Para conocer a los saharauis en toda la acepción de la palabra, mencionar al militar Fernando de Sandoval y Coig que permaneció varios años destinado en el Sahara y así dice, “…El saharaui es árabe, tiene una presencia muy notable en el señor. Es sobrio en extremo, es muy hospitalario y es decidido defensor de la justicia, comprende y admite de buen grado que agradece el castigo que le corresponda como consecuencia de un acto delictivo que haya cometido. Al igual si comete con el una injusticia, será difícil que lo olvide y no olvidará a quien se la haya cometido y nunca olvidará dicha injusticia…”. Deseo agradecer la valiosa ayuda por la información gráfica al Coronel de Intendencia del Ejército del Aire, Fernando Roldán Hernández y al Teniente Coronel de Artillería Rafael Quero López.
La Policía Territorial del Sáhara
El 13 de Enero de 1956 un Decreto de Presidencia del Gobierno aprobaba el Reglamento de las Fuerzas de Policía de África Occidental Española, cuya cabecera de mando se fijaba en El Aaiun, compuesta de Mando y Plana mayor, y varias compañías distribuidas en Smara, Edchera, Villa Cisneros y Argub a su vez con destacamentos en otros puestos.
Disponían de compañías motorizadas y “Mias” con camellos, el personal estaba compuesto por europeos y saharauis, la gran ventaja de la policía territorial era el personal saharaui, conocedor a fondo del territorio, hasta tal punto que los mandos tenían fe ciega en el personal saharaui y eran capaces de, por las huellas tanto de personas como de vehículos y camellos, dar casi con exactitud la dirección que llevaban y la distancia a la que se encontraban.
Demostraron siempre y en todo momento con excepciones de tener una fe ciega y una lealtad sincera a España, como lo avalan los muertos en acción de guerra en distintas operaciones de los saharauis, los cuales cumplieron el juramento ante la bandera de España.
Fueron bajas en acción de guerra los sargentos Yehad Ben Hossain Ben Amed, Sahel Ul Buyeman Uld Hayen, el Cabo 1º Ali Uld Harramballa y el policía Imbarc Hossain Ben Amed, además de un considerable número de heridos. Posteriormente, hasta 1975 que España dejó el territorio, hubo varias bajas entre muertos y heridos, todos ellos saharauis.
Hay que aclarar que España no abandonó el territorio del Sáhara ni los dejó abandonados, se limitó a cumplir el mandato de Naciones Unidas que le obligó a cumplir su Resolución número 3458-B. España, que en modo alguno los abandonó, solamente cumplió con el mandato de la ONU. El que fuera alcalde de Villa Cisneros y procurador en Cortes, Shuleim Ahmed Brahim, así se expresaba en una entrevista a “Diario 16” el 24 de septiembre de 1991 “…Fuimos a una Audiencia ante el Jefe del Estado Francisco Franco, y allí nos dijo que se iba a proclamar la Independencia del Sáhara, que nos fuéramos preparando…”. Y finalizó con énfasis “Franco no nos hubiera abandonado”.
Se arría la bandera con honor en Tichla
Tichla era un puesto español en el interior del Desierto y del mismo estaba al mando el Sargento Saharaui de la Policía Territorial Brahim Uld Barbuhui, natural del Sahara, junto con varios policías saharauis a sus órdenes. Con un gesto que le honra demostró que era Saharaui de nacimiento y español de corazón.
Mi buen amigo José Enrique Alonso del Barrio, General de la Guardia civil (fallecido) estuvo destinado como Teniente y Capitán de la Guardia Civil en el Gobierno General del Sáhara y fue testigo y protagonista de todas las historias que allí vivió, como así lo relata en sus dos libros “Ifni/Sáhara “Encrucijada o abandono” y, en este caso, fue testigo de la historia de la bandera de Tichla.
Y así lo narra el incidente de “Tichla”, En uno de los vuelos de reconocimiento en un avión “Junkers” del Ejército del aire acompañaba al Delegado Gubernativo, el entonces Comandante José María Troncoso Palleiro, en cuyo avión llevaba un escolta de policía saharaui y el entonces capitán de la Guardia Civil, José Enrique Alonso del Barrio.
Cuando sobrevolaban el puesto de “Tichla” observaron que en dicho puesto ondeaba la bandera de España, cosa que le extrañó al comandante Troncoso, ya que con anterioridad se había dado orden de que abandonasen todos los puestos y se concentrasen en El Aaiun. Al observar personas en dicho puesto, el comandante Troncoso ordenó al piloto del Junkers que diese una pasada a baja altura, descubriendo que quienes estaban en el puesto era policías y entre ellos estaba el Sargento saharaui Ibrahim. Troncoso ordenó al piloto que tomase tierra, a lo que esté se negó, alegando que la orden de vuelo no lo contemplaba. Y, tras un tira y afloja, ordenándoselo el Comandante Troncoso en calidad de Delegado Gubernativo, el Junkers tomó tierra en el rudimentario aeródromo. Al instante se bajaron el comandante Troncoso y su escolta y, cuando se le preguntó al Sargento Ibrahim Uld porqué no se había evacuado el puesto, este le dijo que mientras no se arriase la bandera de España con honores, él no abandonaría el puesto. Por ello, se arrió con honores y, entonces, fue evacuado el puesto. El pasado año fallecía en un accidente de tráfico el Sargento Ibrahim Uld Burbahi, que Alá le haya acogido, Descanse en Paz.
El Sultán Azul expuso a sus compatriotas “…Si os acercáis a los Cristianos alguna vez, que sea a los españoles, saben comprendernos y amarnos…” (Chej Ma el Ainin).