Tras pasar un año en un penal militar y ser expulsado por Defensa, Segura regresa a Ceuta para presentar a las 20:00 en la Biblioteca su nueva novela
Persona incómoda para el Ejército español, expulsado del cuerpo y preso un año en una cárcel castrense, el teniente Luis Gonzalo Segura regresa a Ceuta para presentar su nueva novela, ‘Código rojo’, acto que tendrá lugar a partir de las 20:00 horas en la Biblioteca Pública del Estado ‘Adolfo Suárez’. Antes, atiende a El Faro para repasar diversos asuntos de interés.
–¿Qué supone en su trayectoria personal y profesional esta nueva novela?
–Es un nuevo paso al frente en esta lucha de denunciar determinados aspectos que están sucediendo.
–Es una novela, pues, que tiene mucho de base empírica particular, ¿no?
–Sí, sí, tiene mucho de lo que yo he vivido, y después me adentro también, mediante personajes, en temas muy espinosos, como pueden ser el tráfico de armas o el de drogas, algo que a vosotros, en Ceuta, os toca bastante.
–¿Hay mucha droga en el Ejército?
–Sí, sí. Se están utilizando determinadas unidades para el tráfico de drogas, lo que no quiere decir, naturalmente, que se haga de forma voluntaria, pero el caso es que tenemos una justicia militar que tiene una tendencia a proteger a la institución y esto, en muchos casos, significa proteger determinadas situaciones. En los últimos años, por ejemplo, se han encontrado 150 kilos de cocaína en el buque Juan Sebastián Elcano y hace nada 200 kilos de hachís en un camión de La Legión que había partido de Ceuta.
–¿Y no son acaso éstos casos aislados?
–No, no. Ha habido más pero no se quiere erradicar el problema. Normalmente, en estos casos se detienen, se juzgan y se expulsan a los soldados implicados, es decir, a los eslabones más bajos, y se deja intacta a la red porque la Justicia no quiere desarticular esto sino proteger a la institución.
–¿Entiende, por tanto, que más allá de Defensa hay connivencia de otros poderes del Estado con este tipo de situaciones?
–Sí, sí, la hay. Muchas veces en este celo por proteger a la institución se llega, en realidad, a proteger al delincuente. El prestigio de la institución saldría ganando si este tipo de personas fueran expulsadas. Para hacernos una idea, la novela arranca de una muerte real que sufrió un marinero y que a día de hoy no está resuelta, de modo que no sabemos si se suicidó o le asesinaron porque, precisamente, descubrió tráfico de drogas en el Ejército.
–A usted no le asesinaron, pero le metieron en la cárcel.
–Yo no perdí mi libertad porque lo determinase ningún juez o tribunal, sino porque así lo decidieron mis superiores, a los cuales, precisamente, los responsabilizaba de forma directa o indirecta, de todo aquello que denunciaba que estaba sucediendo en las Fuerzas Armadas. Esto es bochornoso: que las personas a las que denuncio, sean los que me encarcelen. Quiero decir también que ninguna autoridad militar ha negado nunca la veracidad de lo que yo he contado, es decir, no se me ha expulsado por manifestaciones falsas sino por indisciplina. Por ello, se pueden imaginar que las posibilidades de tener justicia en el ámbito militar son prácticamente nulas.
–¿Cómo es la vida de un preso militar?
–Complicada. Y en mi caso más, porque yo era un enemigo del sistema. Los soldados que estaban conmigo se portaron muy bien y trataron siempre de apoyarme pero los mandos intentaron hacer todo lo posible para que mi vida se convirtiera en un calvario.
–¿Se vulneraron derechos humanos?
–Sí, sí. Hay abusos que están en manos de la Justicia ordinaria y que deberán ser juzgados.
–Otro de los temas que se tratan en la novela, aunque sea a través de personajes de ficción, es la homosexualidad.
–En las Fuerzas Armadas hay muchísimo clasismo y machismo y eso se ve muy reflejado en los homosexuales. Hay un enorme grado de homofobia en nuestro Ejército. El gay no puede vivir su condición de manera natural en el Ejército, de ahí que con un personaje homosexual de la novela quería rendir un homenajes a los militare homosexuales, que han sido muchos, y han cumplido sus funciones perfectamente.
–A la luz pública está también el caso de Zaida Cantera.
–Zaida ha sufrido mucho, nada menos que un acoso terrible, pero es una persona que a día de hoy está en el partido político que permitió su propio acoso sexual y ascendió al acosador. Su caso es, por tanto, distinto al mío: yo lucho por cambiar las Fuerzas Armadas y ella ha tenido un comportamiento miserable entrando en política de la mano del partido que ascendió a su acosador sexual. Esto es muy difícil de dirigir, de ahí que seamos muy distintos.
–¿A usted le está mereciendo la pena su lucha por cambiar las FAS?
–Sí, sí. Otra cuestión diferente es que me esté yendo fatal, pues ahora estoy desempleado y económicamente la situación es difícil. Pero sigo luchando y estoy contento de hacer lo que creo que es lo correcto y esto no tiene precio.
“El general Rodríguez es valiente fichando por Podemos; ahora sufrirá la censura”
El exteniente Segura, en la entrevista con El Faro, no quiso dejar de valorar el reciente y polémico fichje del ex JEMAD Julio Rodríguez, general del Aire, por Podemos, con la consiguiente decisión de expulsión del Gobierno: “Es un caso contrario al de Zaida Cantera, pues mientras ella entró en política para ganar más dinero, el general se ha movido con valentía y sabiendo que va a perder dinero”.
“Este domingo pasado”, añade el exteniente Segura, “estuve en el Ateneo de Madrid con un coronel que hizo un curso de general con Julio Rodríguez, y le criticó con bastante dureza, una tónica a la que, lamentablemente, tendrá que acostumbrarse”. “Las censuras serán habituales”, vaticina Segura.
¿Le gustaría acompañarle en esta aventura política? “La política es un lugar para cambiar las cosas pero a día de hoy no me ha convencido ninguna propuesta que he tenido”, concluye Segura, que estará presente esta noche en nuestra ciudad.