Isabel San Sebastián: La simbología de la bandera se ha falsificado con fines espúreos amparado por el sistema educativo”

“El significado de nuestros símbolos patrios se ha desvirtuado por la mala fe de algunos y la ignorancia de muchos”, afirma con rotundidad Isabel San Sebastián, que regresa hoy a Ceuta, donde se ha convertido casi en una asidua anual, para ofrecer, a partir de las 20.00 horas, una conferencia en el salón de actos del Ayuntamiento con motivo del 175 aniversario de la Bandera Nacional. Llega de la mano de la Asociación Cultural ‘Fernando de Leyba’ para explicar “lo que significa la bandera en términos de nación y el apetito que existe por recuperarla”. A la escritora se le llena la boca y habla de sentimiento, unión y, sobre todo, historia. Una historia que, en su opinión, es bien desconocida para la gran mayoría de la población.

San Sebastián desembarca en Ceuta con una apretada agenda y no perderá la oportunidad de encontrarse con su público lector, a las 18.00 horas en la Biblioteca, para presentar su última novela, ‘La Peregrina’. Un libro en el que recupera un episodio “muy desconocido” de la historia de España, como es el origen del Camino de Santiago y el hecho de que el actual Camino Primitivo fue el que condujo al primer peregrino del que hay noticia hasta el sepulcro del apóstol Santiago.

– ¿Considera que se ha perdido el significado de la bandera o la simbología nacional y tiende más a relacionarse con la ideología de la derecha?

–Creo que existe una gran ignorancia, un hecho que se ha encargado de fomentar el sistema educativo, afanado en falsear su significado con fines espúreos. Detrás de los símbolos hay mucho más, hay un sentimiento de unidad, una historia común de la que los españoles nos debemos sentir orgullosos. Este aniversario no trata de celebrar una fecha, sino de reivindicar el símbolo de un proyecto común, abierto y solidario: España.

– Pese a esa ignorancia que comenta, en los últimos tiempos muchos españoles se lanzan a enarbolar la bandera sin temor a ser tachados.

– Hay una reacción social patente, como ya comprobamos el domingo en la plaza de Colón. Y es perceptible en multitud de ámbitos, desde conferencias hasta su reflejo en la novela histórica. Es apreciable que los españoles quieren recuperar su orgullo, por mucho que se afane el Gobierno por ocultarlo o falsearlo.

–¿Cree, entonces, que las cifras oficiales que ofreció la Delegación del Gobierno de la manifestación del domingo distan mucho de la realidad?

–La guerra de cifras es un clásico y siempre existe, pero lo de esta ocasión ha sido grotesco, hablar de 45.000 personas me parece tan absurdo que no merece la pena ni ser rebatido. Las imágenes hablan por sí solas y el único recuento válido son las urnas. No se lo cree ni el propio Gobierno, que huye de convocar elecciones precisamente porque ha visto lo que le espera.

–¿Cree que por otra parte de la población se le ha perdido el respeto a la bandera?

–Se han consentido y se consienten grandes abusos que en otros países es algo impensable. Aquí se permite, y se ha hecho deliberada e intencionadamente por parte de la izquierda española y los separatistas, que se han agarrado a esos complejos para imponer sus propios símbolos.

–Política y socialmente hablando. ¿Atravesamos tiempos convulsos?

– Hay un ambiente convulso y un horizonte esperanzador. Ayer, por ejemplo, tuvo lugar el juicio del ‘procés’, que en mi opinión es uno de los más importantes que se ha celebrado en la historia de nuestra democracia. Espero que los magistrados juzguen de acuerdo al imperio de la ley por mucho que se les haya presionado, incluso desde la Abogacía del Estado. Eso es parte de este clima social que estamos viviendo. Se ha ofendido tanto a esta nación que los españoles se han hartado de soportar tales ofensas y burlas y tendrá su reflejo en las urnas cuando nos dejen votar, porque en la actualidad tenemos un presidente democrático pero ilegítimo que se ha apoyado en golpistas, en cómplices de etarras y en amigos de asesinos.

–Con respecto a la presentación de ‘La Peregrina’. ¿Por qué se decantó por esta temática?

–El Camino de Santiago es una auténtica bendición que nació en ese momento, cuando apareció el sepulcro del apóstol en los albores del S. IX… es el arranque de la reconquista, la consolidación del Reino de España, determinante para nuestra historia y un periodo muy poco conocido. Los hechos narrados recrean el viaje que realizó el Rey Casto, Alfonso II, desde Oviedo hasta un bosque perdido en Galicia, integrada poco antes al pequeño reino cristiano asediado por las tropas de Al-Ándalus.

–Recupera el personaje de Alana de Ocaña y recurre nuevamente a la figura de una mujer como protagonista. ¿Una forma de empoderar al género? ¿Se considera feminista?

–En primer lugar la elección de Alana no responde a empoderamiento alguno si no a las circunstancias sociales de la época. Las mujeres norteñas eran fuertes y poderosas. Eran mujeres de hombres que se afanaban durante largos períodos en la mar y, por lo tanto, tenían un gran poder y capacidad de decisión. Responde, por lo tanto, a ese modelo sociológico que de ubicar la historia en Córdoba hubiese sido impensable. En cuanto al feminismo se refiere, depende de como lo definamos. En su significado clásico de la defensa de la igualdad, soy la más. Ahora, si le atribuimos otras connotaciones como considerar que el aborto es un derecho, que todos los hombres son nuestros enemigos o que todas las mujeres somos violadas, por ahí no paso.