La Tercera División se nos hace mayor. Con 91 años a las espaldas, cada temporada que pasa se desdibuja más la esencia de la que surgió cuando, un 10 de febrero de 1929, nació el Campeonato Nacional.
Pese a su nonagésimo primer aniversario, toda una vida repleta de historias, la competición doméstica, la más cercana, la más humilde, la más modesta, no mantiene el mismo esplendor y atractivo que en sus inicios.
Ha llovido mucho desde que el campeonato liguero diera su pistoletazo de salida y desde entonces, miles partidos han salpicado la geografía española, primero con balones de cuero cosidos a mano para dar paso a los actuales, sintéticos y perfectamente esféricos. Pero en el proceso de perfección, la Tercera perdió el valor añadido de ser la categoría de bronce del fútbol español para ser el pozo en el que muchos equipos se hunden sin remedio, hasta desaparecer. Un torneo injusto que perdió, y sigue perdiendo, emoción con cada innovación federativa.
Desde 1929, hasta la fecha, 14 equipos de Ceuta han paseado el nombre de la ciudad por la categoría:
Agrupación Deportiva Ceuta FC; Sociedad Deportiva Ceuta; Agrupación Deportiva Ceuta; Asociación Deportiva Ceuta; Asociación Deportiva Ceuta B; Hércules de Ceuta; Imperio Riffien; África Ceutí; Imperio de Ceuta; O'Donnell; Racing de Ceuta; CD Miramar; Serrallo CF y Murallas de Ceuta FC. Y para muchos, sus méritos han quedado diluidos con los añadidos de la Española.
En 1977, la Tercera perdió sus galones de bronce para colgarse al cuello un sambenito de una tercera que era cuarta y que puede pasar a ser la quinta si se cumplen los peores augurios de muchos entendidos con los que puede pasar la próxima temporada en Segunda B.
En el año del Covid-19, los campeonatos han acabado sin descensos pero si con ascensos. Se habla de diez grupos de diez equipos para Segunda B, para recortar kilometraje, que disputarían 20 partidos en una primera fase. En abril, daría comienzo una segunda fase en la que los cinco primeros de cada subgrupo se medirían a los cinco mejores de otro para determinar los ascensos a Segunda División y a la nueva 'Segunda Pro',
nueva competición que estaría entre Segunda B y la Liga Smartbank. Una propuesta realizada por los clubes más poderosos de la categoría de bronce del fútbol español para el curso 2020/2021. Otro escalón más en la carrera por salir del pozo de los clubes más modestos y que dejaría la Tercera División como 'la niña fea' de la española relegada a la quinta fila de la grada del fútbol nacional.