La contaminación acústica es una realidad de la que muchas personas no son conscientes. A diario nos sometemos a sonidos que exceden la barrera de lo que se recomienda, como puede ser la congestión de tráfico rodado en Ceuta –principalmente en los centros urbanos–, cuando se pasea por delante de las obras o en situaciones de ocio como es en una discoteca. El otorrinolaringólogo Francisco José Rial Morilla comenta que “la realidad demuestra que el ruido nos gusta más de lo que parece” y a los hechos se remite, poniendo como ejemplo, “las fiestas”.
El Real Decreto 1513/2005, de 16 de diciembre, viene a definir la contaminación acústica como “la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, que impliquen molestia o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza o que causen efectos significativos en el medio ambiente”. Y bajo criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sonido pasa a ser ruido a partir de los 65 decibelios; dañino para el oído por encima de los 75 y si sobrepasa los 120 dB es doloroso.
Ejemplos reales son el tráfico rodado en un núcleo poblacional que puede alcanzar los 80 dB; un concierto llega hasta los 120 o más y el despegue de un avión rebasaría los 150 dB, ocasionando problemas al sistema auditivo.
"Se debe evitar los espacios ruidosos y ser más conscientes de no generarlo"
Un exceso de ruido perjudica la salud del ser humano. Los efectos están relacionados con la audición, el sistema nervioso, la comunicación oral, el sueño, la alteración de la frecuencia cardiaca y respiratoria o el rendimiento. Además, Rial Morilla añade que “provoca irritación y esto hace que nos pongamos nerviosos, tensos. Y si no descansamos, el carácter personal puede verse agravado”. Bajo petición del especialista, “la sociedad debería tener en cuenta todo lo que acarrea el ruido”, puesto que altera a nuestra salud física y mental.
Entre las recomendaciones que el otorrino hace se encuentra la revisión anual. De esta manera, el usuario conocerá de primera mano cómo está su salud auditiva porque “este es un déficit complicado de percibir por los demás. Y esta es una realidad muy común porque no es igual que los problemas de visión”.
"A pacientes jóvenes que tienen problemas auditivos, les aconsejo no usar auriculares"
Por otro lado, “se debe evitar los espacios ruidosos y ser mas conscientes de no generarlos para una mejor convivencia en todos los aspectos”. A todo esto, no pueden faltar las medidas políticas que amparen el bienestar social. Estas pueden servir para “salvaguardar a los vecinos que residen en una plaza, cuyo lugar tiene un bar y donde se genera demasiado ruido a causa de toda la gente que se aglomera allí”, ejemplifica Rial Morilla.
La Sociedad Española de Acústica (SEA) ha aconsejado a las Administraciones públicas que revisen la legislación sobre ruido, puesto que los Objetivos de Calidad Acústica de las ciudades superan en 10 dB las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
El aliado musical
El uso de los auriculares a diario se convierte en un arma de doble filo para los oídos. Un volumen alto y su uso abusivo acarrea, a largo plazo, una pérdida de escucha. “A muchos pacientes jóvenes que tienen problemas auditivos, les recomiendo que dejen de usarlos y que use los altavoces”. Eso sí, “a una intensidad moderada”, especifica Rial Morilla.
La música acompaña en muchos momentos, como puede ser en una discoteca o pub. En estos lugares, los decibelios se exceden y se acaba comunicando los unos y los otros con la boca pegada al oído del interlocutor. “Tras una larga exposición, solemos tener pitidos”. Esta realidad tan cotidiana refleja que nuestra sociedad vive más que acostumbrada a los ruidos.
Ambiente ruidoso en la ciudad de Ceuta
El otorrinolaringólogo Francisco José Rial Morrilla considera que Ceuta es, en algunos momentos, “una ciudad ruidosa”. Según la ocasión el medidor de decibelios alcanza picos nada recomendables para la salud de las personas. Algunos ejemplos que ofrece este especialista son “las calles donde hay mucha circulación de tráfico rodado”. Y dejando a un lado los vehículos, también destaca cuando los caballas se aglomeran en una misma zona. “Esta puede ser la Plaza Teniente Ruiz porque allí se reunen muchas personas para tomar copas y charlar en épocas festivas”. El conjunto de todas estas sobrepasa los niveles de decibelios que la Organización Mundial de la Salud recomienda.
Alguien entiende al de la empresa de limpieza, que a las 7:00 de la mañana, se pone a utilizar el compresor a toda caña para limpiar los contenedores, después han tardado casi dos semanas en reponer los que retiraron de reciclaje en padre Feijó, hoy todavía falta el de papel.
Tampoco entiendo el ruido del extractor que hay en el mercado central, insoportable.