Esparcir azufre o cualquier otra sustancia química en esquinas de edificios para repeler a las mascotas es una práctica que está absolutamente prohibida y que es objeto de sanción económica por contravenir las ordenanzas municipales.
Con estas consideraciones, la Consejería de Sanidad y Consumo ha querido dejar constancia del problema que supone que ciudadanos, por su cuenta, arrojen este tipo de productos, de procedencia y composición incierta en muchas ocasiones, para impedir que los perros orinen en las proximidades. Pero de la misma manera que es obligatorio -y también objeto de multa- que los dueños de mascotas recojan sus excrementos, está prohibido arrojar azufre u otros productos susceptibles de causar problemas de salud también en seres humanos. Su consumo o inhalación puede provocar insuficiencias respiratorias que causan asfixia.
Pero pese a las advertencias y el hecho de que es sancionable, se trata de una práctica común en determinadas zonas de la ciudad. La última motivó incluso la intervención de Bomberos y Policía Local que tomaron muestras de la sustancia en polvo que fue esparcida el domingo entre las calles Álvarez y Canalejas, hasta la misma puerta del colegio Lope de Vega. “Las ordenanzas municipales informan de que verter en la vía pública dichos productos está totalmente prohibido y se sancionará a los responsables”, apuntan fuentes de la Consejería que dirige Adela Nieto, y que subraya que la “gran dificultad” en estas situaciones estriba en la localización e identificación de los autores de la infracción.
No sirve para nada
Generalmente se trata de sustancias como el azufre, pese a que se ha comprobado que se trata de un elemento químico que no es efectivo para ahuyentar a los perros. Asimismo es indisoluble con el agua y al mezclarse con ésta reacciona y produce otros compuestos igual de perjudiciales o más. Pero esa sustancia no es la única que se emplea en Ceuta, donde también es habitual que se arrojen otros productos que en muchos casos son adquiridos en el país vecino. Sanidad recuerda que, los tratamientos con biocidas y otras sustancias empleadas en las actuaciones de desinsectación y desinfectación, son exclusivamente realizados por personal especializado, empleando equipamiento y material muy específico y previo control de la zona en la que se vaya a proceder, “precisamente para evitar la actuaciones por su cuenta y riesgo de particulares”, añadieron las mismas fuentes.