Cruz Roja rescató en la noche de ayer a un inmigrante magrebí que había intentado su entrada a nado. Y no es la primera vez que lo hacía, ni la primera que conseguía su propósito, aunque fuera durante unos meses. Y que este sin papeles, que se encontraba en buen estado de salud, tenía una historia particular. Hacía varios meses había conseguido no sólo su entrada en Ceuta sino también su pase a la península. Residió de forma clandestina en Gerona hasta que las fuerzas de seguridad le detectaron y expulsaron.
Ayer noche lo volvió a intentar. Enfundado en un traje de neopreno e incluso con dinero que traía oculto, consiguió burlar la vigilancia marroquí. Ya en aguas de Ceuta fue auxiliado por Cruz Roja al tener serias dificultades para alcanzar la orilla. Tras su reconocimiento en el puerto deportivo fue entregado a la Policía Nacional a la que ya conoce y de la que ya imagina el destino que le darán: devolución al vecino país. No hay dos sin tres: es la leyenda diaria de la inmigración.