El avance del
coronavirus en nuestra ciudad provoca que nos encontremos en el segundo fin de semana con las restricciones de movilidad a la Península. El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, atendiendo a las peticiones de las autoridades
sanitarias, decidió este cierre con Andalucía y eso ha provocado que, de nuevo, una de las grandes afectadas sean las agencias de viajes que pasan por dificultades. La estación marítima sigue blindada con la presencia de la Policía Nacional, a cuyos agentes hay que justificarles el motivo del viaje para poder acceder a la zona de embarque. “Ya se notó el fin de semana pasado con las restricciones del cierre perimetral. Esta semana que también estaba cerrada Andalucía pues se ha notado y ya este fin de semana solo tenéis que ver cómo está la
estación marítima”, ha explicado Marcos Muñoz, empleado de Viajes Trujillo a las cámaras de FaroTV. Pocas son las que todavía permanecen abiertas, aunque como los propios trabajadores reconocen lo hacen por tener informados a los clientes porque la venta de billetes ha decaído de manera sustancial. Reconocen que cuando a finales de junio el puerto abrió empezaron a mejorar las ventas, pero este cierre vuelve a dañar de lleno al sector. “Es cierto que cuando en junio se abrió si se empezó a mover un poco la cosa, pero en agosto la cosa fue bajando de manera considerable y esta última semana con las restricciones el impacto ha sido bastante fuerte”, ha proseguido Muñoz. Por una parte, las agencias no entienden que se llegue a estas medidas tan estrictas sin pensar en lo que eso supone para sus puestos de trabajo. Las palabras del consejero de Sanidad, Javier Guerrero, sobre que la hostelería solo tiene el 0,38% de los contagios no han pasado desapercibidas para estos trabajadores después de lo que se ha hablado en las últimas semanas sobre los bares y restaurantes de nuestra ciudad. “Se ha hablado mucho de la hostelería y después, según los datos, no ha tenido una incidencia fuerte en los casos de contagios, pues la verdad es que no hay datos certeros sobre la incidencia que el puerto esté abierto o cerrado. Pero la realidad es que somos uno de los grandes perjudicados, quizás de los que menos se habla y tanto a las agencias como a las compañías nos está afectando fuerte”. Unas de las palabras que más está sobrevolando sobre estos empleados es la palabra
ERTE. No se quieren ver, de nuevo, sin poder ir a trabajar y sin tener el sustento económico de su trabajo para mantener una familia. Son unos de los sectores más afectados por las restricciones y que menos atención están recibiendo en plena pandemia del coronavirus.