{jaimage crop="BC" /}El subsahariano sin identificar que fue localizado muerto este lunes en el mar, descansa desde ayer en el cementerio cristiano de Santa Catalina. La ficha de ingreso en el cementerio de Santa Catalina descansaba sobre la mesa de Antonio Troyano, responsable del cementerio de Santa Catalina. Solo el campo destinado al nombre del fallecido estaba completo con una descripción: “Varón de raza negra sin identificar”. La Administración reconocerá a este subsahariano con otra denominación, el número asignado en las diligencias judiciales. Para el resto, este difunto será recordado como el subsahariano que perdió la vida en el mar con 80 dirhams en el bolsillo –como publicó este periódico–, siempre y cuando no logren su identificación a través de las pruebas que le fueron practicadas.
El vehículo de la Funeraria Curado llegó al columbario de Santa Beatriz de Silva a las 13:00 horas. El padre Cristóbal Flor, de la Parroquia de Nuestra Señora del Valle, ataviado con sotana y con la Sagrada Biblia en sus manos, esperaba a que los empleados del cementerio depositaran el féretro en el suelo para comenzar el rezo.
El cadáver de este ‘sin nombre’ fue localizado este lunes a 6,5 millas al noreste de Punta Almina y había quedado amarrado a la embarcación. La Salvamar Gadir se encargó del traslado del cuerpo a la base del Marítimo, donde comprobaron que el cadáver se correspondía con un varón, de unos 18 ó 20 años, que llevaba muy pocas horas en el mar.
“Celebramos un responso pidiendo a Dios que acoja su alma”, explicó el cura; “es un deber humanitario y cristiano dar sepultura a los difuntos”, añadió Flor. Junto al párroco, que leyó varios pasajes del Libro Sagrado, solo se encontraban los miembros de la funeraria y los trabajadores de Santa Catalina, quienes mostraron su respeto al difunto ante la ausencia de familiares y conocidos.
A sus pies, el sobrio ataúd lució un ramillete de flores engarzado al Cristo en la cruz. La oración del padre Flor fue la última despedida a una persona que, empujada por el deseo de prosperar, halló la muerte en las aguas del Estrecho. Palabras de tránsito hacia el descanso eterno con las que terminar un viaje que arrancó en algún país de este continente.
Izado por la cuadrilla del cementerio cristiano, el féretro subió los peldaños de la escalera metálica hasta ser introducido en un nicho disponible en la última planta del bloque de Santa Beatriz de Silva. “Hemos perdido la cuenta del número de inmigrantes sin identificar enterrados en este cementerio”, confesaron los trabajadores.
La morada eterna de estas personas cuyas familias aún esperan una llamada telefónica desde Europa o rezan por sus almas sin saber dónde descansan, se encuentra repartida en distintas calles del camposanto. Siempre ocupan los espacios disponibles en el quinto nivel de los nichos ya que por desgracia sus parientes nunca irán a visitarles ni les pondrán flores por en su aniversario, comentaron los presentes. Tal vez sus familias nunca sepan que murieron en el intento.
Finalizado el funeral, los trabajadores volvieron a su rutina y este joven de los 80 dirhams, ni siete euros con los que quería empezar una nueva vida en España, descansa ya en el nicho 138.
El Partido Popular ha aceptado la propuesta del Gobierno canario para que la reunión para…
El Partido Popular ha destacado su compromiso con Ceuta y Melilla durante los debates en…
China y Rusia tienen un punto común. Acercan sus posturas a África y, en ese…
El encuentro de la Copa del Rey entre la Agrupación Deportiva Ceuta y el Club…
Jota López no podrá jugar contra el Villarreal B este domingo a las 12:00 horas…
La Policía Nacional ha desmantelado una organización de narcotraficantes que empleaba "narcodrones" para transportar droga…