Nuevamente andamos de vueltas con las cuentas de la Ciudad Autónoma. Es algo parecido a lo que se produjo el año pasado por esta época. Las deudas de la Ciudad son las que son y nadie las oculta, aunque algunos intenten manejarlas a su antojo. Vamos a poner un ejemplo para que todos nos entiendan. Una familia se endeuda con los bancos en función de sus ingresos. No se puede medir la cantidad, sino la solvencia a la hora de hacer frente a los mismos, sin por supuesto desatender otros frentes de la economía familiar. El Gobierno presidido por Juan Vivas mantiene esa deuda porque se ha utilizado para inversión públicacomo fórmula para ofrecer empleo a los ceutíes. Pero no se han desatendido otros frentes como los incrementos para que cada día funcionen mejor los servicios municipales o para que la cohesión social continúe avanzando en una sociedad tan necesitada de la misma como la nuestra. Y encima, resulta que el propio Ministerio felicita por sus cuentas a la Ciudad Autónoma y se acaban cada año presupuestario con un superavit.