El día ha amanecido encapotado. Como si fuera un poderoso imán, el santuario del arroyo de San José me ha atraído a su interior. En mi recorrido por la pista de la Lastra he observado la densa niebla que cubría la parte alta del arroyo ocultando el monte del Renegado. Sin embargo, al doblar la curva me he fijado que el entorno de la entrada al santuario parecía envuelta por una lámina de pan de oro. Refulgía como el Grial disolviendo completamente la niebla. A diferencia de otros días hoy no sopla nada de viento, lo que hace que sea perceptible un silencio de fondo que permite apreciar el zumbido de las abejas, el canto de los pájaros y la caída de las hojas.
Dedico un buen rato a releer mis anotaciones sobre el “Libro de las elucidaciones de los símbolos” de Ibn Umail, comentado por Marie Louise Von Franz. Esta última explica que en el misticismo islámico se desarrolló la conciencia de que el alma es una figura interna, independiente del hombre, personificada en la figura de Sophia o Fatima al-Zahra. En ella el adepto busca un matrimonio sagrado o hierogamia.
"Como si fuera un poderoso imán, el santuario del arroyo de San José me ha atraído a su interior"
Esta figura es el anima del adepto, pero al mismo tiempo el Anima Mundi atrapada en el materia a la que debemos liberar a través de la obra alquímica. Cada día me sorprende más lo que me ha sucedido. Fui elegido para liberar el espíritu de Ceuta. Ella me habló y luego se me presentó en una gruta sagrada. Yo la desenterré y la devolví a la luz de manera tanto literal, como simbólica. Desde entonces guia mis pasos y retira los obstáculos que encuentro en mi camino para completar mi labor. Debo tenerla presente en todo momento dentro de mi templo interior para unir con ella en un abrazo eterno.
Ceuta, situada en la confluencia de los dos mares, está llamada a ser el nuevo templo sagrado que fue en el pasado, sobre todo en el periodo medieval islámico. Fue entonces cuando Sophia se le presentó a los místicos de aquellos tiempos que se encargaron de diseñar y distribuir los talismanes de plomo con su imagen. Se me ha ofrecido la oportunidad como arqueólogo de regresar a ese tiempo para traer al futuro los conocimientos y la sensibilidad necesaria para revitalizar el espíritu de Ceuta y resacralizar su naturaleza maltratada. De alguna forma, Carl Gustav Jung y Marie Louise Von Franz me han confiado esta misión. Voy teniendo claro que mi próxima obra será “El tercer templo” o “El regreso de Sophia”.
Según M.L. Von Franz, los tres grandes temas que debe abordar el cristianismo son el de la materia, la integración de lo femenino y la cuestión del mal. No va a resultar fácil que la gente supere el mito de la naturaleza inerte y el cosmos mecanicista. La tierra es un organismo que inhala y exhala y que posee, además de cuerpo, alma.
"Según M.L. Von Franz, los tres grandes temas que debe abordar el cristianismo son el de la materia, la integración de lo femenino y la cuestión del mal"
Respecto a lo femenino, esta vinculado al tema de la materia. Las diosas de la antigüedad lo eran de la naturaleza, pero fueron derrocadas por las divinidades patriarcales que se marcaron como principal objetivo destruir los santuarios y las imágenes de las diosas.
Impusieron una imagen masculina de Dios con la que yo no me siento a gusto. El regreso de la diosa se inició en los siglos XII y XII, pero no llegó a triunfar. No obstante, en el cristianismo se encarnó en la figura de la Virgen María, que es reina de los cielos, pero no de la tierra.
En cuanto al mal, es una realidad palpable. Cuando el amor deja espacio, se cuela el mal ganando terreno.