El presidente Juan Vivas se reunió ayer con el presidente nacional del PP, Pablo Casado. Un encuentro que persiguió, sobre todo, encontrar ese calor necesario en forma de apoyo que necesita la institución municipal ante los graves momentos que atraviesa Ceuta. Momentos que son evidentes, que nadie puede negar y que tienen mucho que ver con el bloqueo fronterizo al que está sometido esta ciudad. Pablo Casado es un político que nunca ha ocultado su querencia a Ceuta. Lo ha demostrado con varias visitas y también con sus atenciones hacia una ciudad en la que se preocupa en conocer sus problemas. Vivas aprovechó su visita a Madrid para participar en el acto inaugural de Fitur para hacerle partícipe de los últimos acontecimientos que ponen en serio riesgo a nuestra ciudad. La elevada presión migratoria es un hecho, pero lo es también el cierre a cualquier tráfico comercial con lo que está suponiendo de agonía para el puerto y para la frontera. Los problemas también vienen derivados de la anulación de las ayudas que recibía Ceuta por su condición fronteriza y por el gasto de la desalinización del agua. Esto último ha sido un palo y ha obligado a reconvertir la idea presupuestaria que manejaba la institución municipal. Contar con el respaldo, con el apoyo de Casado es importante para Ceuta. Si bien se trata de un líder de un partido en la oposición, no olvidemos que toda la fuerza y el empeño que pueda demostrar hacia nuestra ciudad siempre será bueno y positivo para empezar a ver la luz después del túnel.
Los problemas se han hecho fuertes en contra de Ceuta, problemas claves y determinantes que hay que combatir y a los que hay que poner freno de manera inmediata. Solo falta encontrar en el presidente del Gobierno, en el presidente de todos los españoles, el mismo talante para conseguir desbloquear unos asuntos que parecen perdidos y que están poniendo en grave riesgo el futuro de la ciudad.
