo. O casi. Pero hete aquí que a finales de la década de los noventa empezó un proceso llamado inmigración ilegal que nos obligó a reflexionar sobre lo que se nos estaba viniendo encima sin comerlo ni beberlo. A partir de ahí ya es historia conocida. Demasiado conocida.
Respecto de nuestra propia ciudad, ese proceso comenzó un poco antes, y, así, empezamos a observar, eso sí, con sorpresa, que el número de individuos de origen magrebí iba en aumento. Aumento debido  principalmente a la concesión de permisos de residencia, y luego nacionalizaciones gratuitas, a marroquíes que al olor de las concesiones de esos permisos de residencia entraron en masa en nuestra ciudad. El aumento vegetativo descomunal de ese colectivo hizo el resto. No se oculta a nadie que el ceutí autóctono empezó a sentirse, si no escandalizado, sí molesto por el aumento tan exponencial de individuos procedentes de Marruecos. Ciertos barrios fueron tomando un aspecto diferente del que siempre habían tenido. El personal originario empezó a abandonarlos y a ubicarse en otras zonas de la ciudad. Esos barrios se fueron marroquinizando e islamizando lentamente, pero sin pausa. A todo ello hay que añadir que el asentamiento ilegal de marroquíes nunca cesó y, por tanto, siempre ha habido que poner en marcha una labor, digamos, de integración con respecto de esos nuevos que se estaban asentando en el territorio. A ello habría que añadir que no pocos ceutíes van a buscar pareja a Marruecos, lo que significa que siempre hay que empezar a integrar a alguien. El corolario de todo esto es que los recién llegados y los pocos que eran naturales de aquí comenzaron a reclamar un lugar al sol. Lo cual es justo a todas luces. Pero, eso sí, con el tiempo esa reclamación fue llevada a cabo de una manera un tanto poco ortodoxa. A veces por las bravas y con gran urgencia y exigencia. Entonces el ciudadano de origen europeo empezó a torcer el gesto. Comenzaron a oírse palabras como ‘racista’ y ‘racismo’. Ello cogió, es cierto, al ceutí de toda la vida con el pie cambiado. Todo lo que vino después se precipitó a la velocidad de la luz.
Y así llegamos en la actualidad a una ciudad de ochenta y tantos mil habitantes, de los cuales treinta y tantos mil son de origen magrebí. Una ciudad que es líder en todas las carencias. No hace falta repetirlas. Y es cierto que sobre el sector de origen magrebí recae más necesidades que sobre cualquier otro colectivo de la ciudad. También es cierto que este colectivo se ha reproducido ‘alegremente’ y cuando han llegado las vacas flacas han empezado las reclamaciones a los regidores de la Ciudad, regidores que han ido solventando la papeleta de unos y de otros como buenamente han podido. Pero hete aquí que este colectivo de origen magrebí se ha recubierto de cierta capa de victimismo, victimismo que enarbola como si de una bandera se tratase. Este colectivo cuenta con apóstoles que una vez y otra se dedican a sembrar mala conciencia en los otros colectivos de la ciudad. Es más, disparan dardos empapados de racismo y otras lindezas. Incluso, este colectivo ha llegado a pedir derechos específicos para su comunidad, como plazas reservadas para ellos en las instituciones de la ciudad, lo cual a todas luces es peligroso pues conduce a una fragmentación de la sociedad considerada como un todo.
Lo que no se le oculta a nadie es que la inmensa mayoría de las tropelías que se cometen en Ceuta las cometen individuos que pertenecen al colectivo de origen magrebí. Asesinatos, homicidios, atentados a la Fuerzas del Orden y a los servicios públicos, pertenencia a organizaciones salafista-yihadistas, a bandas de narcotraficantes, desobediencia a la policía, etcétera. Ellos han sembrado vientos y ahora, al tiempo que se envuelven  en la capa del victimismo y de la religión,  culpan de sus propias desdichas a los demás ciudadanos. Suena patético que en estos momentos se les pida a los ciudadanos de origen europeo altura de miras, generosidad y superación de prejuicios en aras de la cohesión social y de la convivencia, cuando en realidad ese comportamiento abyecto acaso sea debido a que no pocos individuos de ese colectivo tal vez no sepan, todavía, cómo dejar atrás la “cueva tribal”.

Entradas recientes

Nacho Gaitán e Isa Contreras, los vencedores en el deporte ceutí en el año 2023

Una Gala del Deporte 2024 que no dejó indiferente a nadie. El evento continuó con…

17/10/2024

Aisar y María Bohórquez, los mejores deportistas de Ceuta en 2022

Tras un año sin que se celebrara la popular Gala del Deporte de Ceuta, este…

17/10/2024

“El periodista puede llegar donde la Policía no”

La periodista Elena Merino cuenta con una amplia experiencia en el mundo del periodismo entrelazado…

17/10/2024

Aves de la península tingitana, la historia de 30 años

La Sociedad de Estudios Ornitológicos de Ceuta ha presentado en la tarde de este jueves…

17/10/2024

Ceuta se va de ‘Ruta de la Tapa Perfecta’

Salir por los bares de Ceuta siempre es buena idea. Si, además, existe la excusa…

17/10/2024

Jornadas de Criminología: los escenarios asociados al crimen

La clausura de las II Jornadas de criminología en Ceuta ha estado protagonizada por Paz…

17/10/2024