Muchas personas son las que acuden a visitar a sus seres queridos al cementerio de Santa Catalina, en Ceuta, en estos días tan señalados, jornadas de recuerdo hacia quienes ya no están. Algunos se adelantan al Día de Todos los Santos para depositar flores en nichos y tumbas. Otros esperarán a este mismo martes.
Antes se ha contado con el trabajo incansable de los operarios del cementerio y de Obimace que no paran de limpiar y ayudar a los familiares en su visita al camposanto. Una de las muestras del trabajo realizado está en la capilla, que se ha retocado para que luzca de la mejor de las maneras.
Las flores, muy variadas y de todos los tipos y colores, lucirán de la mejor de las maneras en una jornada especial para el recuerdo de los que se fueron.
FaroTV ha visitado las instalaciones de Santa Catalina, haciendo un recorrido por las tumbas y nichos que han marcado un antes y un después, formando parte de la historia de Ceuta.
Como siempre, una de las que más visitas ha tenido ha sido la del querido médico y político que fue alcalde de Ceuta: Antonio López Sánchez-Prado. Su tumba es un lugar al que acuden todos los años muchos caballas para dejarle flores, convencidos de que la fe fue el mayor legado que dejó. Este año no iba ser menos y ya son muchas las flores que visten el punto donde descansa para siempre de flores.
Cerca de esa zona, también se encuentra el monumento dedicado a los republicanos fusilados.
El osario de Legionarios y el panteón de Regulares son otros puntos con historia, así como el mausoleo en honor a los militares fallecidos en la Guerra de África, ubicado entre las galerías San Eduardo, San Enrique y Nuestra señora de Las Mercedes.
En las propiedades de la 109 a la 112, en la Galería San Antonio, se encuentran las tumbas de cuatro de las 34 víctimas del hundimiento del dragaminas Guadalete: tres marineros y un cabo. Todas ellas adornadas con flores amarillas y rojas, simbolizando la bandera española.
Otra de las tumbas que cuenta con abundantes flores es la de Enrique Santiago Araujo, víctima de la represión franquista y asesinado por el régimen franquista en 1936. Era médico de profesión.
Un recorrido por las diferentes tumbas del cementerio de Santa Catalina refleja la historia de Ceuta. Algunas, por desgracia, se encuentran muy deterioradas por el paso del tiempo. Otras ni siquiera presentan una identificación ya que las personas que fueron allí enterradas eran inmigrantes sin documentos. Murieron en una ciudad que formaba parte de un periplo clandestino frustrado.
Dicen que uno nunca muere si permanece en el recuerdo. Hoy será un día especial para recordar a todos los que ya no están pero siguen vivos en este espacio.
Una de las que más visitas ha tenido ha sido la del querido médico y político que fue alcalde de Ceuta: Antonio López Sánchez-Prado. Su tumba es un lugar al que acuden todos los años muchos caballas para dejarle flores, convencidos de que la fe fue el mayor legado que dejó. Cerca de esa zona, también se encuentra el monumento dedicado a los republicanos fusilados.
El osario de Legionarios y el panteón de Regulares son otros puntos con historia, así como el mausoleo en honor a los militares fallecidos en la Guerra de África, ubicado entre las galerías San Eduardo, San Enrique y Nuestra señora de Las Mercedes. En la zona había militares que estaban organizando el acto que se celebrará mañana en el cementerio de Santa Catalina por el Día de los Difuntos.
En las propiedades de la 109 a la 112, en la Galería San Antonio, se encuentran los nichos de cuatro de las 34 víctimas del hundimiento del dragaminas Guadalete: tres marineros y un cabo. Todas ellas adornadas con flores amarillas y rojas, simbolizando la bandera española. Los ceutíes que pasan por el lugar se paran en esta parte de la historia.
En la galería Santa Teresa de Jesús, reposan los restos de siete de los caídos en las Campañas de Marruecos. Allí también descansan los restos de Jacinto León y Barreda, quien fuera comandante general de Ceuta, así como Fernando Álvarez Pacheco, fue comandante de la Legión.
Siguiendo hacia la Galería de Santa Gema, se perciben a simple vista las placas de los tripulantes del Halifax DT586, el avión que en la madrugada del 28 de enero de 1943, se precipitó en los montes de García Aldave. El avión, hacia pocos minutos había partido del aeropuerto de Gibraltar. Eran aviadores que voluntariamente se habían alistado con el bando aliado en la II Guerra Mundial procedentes de varios países integrantes de la Commonwealth.
Un recorrido por las diferentes nichos del cementerio de Santa Catalina refleja la historia de Ceuta. Algunas, por desgracia, se encuentran muy deterioradas por el paso del tiempo. Otras ni siquiera presentan una identificación ya que las personas que fueron allí enterradas eran inmigrantes sin documentos. Murieron en una ciudad que formaba parte de un periplo clandestino frustrado.
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