Hay pequeñas batallas cuyos logros son descatados. Y lo son porque repercuten directamente en el bienestar de
los guardias civiles y en que puedan desarrollar su trabajo de forma digna. Y en el caso de la Compañía Fiscal de Ceuta esto no estaba pasando, ya que, tal y como denunció la
Asociación Española de la Guardia Civil (AEGC), se veían obligados a ocupar sillas destrozadas y mesas que parecían desplomarse.
Tras la denuncia pública en El Faro, se ha conseguido que esta misma semana se reponga parte del mobiliario, con el compromiso de renovar todo y de extender dicha acción a la Compañía de Seguridad Ciudadana que se encuentra en la misma situación que la Fiscal.
“Desde AEGC estamos satisfechos con la reposición de mobiliario en las instalaciones del puerto y el compromiso de hacerlo también en la Compañía de Seguridad Ciudadana. Esperamos que pronto nos podamos volver a reunir con el presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Manuel Doncel, para solucionar lo relativo a las garitas como quedamos en
la primera reunión que mantuvimos con el senador David Muñoz Arbona, en la que acordamos que se intentaría acondicionar una en mejores condiciones de forma provisional para luego, en unos meses, con una partida presupuestaria, colocar una como la que tienen los policías portuarios”, explica la asociación en declaraciones a este periódico.
Se ha conseguido recuperar cierta dignidad donde había sido pisoteada, porque se había llegado a la situación en la que los guardias civiles trabajaban con recursos más pobres que los de cualquier agente marroquí de fronteras, sin que a nadie pareciera importarle. Mientras la cúpula del Instituto Armado tenía su mobiliario adecuado, a los guardias se les mantenía lo peor de los restos habidos.
AEGC no olvida la ayuda y apoyo recibidos por el senador del PP, al igual que la atención y compromiso de Doncel como la implicación de quien fuera parlamentario por Ceuta, Guillermo Martínez. “Nos han mostrado su apoyo e interés en mejorar nuestras condiciones de trabajo”, ha reseñado la asociación, que ha tenido el respaldo en su denuncia de los sindicatos de Policía Nacional y Local, sindicatos de clase y colectivos sociales “que nos habían mostrado su disposición para
acompañarnos en la concentración” que iban a llevar a cabo. “Por último” agradecen también “a nuestros caimanes, aquellos herederos de la asociación de cónyuges y retirados de AEGC que estaban dispuestos a tirar del carro como siempre”.
La asociación denunció a través de este medio las condiciones de trabajo de los guardias civiles de la Compañía Fiscal, sacando a la luz un mobiliario y unas instalaciones que “eran vergonzosas, que denigraban la condición de guardias civiles de nuestros compañeros. No denunciamos caprichosamente, porque a los primeros que nos duele la imagen de la Guardia Civil es a los guardias civiles”.
Desde AEGC, indican, “entendemos que el mobiliario y puestos de trabajo de los miembros de la Guardia Civil deben tener las mismas condiciones que los del resto de trabajadores y, por supuesto, la de los propios guardias civiles destinados en puestos de administración o unidades de investigación, porque también somos guardias civiles y ninguna unidad se encontraba en las condiciones” de la Fiscal.
“Sin duda la imagen de la Guardia Civil se deteriora cuando un ciudadano se dirige a sellar los documentos para la devolución del IVA y se encuentra una oficina con unos muebles de los tiempos del Duque de Ahumada”, expone, reclamando esa dotación de medios europeos y dignidad laboral que parece, ahora, va a entrar de lleno en el puerto.
Evidentemente en toda lucha hay luces y sombras, estas últimas vienen representadas por los partidos y administraciones que han optado por mirar hacia otro lado, sin atender las quejas de unos componentes con los que, luego, con su propia imagen, osan hacer política. Con hechos y no con palabras es como se defiende a la Guardia Civil.