Los responsables de ‘Modas Cristal’, situada en la calle Real, han sido víctimas de dos robos en lo que llevamos de mes. Robos que, presumen, han sido llevados a cabo por las mismas personas y que todavía no se han esclarecido. El último, ocurrido la pasada madrugada, ha desairado a los responsables ya que, dicen, quizá podría haberse evitado.
Tal y como han denunciado a ‘El Faro’, sobre la 1.45 de la madrugada del viernes al sábado, la Policía fue alertada sobre la posibilidad de que se pudiera pretender un robo en dicho comercio. Una patrulla del Cuerpo se acercó al establecimiento comprobando que uno de los ganchos de la puerta enrejada por la que se accede a la tienda estaba roto, sin apreciar síntomas de que los ladrones pudieran estar robando en el interior. Tras comprobar este hecho abandonaron el lugar sin que los dueños fueran advertidos de este hecho. A las cinco de la madrugada, un vecino que regresaba a su vivienda vio a dos individuos que portaban grandes bolsas de basura y que presumiblemente eran los ladrones que acababan de salir de ‘Modas Cristal’ con gran cantidad de ropa de caballero y algo de dinero. La mercancía ha sido valorada en 6.000 euros. Cuando los responsables acudieron a denunciar a la Policía Nacional lo ocurrido fue cuando supieron que horas antes de cometerse el robo una patrulla había inspeccionado la zona. Lamentan que en momento alguno fueran avisados de lo ocurrido para prevenir el robo que se iba a llevar a cabo horas después.
El pasado 3 de junio también sufrieron, de madrugada, otro robo y los ladrones se llevaron mercancía y dinero que había en caja (alrededor de 800 euros a lo que hay que sumar el coste de los trajes robados). Los dueños del establecimiento creen que los autores de estos robos son los mismos y que no se han dispuesto, al menos en el último de ellos, las medidas oportunas para evitar que tal acción delictiva se cometiera.
Carentes de seguro que cubra robo de material y en plena crisis económica, los afectados se quedan sin buena parte de la mercancía, con daños en su establecimiento que ahora deben arreglar urgentemente para disponer de la seguridad requerida y molestos porque se han sentido desprotegidos ante una acción delictiva que, consideran, se podría haber impedido.