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La asociación ‘Paloma Blanca’ junto con Premio Convivencia, ‘Luna Blanca’ y Proyecto ICI pone en marcha a partir de agosto un curso sobre cocina dirigido a niños y jóvenes
Las habilidades culinarias que hasta no hace muchos años quedaban relegadas como una más de las tareas del hogar y a niveles más altos para especialistas de la restauración, está de moda. Es indudable cómo a nivel mediático los programas y concursos para niños y mayores ocupan más espacio en la parrilla televisiva que, quizá, sea la ‘culpable’ de que esas inquietudes hacia la cocina se hayan difundido entre el resto de la sociedad, convirtiéndose ésta y su arte en una afición que cada día aglutina a más adeptos. Y como petición ‘popular’ nace el primer taller de cocina en la ciudad enfocado a los niños, jóvenes y Menores No Acompañados.
‘Cachitos de cocineros’ es fruto de la demanda de los jóvenes participantes en los talleres de arte que imparte la asociación ‘Paloma Blanca’ en Miramar Bajo. Ellos pusieron la semilla y la asociación cultural lo ha materializado. El proyecto se presenta con un formato concurso taller y está abierto a todos los jóvenes de entre 7 y 16 años que deseen formarse en el arte de la cocina. Llega de mano de ‘Paloma Blanca’ en colaboración con Premio Convivencia, ‘Luna Blanca’ y Proyecto ICI y verá la luz el próximo mes de agosto, cuando un total de 50 jóvenes se sumerjan en las cocinas de la sede de ‘Luna Blanca’ para adiestrarse y divertirse entre fogones. El taller se extenderá hasta el mes de enero y constará de varias sesiones semanales de 3 horas.
‘Cachitos de cocineros’ busca vincular a los niños con su alimentación. “Creo que es necesario tenerla en cuenta, pues es un aspecto inseparable del proceso educativo integral”, explica la coordinadora de ‘Paloma Blanca’ e impulsora del proyecto, Arkia Bunuar. Además, formará a los jóvenes para que no sólo aprendan a manejarse con las recetas y elaborar platos sino también para que a través de la misma le ayude de forma lúdica y entusiasta a comer de manera variada para que, en el futuro, tengan criterio en su alimentación, optando por la dieta más sana y equilibrada para su organismo. “El fin no es otro que el de educar el paladar de los niños, motivando sus sensibilidad y curiosidad hacia los alimentos”, aclara Bunuar.
Por otra parte la impulsora ha recogido las demandas de todos los interesados en cursar formación profesional en este ámbito y que suelen quedar en listas de espera. “He recibido varias solicitudes de jóvenes que tienen inquietudes para formarse en el mundo de la hostelería y que, por circunstancias, no consiguen ser admitidos. Con el taller quiero dar cabida a todos ellos”, señala. El curso se ha organizado en sesiones teóricas y prácticas acompañadas ambas de charlas sobre consejos alimenticios saludables, impartidas por profesionales del mundo de la hostelería. Los alumnos participantes quedarán divididos por grupos en función de la edad y en cada sesión asumirán, de forma paulatina, técnicas ‘simples’, metodología culinaria y se familiarizarán con las materias primas. Todo ello lo plasmarán a través de recetas sencillas y sabrosas adaptadas a su rango de edad.
En cada clase se impartirá una charla sobre los alimentos que van a utilizar en la receta que ese día tengan que preparar. Sus características, valor nutricional, aporte energético, los diferentes usos que tiene en la cocina y las variantes de preparación que registra la receta. “Cada niño realizara todo el proceso de la receta y el docente a cargo del grupo, mientras se hace la cocción, va orientado, contará historias del origen de los alimentos, su valor nutritivo, sus variedades, sus épocas de recolección o su cosecha”, señala Bunuar.
Las sesiones serán coordinadas por sus docentes y podrán implementarse charlas con expertos en nutrición y también en cocina. “Los niños deberán asistir con un cuaderno en el cual tomarán nota de cada una de las recetas. Además, en ocasión de las fiestas patrias y religiosas, se les enseñará a crear preparaciones típicas para que puedan vender o compartir con sus familias. Por ejemplo, huevitos de pascua, empanadas, tortas fritas,turrón o dulce de leche”, explica.
Pero no todo será aprender. También tendrán ocasión de mostrar los conocimientos que progresivamente vayan asumiendo. El curso contempla la organización de eventos con jornadas de puertas abiertas en las que ofrecer una degustación de los platos preparados en exclusiva por los niños y jóvenes. Unas preparaciones que se medirán en la gala final con la que se cerrará el taller. Ese día todos los participantes lucharán por coronarse como el ‘mayor chef’ ante el jurado que valorará su platos. No obstante a todos se les otorgará un reconocimiento y un certificado de la formación.