“La Legión Española es una de las unidades militares más prestigiosas y emblemáticas de España, con una larga historia y trayectoria en diferentes conflictos armados y misiones de paz”
Toda la Historia de “La Legión” es consecuencia de un estilo que supieron crear y extender sus fundadores; estilo nada fácil de alcanzar, pues no debe olvidarse el duro calvario que hubieron de soportar, durante meses, en los que fueron marginados a la construcción de blocaos, servicios auxiliares y retaguardia; de implorar un puesto en campaña, mientras presenciaban la entrada en combate de unidades bisoñas.
A la “Ciudad de Ceuta”, le cabe el honor de haber sido y es: “La Cuna de la Legión”.
Pero enseguida demostraron su preparación para el combate, su valor, su entrega y sacrificio, en el socorro de Melilla, y a lo largo y ancho del que fue Protectorado Español en Marruecos (1.920 – 1.956).
Es mi deseo en estas colaboraciones, exponer la Fundación o Creación del “Tercio de Extranjeros”, expresando todas las características de este Cuerpo en su creación. No es una colaboración sobre un tema en particular de La Legión, sino un amplio abanico de todo aquello que ha marcado la identidad de sus legionarios capitaneados por José Millán-Astray, desde la fundación del “Tercio de Extranjeros” en 1.920. Pues, considero que estos son los años principales, en el desarrollo de esta Unidad
Unidad, que ha dejado a sus predecesores legionarios un legado histórico, de “Honor y Gloria”. Y por ello, trato de exponer el origen de los diferentes factores funcionales que han hecho grande a este Cuerpo. Dice en su libro Juan José Pino: ¿Qué tiene el Tercio que enamora y deja una huella imposible de borrar?
O como diría Guillermo Rocafort, historiador y “Caballero Legionario”: Hay que conocer la Historia en profundidad para comprender el rico legado histórico que atesora La Legión. Este es el milagro de Millán-Astray: reconciliar a los más descarriados con la Patria y convertirles en sus mejores soldados.
Hombres y, ya mujeres que dejan todo por servir a una “Bandera”. Hombres que desde todos los rincones de España y del extranjero acudieron en 1.920 a la llamada de Millán-Astray, para formar una nueva Unidad que ganase una guerra que se estaba perdiendo. Qué dejando toda su vida anterior, se alistaron allí donde solo se les prometía alcanzar una muerte gloriosa y, muy pocos, lograr el empleo de capitán. Hombres, qué a los pocos meses de nacer La Legión, acudieron a Melilla a salvarla de los rifeños que la asediaban y qué con solo su presencia por las calles melillenses, la población se sintió liberada.
No fue fácil su creación, se sucedieron continuas discusiones sobre la conveniencia de crear el “Ejército Colonial de África”. El intento de crearlo fracasa en 1.918. Se impone que no debía defender los intereses coloniales un Ejército con tropas de reclutamiento obligatorio. En este periodo, el comandante Millán-Astray, que ha estudiado bien al Ejército Francés, tiene la osadía de presentar al Ministro de la Guerra un proyecto de creación de una Unidad de voluntarios españoles y extranjeros, que denomina “Tercio de Extranjeros.
Hay que recordar que cambió de nombre esta Unidad tres veces: Tercio de Marruecos; Tercio; y actualmente La Legión.
Realizada esta introducción, comenzamos la gloriosa historia del “Tercio de Extranjeros”.
La Legión “Es el Lugar en donde se presentan todos los aspectos de la humana complejidad: desde el místico al malvado, donde tienen cabida los luchadores de la vida, los aventureros, los soñadores, los esperanzados y los desesperados, que pronto ostentan con orgullo el título de “Legionarios”. La Legión es una hermosa obra de solidaridad humana, y su base se edifica sobre un buen conocimiento de la psicología de las multitudes.
Millán-Astray siempre admiró y quiso absorber los valores de los Viejos Tercios (siglos XVI y XVII) de los Austrias que salvaron a Viena y Malta, de los turcos (Lepanto 1.511, dónde el Tercio de Sicilia llevó el esfuerzo principal) y siempre exteriorizó su orgullo de pertenecer a la Infantería Española, la que marcó la Ley en el Campo de Batalla desde Pavía a Rocroi, la que desde las hazañas del Gran Capitán y de nuestros Tercios de Flandes, fue admirada en Europa entera.
Millán Astray tuvo claro desde el principio que la Legión debía tener una ilusión interna para absorber la "Mística de la Muerte"
De los Tercios salió la muy hermosa expresión de “señor soldado ” para dignificar su labor, y que Millán-Astray transformaría en “Caballero Legionario”, compendio de las virtudes militares y valores morales que él admiraba: desde el valor a la justicia, desde la honestidad a la cortesía, desde el culto a la verdad a la disciplina.
Desde el momento de su creación, Millán-Astray tuvo dos ideas muy claras: La Legión debía tener la mejor preparación para combatir y una ilusión interna para absorber la “Mística de la Muerte” que da Vida a otros españoles. Había que darle sentido al morir.
Para ello, se inspiró en la Legión Francesa (eficacia en la guerra moderna) y en los Samurais Japoneses…(Su Código de Honor: Sentido del Honor y actitud ante la muerte del Bushido).
Ya, de todo lo que rodea la Creación o Fundación del “Tercio de Extranjeros”, damos cuenta a continuación.
Debo comenzar por el principio, de la fundación o la creación del “Tercio de Extranjeros” en 1.920. He ojeado numerosas informaciones, y he encontrado cosas interesantes, en lo escrito por D. Francisco José Tortosa, teniente coronel (retirado), que me han parecido muy interesante, y del cual he aprovechado algunos de sus conocimientos como fuente de lo que voy a exponer dentro de algunos apartados de estas colaboraciones. Y mi agradecimiento a KiKe Barranquero, del Museo de la Legión, por su ayuda en cuanto le he solicitado.
El Protectorado de España en Marruecos, vio nacer una guerra que se inició en julio de 1.909, con el asesinato de varios operarios que construían el ferrocarril de las minas del Rif y se extendió hasta ese mismo mes de 1.927 con la proclamación de la pacificación del territorio. El Ejército de África no estaba preparado, ni en técnicas, ni en personal, para atender esta guerra “irregular”, lo que producía una sangría de bajas que indignaba a los españoles haciendo impopular, y no deseada la ocupación de este territorio. Esto decidió al Gobierno a acometer definitivamente la reforma de la Ley del Servicio Militar, e iniciar la creación de un Ejército voluntario. A finales de 1.909 se crea una Unidad de fuerzas indígenas.
A propuesta de Dámaso Berenguer, teniente coronel entonces, se crean el 30 de julio de 1.911 las “Fuerzas Regulares Indígenas, (nativos con cuadros españoles) origen de las Unidades de Regulares actuales, al mismo tiempo, se establece el servicio militar obligatorio, y se aprobaba la ley del “Voluntariado” con premio para los destinos en África. Con esto, se pretendía sustituir la recluta forzosa con tropas indígenas y voluntarios.
En todos los estudios se la denominada "Legión extranjera" pero terminó como Tercio de Extranjeros
En septiembre de 1.919, ocupando el Ministerio de Guerra el General Tovar, se le ordena una comisión de servicio en Argelia, al comandante Millán-Astray, uno de los más interesados defensores de la creación de La Legión Extranjera Española. Convivió casi todo el mes de octubre, en los campamentos de Tremecén y Sidi-Bel Abbés, con los legionarios franceses, y estudió su forma de vida, funcionamiento, instrucción y, organización. Con esa información, de primera mano, elaboró un informe, que aportó los mejores datos para la confección del futuro Reglamento. Y llegó el momento: Siendo Ministro de Guerra el General Villalba, en el Consejo de Ministros del 20 de enero de 1.920, se acuerda la creación de “La Legión Extranjera Española, con el nombre de “TERCIO DE EXTRANJEROS”. El Rey Alfonso XIII firma el Real Decreto de creación el 28 de enero de 1.920, documento que se publica en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra nº 22 del 29 de enero del mismo año, lo que será germen de la actual “Legión Española”: “Con la denominación de “Tercio de Extranjeros” se creará una Unidad militar, armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por que ha de regirse serán fijados por el Ministro de la Guerra”.
El 20 de enero de dicho año siendo Villalba ministro de la Guerra se acuerda la creación de la Legión Extranjera Española
Curiosamente, en todos los estudios, y documentos previos, se la denominaba como “Legión Extranjera”, pero terminó llamándose, “Tercio de Extranjeros”.
Millán-Astray, ascendido a teniente coronel el 7 de enero de 1.920, es destinado al Regimiento del Príncipe (Oviedo) el mismo día que el Rey firmó el Real Decreto Fundacional, fue comisionado sin pérdida de destino, por Real Orden, para la organización de la recién creada Unidad, dos días después de la publicación del Real Decreto Fundacional.
El General Silvestre, por entonces, Comandante General de Melilla, emitió un informe desfavorable a la creación de La Legión, lo que, unido a su no inclusión en los presupuestos ya aprobados, mantuvo “olvidado” el proyecto. No obstante, hay que recordar que la Ley de 1.918, solo admitía en filas españoles e indígenas, por lo que no se podía realizar el reclutamiento de extranjeros.
En esa tesitura estaba el asunto, cuando fue nombrado Ministro de la Guerra el Vizconde de Eza, Luís de Marichalar, que lo retomó con renovada energía. Coincidente en el tiempo, es la conferencia que imparte Millán-Astray, el día14de mayo de 1.920 en el Centro del Ejército y la Armada en Madrid ante el propio Ministro, y una nutrida e importante representación militar. Contento el Vizconde, pidió al orador que le ampliara la información contenida en su discurso y le prometió: “Yo le haré a usted La Legión”.
El general Silvestre emitió un informe desfavorable a la creación de la Legión, cayendo en el “olvido”
Apoyado por el Alto Comisario de España en Marruecos, el General Dámaso Berenguer, que le recomendó a Millán-Astray como Jefe de la nueva Unidad, el Ministro acometió la creación de La Legión en contra de los informes negativos de la Intervención Civil de Guerra y Marina. El tema de los extranjeros lo justificó, años más tarde, comentando que “quien concede lo más, concede lo menos”. Como no tenía presupuesto decidió “ahorrar dinero” no cubriendo las bajas que se fueran produciendo y licenciando dos soldados de reemplazo por cada legionario alistado.
Y así, el 31 de agosto de 1.920, el Rey, firma el Real Decreto donde se ordena la organización del “Tercio de Extranjeros”. Solo dos días después, mediante Real Orden, se le confiere el Mando del Tercio de Extranjeros al teniente coronel D. José Millán-Astray y Terreros Por Real Orden del 2 de septiembre de 1.920 (Diario Oficial nº 197): “El Rey (q. D. g.), se ha servido designar para el Mando del “Tercio de Extranjeros” al teniente coronel de Infantería (Diplomado en la Escuela Superior de Guerra) Don José Millán Astray y Terreros.
Madrid 2 de septiembre de 1.920: Ministerio de la Guerra y firmado por el Vizconde de Eza.
Es en esas fechas, en celebración íntima y familiar, por la designación como Jefe de La Legión, es donde surgen espontáneos los vivas que hoy siguen siendo reglamentarios en La Legión: ¡Viva España! ¡Viva el Rey! y ¡Viva La Legión!
“Españoles y extranjeros. Los que seáis amantes del Ejército y de sus glorias, los que gustéis de la vida de campaña ¡ALISTAOS!.
Así decía el primer cartel para solicitar voluntarios que conformarían la nueva Unidad denominada entonces “Tercio de Extranjeros”
En dichos “Carteles de Propaganda”, en los que se reflejaban las condiciones que debían reunir los futuros legionarios, incluía los derechos que garantizaban su permanencia al Tercio de Extranjeros, “tendrán Bandera propia y los
legionarios estarán amparados en ella”, indicaba por un lado, que aquellos que temían o sufrían la persecución de la Justicia, encontrarán la serenidad del olvido en los campamentos legionarios, lo que en cierta parte se cumplía al alistarse con nombre supuesto y aunque en el impreso de alistamiento se ponían las huellas digitales de los cinco dedos, las técnicas dactilográfica de entonces estaban años luz de las de ahora para la identificación de las personas, por lo que era difícil por no decir imposible su identificación.
Por otro lado, se incitaba a los legionarios a luchar con denuedo (denuedo: valor, energía, ánimo, vigor y decisión con que se ejecuta una acción) para hacer méritos suficientes para que el mando les concediese la “Bandera”
El Artículo 17 de las Ordenanzas de nuestras Fuerzas Armadas: “El espíritu se refuerza con los símbolos transmitidos por la Historia, ellos fortalecen la voluntad, exaltan los sentimientos e impulsan al sacrificio”.
Quedaba claro que el Tercio de Extranjeros se constituía como una unidad de alta disponibilidad con inequívoca vocación de combate que, precisamente por ello, admitía en sus filas a todo aquel -nacional o extranjero- que estuviera dispuesto a servir en los puestos de mayor riesgo y fatiga.
El 4 de septiembre, el ministro firma la Real Orden donde se publican las Reglas (Reglamento), y que se publica con fecha de 5 de septiembre en el Diario Oficial nº 199, por las que habría de regirse.
la regla 2: Este cuerpo habrá de emplearse tácticamente como de primera línea y en todos los servicios de paz y guerra, sin otro límite que el de su utilidad militar, la regla 27: El Tercio se nutrirá de extranjeros y españoles en el “Tercio de Extranjeros”.
Las edades entre 18 a 40 años de edad, admitiéndose soldados de filas, siempre que se comprometan en los términos que la organización de esta unidad previene.
Como decía el fundador, teniente coronel Millán-Astray: Ningún documento hay que exigir, nada hay que probar más que ante el médico “el ser útil…Así, cada aspirante a legionario podía acreditar o inventar su filiación según conviniese a su libertad e intereses, haciendo realidad aquello del “cada uno será lo que quiera, nada importa su vida anterior”, que -tal cual reza en el himno de La Legión. La guerra exigía guerreros y por ello, en aquella época, las puertas del Tercio se abrieron de par en par, permitiendo el alistamiento de los más variados, exóticos y curtidos individuos.
El alistamiento quedó abierto a españoles y extranjeros sin mayores exigencias, que ser sanos, fuertes y aptos para empuñar las armas, ofreciendo, a cambio la posibilidad de hacer carrera militar en el seno de La Legión. A tal efecto, se organizaron Banderines de Enganche, inicialmente, en Ceuta el Central y en Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza. Este es el momento en el que se da publicidad a la nueva Unidad con carteles anunciadores con las condiciones de enganches, que se reparten por todo el Estado y Como hemos especificado al principio de este apartado, en los Carteles de Propaganda, en los que se reflejaban las condiciones que debían reunir los futuros legionarios, incluía los derechos que garantizaban su permanencia al “Tercio de Extranjeros”, “tendrán Bandera propia y los legionarios estarán amparados en ella.” .
El tema de los extranjeros lo justificó, años después, comentando que quien "concede lo más, concede lo menos"
El 20 de septiembre se presenta un ciudadano español llamado CARLOS EXPRESATI DE LA VEGA en el Banderín de Ceuta. Es filiado, con el número 1, y pasa el reconocimiento médico, con resultas de apto, el día siguiente. Es esta la instancia documental más fidedigna de la que tenemos constancia, para poder afirmar que fue el primer legionario alistado, al ser el primero en presentarse.
Impresa en Ceuta en septiembre de 1.920, la cartilla, de apenas 40 páginas, titulada “El Oficial”, continúa las normas particulares de conducta de Millán-Astray que escribió para sus oficiales y que les entregaba al presentarse para su destino al Tercio. Ese sería el germen de lo que luego se conoció como el “Camino de los Caballeros”.
Por Orden Circular del 16 de octubre se dan órdenes para la progresiva creación de Banderas y se modifica la Regla 20 para que los legionarios puedan alcanzar el empleo de capitán.
Millán -Astray se dirige a los legionarios con estas palabras:
<<Combatiréis siempre y moriréis muchos, quizá todos>>.
Esta singular bienvenida materializaba un proyecto surgido en los albores del siglo XX, que tuvo que vencer no pocas dificultades de orden político, diplomático y militar. Proyecto que en la década de 1.920 se consolidaría a base de eficacia, sacrificio y un extraordinario empuje de los que fueron sus jefes en sus primeros diez años.
El cuartel del Rey en Ceuta, fue el primer centro de los alistamientos de los legionarios.
La prensa de la época informaba de la avalancha de exmilitares en los consulares extranjeros- En el de Londres unos 2.000 – que querían alistarse a la nueva Unidad. Pero en las condiciones no se contemplaba el que pudiera mantener a ubicación de la recién fundada Legión.
Los empleos, en sus ejércitos de origen, España no financiaba el viaje desde la nación de origen, solo al pisar suelo español se les pasaportaba a Ceuta por cuenta del Estado. En los Diarios Oficiales del 25, 28, y 29 de septiembre, habían sido destinados al Tercio, los primeros Suboficiales y Sargentos; Jefes y Oficiales; y Cabos, respectivamente.
Fuel tal el número de alistamiento que, en un escaso mes, desde que llegara el primer legionario a Ceuta, fueron creadas las tres primeras Banderas, con dos compañías de fusiles y una de máquinas (ametralladoras). Reunidos en los llanos del río Tarajal el último día de octubre, Jura Bandera con la del Regimiento Infantería Serrallo nº 69
No obstante, ante la avalancha de alistamiento, el primer campamento instalado en la llamada “Posición A” (García Aldave), se quedó pequeño, lo que hubo que habilitar uno nuevo, en este caso, en Dar Riffien.
En la próxima colaboración, especificaremos:
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