La Sirena de Punta Almina se construyó en 1913, aunque las obras se demoraron a causa de la I Guerra Mundial. Se trataba de una instalación para reforzar con señales acústicas el sistema de aviso a los navegantes del Faro de Cerro Mosquero, que empezó a funcionar en 1855. Las frecuentes nieblas que se forman en el estrecho de Gibraltar suponían un peligro para las embarcaciones que se acercaban a la costa, por lo que se decidió la construcción de esta sirena. Las peculiares señales acústicas que emitía, similar a los mugidos de un animal, le valió el sobrenombre de “la vaca”.
El edificio fue abandonado en la década de los ochenta, una vez que se instaló en el cercano faro un moderno sistema de sonido. A partir de esta fecha el edificio sufrió un total abandono que explicaba el grave deterioro que hasta hace un par de años presentaba. “Esto tiene un potencial que hay que saber aprovechar”, matizó, “intentaremos darle a esto la vida necesaria para que la ciudad de Ceuta esté donde tiene que estar, a nivel nacional e internacional, incluso, porque estamos en un sitio privilegiado”, añadió, aunque sin especificar si realmente será un centro de interpretación de la naturaleza, tal y como se había establecido en la anterior legislatura por parte de la Delegación, Ciudad y Ministerio de Defensa.
“No ha que descartar nada”
Incluso dejó en el aire la cesión a la Ciudad Autónoma, cuyo presidente, Juan Vivas, siempre se ha mostrado partidario de destinar el edificio al estudio de aves migratorias y a la interpretación de la naturaleza. “Los que estamos en el mundo de las cesiones vemos eso ahora un poco complicado”, dijo a los periodistas, “Defensa tiene una instalación aquí magnífica que incluso al estar enajenada del patrimonio puede tener múltiples usos”, añadió, “aunque seguro que la Ciudad tiene capacidad para pensar en hacer aquí cosas interesantes y sin descartar nada a priori, porque tanto en la Administración General del Estado como en la Ciudad Autónoma tenemos personal con capacidad e imaginación suficiente para desarrollar actividades y lo que hay que hacer es sacarle el mayor rendimiento posible”.
“En los tiempos que corren no hay que descartar absolutamente nada”, añadió González Pérez tras ser preguntado si sería una iniciativa pública o privada la que se implantara en la Sirena, “porque hay que ser lo suficientemente sensato para pensar que utilidad puede tener esto en un ámbito o en otro”.
El delegado animó tanto a Defensa como a Forja XXI a mantener en el futuro una línea de colaboración que ha sido muy fructífera durante los últimos años, como lo atestigua que además de en la Sirena se haya trabajado entre ambos organismos en el fortín de Príncipe Alfonso y en el antiguo almacén de Rampa de Abastos. “Este es un experimento que hay que repetir en otros lugares”, subraya el delegado, “para ir recuperando zonas de la ciudad con la colaboración de fundaciones como la de Forja XXI y aportaciones del Ministerio de Defensa, que siempre está solicito, y de la Ciudad”. Aunque para todo ello será necesario dinero. Por eso, y ante los tiempos que corren todo quedará supeditado “a los presupuestos adecuados”.
El arquitecto que se ha encargado de dirigir los trabajos, José Francisco Montes, fue el encargado de guiar a los presentes en un recorrido por las reformadas instalaciones que cuentan con tres espacios diferenciados: una sala de recepción, otra polivalente para exposiciones y conferencias y una tercera de estudio y consulta.
Además del delegado acudió el director provincial del SEPE, Carlos Torrado, ya que este organismo público ha sido el encargado de financiar los dos talleres de empleo, en los que el Estado ha invertido, a través del antiguo INEM, 1.214.00 euros, a razón de unos 600.00 euros durante los dos últimos años. El presidente de Forja XXI, Francisco Navarro, subrayó la doble finalidad del proyecto: la rehabilitación de La Sirena y la formación de los alumnos de este taller, "que tienen la oportunidad de cualificarse profesionalmente".
En el ámbito formativo, los trabajos se han llevado a cabo a través de dos talleres que han capacitado a 56 personas que se encontraban en situación de desempleo en oficios como la carpintería de madera, instalaciones y restauración del patrimonio. Los beneficiarios han realizado, entre otras tareas, la nueva cubierta del edificio y una estructura portante, así como la rehabilitación de la fachada y la consolidación y recuperación del paseo perimetral, según el proyecto del arquitecto.
Desde su implantación en esta Ciudad Autónoma, en 2006, Forja XXI ha formado a más de un centenar de ceutíes mediante diversas iniciativas, como una escuela taller, varios talleres de empleos y cursos de FPE, cumpliendo de este modo con uno de sus fines primordiales, que es la formación y el fomento del empleo. A partir de este momento, la Fundación pretende hacer un seguimiento sobre el personal al que ha formado para analizar su inserción laboral, y aunque reconoció que son “tiempos difíciles” para encontrar empleo, aseguró que los porcentajes de reinserción de la Fundación “siempre han sido bastante aceptables”, superiores al 50%. En estos cursos han participado 45 hombres y 12 mujeres de los que 24 han realizado trabajos de albañilería, 16 de carpinterías, 16 de fontanería y electricidad.
¿Será o no un centro para avistar aves?
Si en la legislatura anterior todas las instituciones implicadas, Ciudad Autónoma, Ministerio de Defensa y Delegación del Gobierno, estaban de acuerdo en que la Sirena se convertiría en un centro medioambiental, especialmente para el avistamiento de aves y cetáceos, dada su privilegiada ubicación en el monte Hacho, ayer su futuro uso no quedó tan claro.
La duda la sembró el delegado del Gobierno. “Es cierto que el arquitecto lo proyectó como un centro de avistamiento de aves, pero también que la propia estructura de la Sirena permite otras muchas cosas y eso hay que pensarlo bien”, puso ayer de manifiesto González Pérez, que abogó porque este espacio no se quede cerrado, una vez restaurado, aunque sin dar más pistas. “Esa es una pregunta para nota a la que ahora mismo no puedo responder”, dijo cuando se le preguntó qué uso le sugería. Ahora la pelota vuelve a manos del Ministerio de Defensa y será la Ciudad, si lo quiere, la que deberá reiterar la cesión.