Pues sí, pero con reservas. Ya han pasado unos días desde que se jugó el partido entre los dos equipos de fútbol más destacados de la capital de España y ello ha permitido pensar con más calma y con más informaciones sobre el caso. El resultado es fiel reflejo del juego desarrollado por cada uno de esos dos equipos.
Ha ganado el que mejor actuó sobre el terreno de juego, pero quizás habría que añadirle algo con lo que muchos pueden estar en desacuerdo: el partido estaba perdido por el Real Madrid antes de empezar el encuentro. No reforzó adecuadamente su defensa por la banda izquierda, debilitada por lesiones y acumulación de tarjetas amarillas –caso de Marcelo–, permitiendo así una fuerte presión de la delantera del Atlético y creando una gran inestabilidad tanto en la defensa del Real Madrid como en la creación de juego ofensivo. Todo ello lo debió pensar y valorar adecuadamente el equipo director del juego madridista. Caso que lo hiciera –algo que es dudoso– no hubo la acción adecuada en el campo de juego y el equipo ignoró la realidad; todos debían defender.
Pero no sólo defender sino que a partir de esa defensa debían salir las jugadas que pudieran permitir el poner en dificultades a la portería contraria. Esto no se hizo y lo demuestra claramente el cero de su cuenta de goles en el partido. Esto es algo que ocurre en las diversas actividades humanas; el ser humano es incompleto tanto individualmente como en aquellas acciones de conjunto que decide emprender. No es que no tenga cualidades para hacer bien las cosas, pero tiene también algún que otro defecto que se le cuela casi sin darse cuenta.
Para el ser humano vivir la realidad se le suele hacer una carga pesada y, por ello, se toma vacaciones de vez en cuando. Vacaciones que a veces son muy cortas, tal vez sólo de unos pocos minutos, pero es el tiempo suficiente para que se nos vaya de la mente la razón principal de nuestra existencia; la de hacer el bien. Hay infinidad de detalles que cautivan nuestra mente y se la llevan a discurrir sobre cuestiones muy variadas y con ello queda sin atender el objetivo principal de nuestra vida. Cuando nos damos cuenta de ello hemos perdido algo. Por esa razón, mantener el liderazgo del Real Madrid obligaba a mantener la mente clara y libre de ataques a esa continuidad que un equipo directivo debe mantener vigilante sobre cualquier posibilidad de error. Debe anticiparse siempre a los acontecimientos y para ello ha de limpiar siempre el camino a seguir. Claro que puede haber errores, pero éstos han de ser mínimos; que casi no se noten. En este caso que comentamos sí se han notado y debe ser corregida la falta cometida, prestando más atención en el futuro.