El Teatro del Revellín de Ceuta vive la tarde de este martes una auténtica sangría, en todo el buen sentido de la palabra. De los brazos de muchos vecinos brota esperanza en forma de glóbulos rojos, blancos, plaquetas y plasma que es conducida por tubitos de plástico a las bolsas que luego llegarán a los hospitales andaluces.
Precisamente, al fondo de la sala de donación, la casualidad quiere que un sevillano y un malagueño permanezcan tumbados con el brazo extendido respondiendo al llamamiento más urgente, la carencia de reservas de plasma.
Son Juan Rives, militar que lleva unos años vinculado a la ciudad, y Alonso Álvarez, desposado tiempo ha con una ceutí. Les conecta a una máquina asemejada a las que aparecen en antiguas películas que retrataban atletas rusos en la época de la Unión Soviética, María Gloria Rivero, supervisora del Centro de Transfusión Sanguínea de Tejido y Células de Cádiz (C.T.T.C.).
Es el aparato que manipula la profesional sanitaria, el gran protagonista de esta campaña de donación: "Antes de la pandemia la traíamos y ahora la hemos recuperado. El plasma es el líquido de oro, en todos los hospitales falta", lamenta Rivero.
Lo del oro es literal, pues en la bolsa que cuelga de la máquina se deposita una especie de sustancia amarilla, resultado de la separación de este componente de la sangre, que contiene anticuerpos o proteínas, entre otros elementos beneficiosos para pacientes que sufren de muy diversas patologías: "Se utiliza en casos de quemados o personas inmunodeprimidas, entre otros casos", subraya la supervisora.
Resulta además que puede donarse cada dos semanas, dato que ilumina la mirada de Rives y Álvarez. "Lo donaríamos con toda la frecuencia posible si hubiera posibilidad", saltan al unísono.
La cuestión es que el C.T.T.C regresa a Ceuta cada "dos meses y un día" y esa última jornada de espera, no es un capricho. "Es por el tiempo que tiene que estar de cuarentena el plasma", detalla Rivero.
Con esa misma regularidad acuden tanto Álvarez como Rives. Este último le ha cogido el gustillo a donar desde "1981", cuando lo hizo por primera vez "en Toledo" y ya no ha parado, aprovechando a cada vez que se encuentra con un autobús para este propósito, se encuentre donde se encuentre: "He llegado a meterme en una furgoneta cuando la vi en Granada".
A buen seguro agradecen este gesto los pacientes de hospitales, como un día lo fue el padre de Álvarez. "He tenido la fortuna de observar como a familiares míos, a mi padre en concreto, le ponían sangre de otra persona y el sentimiento de agradecimiento cuando ayudan a uno de los tuyos es muy grande".
Se miran los dos satisfechos tras la charla y vuelven a poner la mirada en el techo, aguardando a que acabe el proceso.
La que no para es Rivero, de un lado a otro, despidiéndose también de los que se marchan, ofreciéndoles un zumo y un dulce. "Desde hace años nos se dan bocadillos", ríe, pero presume de extensa oferta de pequeños caprichos altos en glucosa; "palmeras, cañas y magadalenas", además de líquidos, "lo más importante para recuperarse".
Los que se encuentran en las camillas también se llevan una gorra, que por color y forma parece aquella de Donald Trump, que rezaba lo de "Make America Great Again" ("Hagamos grande a América de nuevo"), pero que contiene finalmente un mensaje más trascendental: "Este verano, dona sangre, salva vidas".
Como el ex presidente americano dudaba del Coronavirus y las vacunas, hay quien todavía piensa que su donación acabará sirviendo para el lucro y por eso dejan de participar en las campañas. "Aunque parezca mentira hay mucha gente que no viene porque piensa que vamos a vender su sangre", cuenta contrariada la supervisora del proceso.
Nada más lejos de la realidad. Tras la sesión de donación matinal, prevista para el miércoles de nueve y media de la mañana a una y media de la tarde, lo recogido pondrá rumbo en neveras hacia la península. Tras ser "registrado" por las fuerzas de seguridad en el puerto, llegará "a Sevilla, donde separan los componentes" y una vez completados los procesos necesarios se distribuirá por los hospitales andaluces donde la sangre caballa podrá ayudar a otras vidas.