“Parece que están esperando que maten a un guardia”. Esto decía la Asociación Española de la Guardia Civil -AEGC- en julio de 2018 en Ceuta. Seis años después no han matado a un guardia, han asesinado a dos.
Los narcos siguen yendo por delante. A la Guardia Civil le faltan medios pero también un respaldo legal suficiente. La ecuación nunca sale a su favor: detienen a quienes luego ven en la calle.
“A esos narcotraficantes les da igual hacer lo que hacen. Se han estrellado varias veces contra embarcaciones, luego esto se olvida y las condenas son mínimas”, indica la asociación. Hasta que ocurren episodios como el de Barbate.
En mayo de 2005 la imagen de una planeadora prácticamente encima de una patrullera de la Guardia Civil impactó a todos. 18 años han pasado pero poco o nada ha cambiado.
Varios guardias civiles terminaron lesionados. Después se volvió a las andadas.
En 2018 sucedió algo parecido cuando unos narcos provocaron que agentes del Marítimo chocaran contra una roca cerca de isla Perejil. Tres guardias fueron evacuados al hospital con lesiones.
Las persecuciones pueden terminar de la peor de las formas
En Ceuta el Servicio Marítimo y los GEAS rozan siempre la línea de la fortuna. Las persecuciones pueden terminar de la peor de las formas, también cualquier identificación. Los pilotos buscan en la embestida la posibilidad de una huida.
En Barbate ocurrió lo que todos han visto a través de los vídeos grabados por quienes jaleaban a los narcos. Buscaron el choque tan brutal. De los 8 detenidos uno es de Ceuta. Hoy pasarán a disposición judicial, seis por homicidio y dos por encubrimiento al acudir a recoger a los que embistieron a los agentes.
AEGC reclama mejores barcos, más fuertes pero sobre todo mano dura contra los narcos. Básicamente lo que llevan tiempo reclamando.
Piden leyes que contemplen la relación entre las narcolanchas y un delito contra la salud pública. También, investigaciones patrimoniales a quienes tienen a su nombre embarcaciones que cuestan un dinero que esos hombres de paja no tienen.
El narco no perdona. Son ya muchos los episodios de enfrentamiento radical que han terminado con heridos graves y muertes. El negocio existe, mueve mucho dinero por eso AEGC reclama una acción global con más medios, recursos, agentes y operativos para desestabilizar económicamente a quienes cooperan con estas organizaciones pilotando lanchas o con roles como avisar de la presencia de vigilancia.