El tribunal de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta ha dejado visto para sentencia un juicio por el que se le acusa al ruso V.B. de un delito de receptación en su modalidad de blanqueo de capitales. La mujer del acusado, I.Z., que en un principio también estaba acusada en este procedimiento, ha quedado absuelta después de que Fiscalía retirara su escrito de acusación sobre ella al quedar acreditado que no cometió delito alguno.
El Ministerio Público sí ha insistido en que V.B. es autor de ese delito por el que debería cumplir la pena de 2 años y 6 meses de prisión, con una multa de 9.000 euros con 60 días de responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago. La Defensa reclama la libre absolución de su representado, ya que según explicó no queda acreditado que realizara un delito de blanqueo sino que pecó de “honradez”.
Los hechos a los que se hace referencia en este juicio ocurrieron en 2016. El acusado recibió una propuesta laboral de una empresa denominada ‘OOOF.H’, con sede en Estados Unidos, a su correo electrónico. En dicha propuesta laboral se indicaba que se necesitaban personas que actuaran como “clientes misteriosos” ofreciendo una comisión por cada transferencia recibida y horario flexible, siendo requisito fundamental poseer una cuenta bancaria en España. Estos trabajos, según explicó el acusado, consistían en ir a un restaurante, farmacia o centro comercial y hacer un tipo de informe para detallar si se estaba realizando el trabajo correcto en estos establecimientos.
El acusado ha afirmado que la oferta de trabajo no le parecía una estafa y que seguía las órdenes que le indicaban a través de los distintos correos. Explicó que ya contaba con una cuenta bancaria en España y que rellenó un formulario con todos sus datos personales para acceder al puesto de trabajo.
Todo se empezó a oscurecer cuando a V.B. le indicaron que tenía que ir a una farmacia a realizar un informe y así recibiría su primer ingreso. El procesado acudió a la más cercana de su residencia, en Orihuela costa, y envió ese informe a la empresa norteamericana. Fiscalía incidió en si no le parecía raro que una empresa americana quisiera saber sobre una farmacia de una localidad española, a lo que el acusado siempre se mantuvo firme en que todo parecía una oferta normal de trabajo. Asimismo afirmó que también le fue encargado que realizara un informe sobre una entidad financiera, según recoge el auto. El problema radica que no viene señalado a cuál se tenía que dirigir y si era de la misma ciudad donde residía; otra sospecha, según la Fiscalía, de que se estaba cometiendo un delito y que el acusado era consciente plenamente de lo que estaba realizando.
Tras unos días, el acusado recibe la cantidad de 2.688 euros y le indican a través de un correo, según manifiesta, que debe ingresar ese dinero íntegro a dos individuos que se encuentran en Ucrania a través de Western Union para, de esta forma, demostrar “su honradez” y poder seguir ejerciendo este trabajo. La Fiscalía le volvió a insistir en lo anómalo del asunto, pero el acusado afirmó que no le pareció “nada raro” en ese momento. V.B. hizo caso al correo electrónico y retiró el dinero de su banco, ingresándolo a la cuenta que le habían mencionado. Una vez el acusado se enteró que está investigado explicó que mandó un correo a la empresa, pero que nunca obtuvo ya respuesta alguna.
La víctima ha comparecido para esclarecer los hechos y explicar la manera en la que le estafaron el dinero de su cuenta. Por un lado, ha explicado que mientras estaba en su hogar recibió un correo electrónica de una “aseguradora de coches” en la que le indicaban que le habían hecho un ingreso de 2.688 euros por error y que debía devolverlo para “no meterse en problemas”. El denunciante explica que se introdujo en su cuenta bancaria, a través de la aplicación de móvil, y comprobó que tenía ese dinero de más, por lo que actuó de “buena fe” y le “devolvió” el dinero que estaba en su cuenta. A los 3 días, acudió a su entidad financiera y comprobó que no contaba con ese dinero. Afirmó que desde el banco le aconsejaron que fuera a la Policía Nacional para denunciar porque había sido “engañado” a través de lo que se conoce como un virus “troyano”.
Tras las investigaciones de los agentes de la Policía Nacional comprobaron que ese dinero fue ingresado íntegramente en la cuenta del acusado. Asimismo, el agente del CNP que ha comparecido identificaron que el dinero había sido sustraído de diferentes cajeros de Orihuela y que era una cuenta que apenas tenía uso en meses anteriores. Unas explicaciones que contradicen a las del acusado, que afirmó que era una cuenta que utilizaba en España y que ese dinero lo había retirado de una misma entidad sucursal. Tras estos hechos y las declaraciones de los testigos, el juicio quedó visto para sentencia.