Khadija Jaabak es la mujer de Salvador Moreno Izquierdo, un guardia civil de 82 años que perteneció a la Comandancia de Ceuta más de treinta años. Una mujer que no para de luchar para conseguir una mejor atención para Salvador.
Salvador padece cáncer de colon y próstata, además de un deterioro cognitivo avanzado y, desde hace meses, permanece sondado. Debido al cuadro médico que presenta, se le fija hospitalización domiciliaria y cuidados paliativos. Este es el diagnóstico del hospital Quirón Salud del Campo de Gibraltar, donde es atendido por el convenio que ISFAS tiene con la aseguradora ADESLAS.
A partir de ese momento su esposa reclama dicho servicio a la aseguradora ADESLAS, pero le es denegado, en aplicación del punto 2.3.4 del vigente Concierto entre SEGUROCAIXA ADESLAS y su Mutualidad, es decir el Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS), porque dicho servicio no está cubierto. Una vez conocida la denegación expresa, la esposa de Salvador recurre a la Delegación del ISFAS de Cádiz, presentando dicha solicitud en la Delegación de Algeciras, contestando dicha delegación que si en el plazo de seis meses no ha recibido notificación expresa, se entenderá que ha sido estimada su petición. Seis meses es mucho tiempo para un hombre que sufre cáncer en un estado muy avanzado.
Antes de todas estas peticiones la esposa del compañero se ha personado en el Acción social de la Comandancia, además de recurrir a otros servicios de la Junta de Andalucía, pero al parecer los guardias civiles no tenemos derechos a cuidados paliativos como el resto de los ciudadanos españoles.
Durante estos últimos meses he podido hablar con Salvador en muchas ocasiones. Hoy no es posible por su estado de salud y Khadija Jaabak nos va informando de su estado y de su lucha, además me ha dado una lección de generosidad y solidaridad, porque en una de nuestras conversaciones telefónicas me ha dicho: “Juan, yo ya no reclamo esto para Salvador, a él ya no le dará tiempo, pero mañana lo podrá necesitar otro guardia y voy a llegar hasta el final”. Una frase que dice mucho de Khadija y de las muchas Khadija que se necesitan en este país.
La pretensión de Khadija no es otra que evitarle a su marido los traslados constantes al hospital para que le realicen las curas y cambios de apósitos. Se trata de causarle el menor dolor, el menor inconveniente a su esposo y a la familia. De eso se trata, pero eso evitar inconvenientes y dolor a los guardias civiles; al parecer, no está en el convenio.
"Durante estos últimos meses he podido hablar con Salvador en muchas ocasiones. Hoy no es posible por su estado de salud y Khadija Jaabak nos va informando de su estado y de su lucha, además me ha dado una lección de generosidad.... Hoy todos los guardias civiles somos Khadija"
Salvador tiene a una gran mujer a su lado. Una mujer que lo cuida y mima con un cariño maternal. Hoy, todos los guardias civiles somos Khadija, porque mientras muchos le daban de lado, a ella le sobra generosidad para seguir reclamando un derecho que su marido no podrá disfrutar.
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