Regreso al lugar de la tragedia III. Annual

Hace meses, cuando han pasado casi 90 años del desastre de Annual, un grupo de interesados en estos temas, procedente de distintas ciudades de España y Marruecos, viajamos al corazón del Rif para visitar los lugares en que se desarrollaron los hechos. Varios vehículos todo-terreno partieron de Ceuta y otros se unirían en Alhucemas.  Annual está situada en unas lomas que, en conjunto, no suponen ninguna posición suficientemente protegida. Más bien nos pareció un campamento instalado allí para ser la base de posteriores avances o reunir a las tropas para una ofensiva. Rodeado de montañas y con el desfiladero de Izunmar a la retaguardia, recuerda la descripción que hacen los historiadores de la zona de Diem ben Phu en la Indochina francesa. Es de difícil explicación que se concentraran allí tantas tropas cuando la defensa, en caso de ser necesaria, iba a ser difícil.
Igueriben era ya una columna de humo rodeada de muertos. Cientos de rifeños se afanaban en retirar las bajas propias y despojar a los cadáveres españoles, transportando igualmente todo lo que había de valor en la posición.
El sol de mediodía de aquel 21 de julio de 1921, caía a plomo sobre las fuerzas derrotadas y Annual se aprestaba a la defensa, mientras los rifeños iban rodeando la posición entre gritos de victoria y disparos ocasionales. Silvestre, hundido, comenzó a tomar decisiones contradictorias y algunas absurdas. El general  Felipe Navarro, barón de Casadavalillo, segundo en el mando, recibe orden de regresar a Melilla para organizar la defensa en la ciudad con uno de los ayudantes de Silvestre, el comandante Tulio López Ruiz, éste para hacerse cargo de los efectos personales del comandante general que se encuentran en la mesa de su despacho en la Comandancia. Se organiza una pequeña escolta, comen algo y parten para Melilla protegidos por el fuego de las posiciones que todavía cubren el paso de Izunmar, el único camino posible. Son poco más de la tres de la tarde, cuando abandonaron Annual entre abrazos y encargos de los compañeros para sus familias.
Silvestre está muy alterado en la tienda de comunicaciones, donde tiene una moderna estación de telefonía sin hilos (TSH). Lo mismo pide a Berenguer material para construir un ferrocarril en el que retirarse, que el envío de refuerzos que sabe no pueden llegar a tiempo o solicita acorazados, quizás con la intención imposible de embarcar su ejército en Sidi Dris, el apoyo en la costa. El Alto Comisario  Berenguer que se encontraba cerca de Larache, en el campamento de Rokba el Gozal para dar el golpe de gracia a El Raisuni, comprende que la situación en Annual es gravísima y sugiere a Madrid la requisa de barcos que comienzan a ser enviados a Ceuta, el puerto más cercano a la Península, a toda máquina.
El coronel Manella, jefe de la posición de Annual, empieza a dar órdenes: se hace un recuento minucioso de hombres, municiones, agua y alimentos. Varias ametralladoras son emplazadas con discreción frente  al campamento de Policía Indígena, porque se teme una deserción en masa y los oficiales reciben instrucciones para tranquilizar a las tropas, lo que resulta una misión imposible, ya que todos los que no se encuentran de servicio en lo parapetos, cuchichean entre sí transmitiendo a los compañeros su propio miedo y desconcierto. Las cifras dan  una idea de la situación ya que, para 194 oficiales y unos 5000 soldados con unas mil cabezas de ganado, quedan 200.000 cartuchos de fusil y 600 cargas de artillería, lo que significaba un solo combate, al ritmo que se venían consumiendo las municiones.  
Cae la noche sobre Annual y los pacos disparan sobre cualquier luz, incluso al resplandor de los cigarrillos, por lo que la oscuridad es absoluta y el campamento se encuentra totalmente rodeado por sombras que se corren entre la maleza.
El general Silvestre convoca una reunión urgente, un Consejo de Guerra para decidir lo que se debe hacer en tan grave situación. Entran en la tienda del comandante general, los jefes de los regimientos de Alcántara, Ceriñola, San Fernando, Ingenieros, Regulares, Policía Indígena, Artillería y Estado Mayor. A dicha reunión se incorpora Manuel, el hijo del general Silvestre, oficial de caballería y estará presente también el teniente-coronel Pérez Ortiz, futuro alcalde de Ceuta.
Tras varias deliberaciones se decidió la retirada por sorpresa y la falta de información a los oficiales, generó tal desconcierto que lo que debía ser un repliegue ordenado, se convirtió en una huida en desorden, donde se produjeron lamentables escenas de cobardía y escasos episodios heroicos. El resultado fue un desastre que costó la vida a unos 10.000 hombres con fatídicos episodios en el paso de Izunmar, Dar Drius, Ben Tieb, el río Igan y Monte Arruit.
Solo queda, en recuerdo de la tragedia, un pequeño bosquecillo acotado, con un monumento que conmemora la gesta de Abd el Krim y los suyos, al vencer a un ejército europeo más numeroso y mejor preparado. Así reza el texto esculpido sobre la piedra.
Algunos españoles acuden a ese lugar cada 21 o 22 de julio a depositar flores en el lugar que sirvan de recuerdo para los que murieron en aquella retirada en desorden. También los componentes de nuestra expedición dedicaron una oración a los militares que perdieron la vida en esos campos o en el desfiladero que, incluso hoy día, impresiona al que se acerca a estas tierras.
Y sentimos también legítimo orgullo de los que hicieron frente a la situación con valentía. El Regimiento de caballería de Alcántara que perdió el 90% de sus efectivos en sucesivas cargas contra los rifeños, los coronel Morales, Manella y otros muertos en Izunmar, el capitán Escribano de la posición Intermedia A que protegió la retirada hasta sucumbir con sus 83 hombres y un solo superviviente o el capitán Amador, muerto con toda su compañía, al atacar al enemigo a la bayoneta para no caer prisionero,  junto a tantos otros conocidos o anónimos.
Fue una jornada triste e interesante pata todos nosotros y, al anochecer, los vehículos con sus pasajeros iniciaron el regreso a Alhucemas, entre nubes de polvo, por las pistas del Rif.