La fecha del fallecimiento del teniente coronel Santiago González-Tablas ha sido conmemorada un año más por efectivos de Regulares de Ceuta nº 54 (GREG-54).
Puntual, a las doce y media del mediodía, llegó Antonio Varo Gutiérrez, coronel jefe de esta unidad, a la pequeña plaza del Paseo de las Palmeras donde está erigido el monumento en memoria de quien es conocido como el héroe de la batalla de Tazarut. Allí, desde varios minutos antes, aguardaban en formación efectivos de Regulares, entre los que también había una representación de veteranos.
El coronel jefe Varo Gutiérrez dirigió unas breves palabras a los presentes en las que resaltó "la hermandad que hubo siempre entre legionarios y regulares". Y recordó que precisamente fue José Millán-Astray, fundador de la Legión, quien en su momento promovió la realización del monumento en homenaje al teniente coronel González-Tablas tras su fallecimiento en 1922. Además, la corona que ayer quedó colocada ante la estatua fue depositada por el jefe del Segundo Tercio de la Legión, Marcos Llago Navarro, y por el coronel Jesús Palop Galán, presidente de la Hermandad de Veteranos de Regulares.
A continuación, guiones y banderines del Grupo de Regulares formaron para rendir honores ante el monumento. El cornetín de la unidad realizó el toque de oración.
Una vez finalizado el acto, todos los participantes posaron junto a la estatua del teniente coronel González-Tablas.
El héroe de Tazarut
El héroe de Tazarut, a quien se homenajeó ayer, nació en Pamplona en 1879 en el seno de una familia de militares. Su padre alcanzó el grado de teniente general.
Inició su carrera en el Ejército con su ingreso en la Academia de Infantería en 1894. Dos años después salió como oficial para ir destinado a Cuba, donde ascendió a primer teniente en 1898. De vuelta en la península, en 1904 ascendió a capitán. Con esa graduación llegó a África.
En 1915 fue destinado en las Fuerzas Regulares. En numerosas acciones de combate demostró sus condiciones militares, lo que le hizo merecer una Laureada en 1919 siendo comandante al mando del segundo Tabor, por su actuación el día 13 de mayo en el combate para ocupar la loma de Jandak, sobre el río Jemís.
Volvió en 1920 al Grupo de Regulares de Ceuta como jefe titular. Ese año se desarrollaron operaciones de importancia para lograr la ocupación efectiva del Protectorado y la sumisión de las Cábilas.
Las operaciones tenían que completarse durante el año 1921, para garantizar el final de la actuación en la zona occidental del autodenominado 'Cherife' el 'Raisuni'. Fue entonces, en julio de 1921, cuando tuvo lugar el desmoronamiento de la Comandancia General de Melilla. Se encontraban operando en la Cábila de Beni-arós, acercándose a Tazarut. Se recibió orden de suspender las operaciones en la zona oriental, debido a la situación de peligro en la que se encontraba Melilla, que podía caer en poder de Abdelkrim.
Esas circunstancia obligaron a dos Banderas del recién creado Tercio de Extranjeros y dos Tabores de los Regulares de Ceuta a realizar una marcha épica para llegar a Ceuta y poder embarcar hacia Melila. Las banderas del Tercio recorrieron un centenar de kilómetros antes subir al ferrocarril en Tetuán y llegar a Ceuta.
Los Regulares recorrieron a pie también la distancia entre Tetuán y Ceuta, con lo que realizaron un recorrido de 140 kilómetros entre el 22 y 23 de julio. Luego embarcaron en un vapor que les llevó a Melilla. Allí los Regulares primero detuvieron el avance rifeño y luego contribuyeron a recuperar el territorio.
El recuento tras esas operación dio como resultado que el 75% de los hombres había muerto o estaba herido. Ese fue el precio a pagar por las sucesivas victorias obtenidas.
A su regreso a Ceuta, fue necesario recuperar la capacidad de combate. Y a continuación, en abril, tras recomponer las bajas, González-Tablas dispuso a contribuir a la pacificación de la zona occidental, donde seguía actuando El Raisuni.
Después de las operaciones del 7 de mayo y de duros combates que supusieron el estrangulamiento de las posiciones rebeldes, se organizó el asalto definitivo. El 12 de mayo, en esos enfrentamientos fue herido el teniente coronel González-Tablas junto al comandante Medina Jiménez, también de Regulares de Ceuta. Ambos fueron descubiertos por el enemigo cuando estaban dirigiendo las operaciones de su unidad. El teniente coronel González-Tablas recibió dos impactos de bala, uno en el abdomen, y el otro en una mano. Perdió mucha sangre y llegó casi inconsciente al hospital de montaña. Allí, el médico Mariano Gómez Ulla le intervino en primer lugar al advertir que el teniente coronel era el herido más grave. Sin embargo, tras la operación, constató que la herida no tenía solución. Murió a la mañana siguiente, si recuperar el sentido tras la operación. El 14 de mayo, el cadáver de González-Tablas fue trasladado al campamento general y el alto comisario, el general Berenguer, le impuso la medalla militar. El cadáver recibió sepultura en Ceuta dos días más tarde.
En el momento en que recibió el disparo en el vientre, el teniente coronel González-Tablas ya era consciente de la gravedad de la herida. "Me han matado", exclamó. Más tarde, cuando llegó al hospital, compartió sus temores con Gómez Ulla, el médico. "Marianico, llego tarde a tus manos. Nada puedes hacer por salvar mi vida", le dijo al cirujano.
Sin embargo, su destino no era su mayor preocupación, sino el de sus hombres. No quería que supieran que había resultado gravemente herido y que probablemente iba a fallecer. Temía que se enteraran durante el combate de que había caído y que la noticia tuviera un efecto negativo sobre la moral de la tropa.
A la memoria de este militar está levantada junto a la Iglesia de la Virgen de África la estatua frente a la que ayer, un año más, Regulares conmemoró el 94º aniversario de su fallecimiento, una fecha señalada en el calendario de esta unidad.
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