La situación de pandemia que lleva asolando Ceuta desde marzo de 2020 ha hecho que cosas que parecían difíciles de ver se han llevado a cabo como medida provisional. Es lo que ha pasado con el pabellón Santa Amelia, una pista que desde que comenzara la pandemia del coronavirus se ha convertido en un albergue provisional para menores inmigrantes.
En primera instancia para acoger a los quedaron atrapados tras el cierre fronterizo. Había que buscar de urgencia un lugar donde alojarlos para no pasar las frías noches de marzo sin un techo, y eso hizo el Ejecutivo local, acogiéndolos en el recinto deportivo para garantizar el confinamiento. Ahora, tras la entrada masiva de menores en el mes de mayo, se ha convertido de nuevo en un albergue. Eso sí, la intención de la Ciudad es acogerlos temporalmente e ir poco a poco acomodándolos en Piniers o en el centro de La Esperanza. Para eso, casi 200 menores que estaban en este último lugar ya han ido saliendo poco a poco repartidos por diferentes comunidades autónomas.
Desde el Ejecutivo local se sigue trabajando para que, más pronto que tarde, la pista deportiva Santa Amelia cumpla la función que tiene que desarrollar, que no es otra que los jóvenes vuelvan a desarrollar las distintas modalidades deportivas como antes de la aparición del virus en marzo de 2020. Para eso, la Ciudad ha adjudicado la licitación a Estructuras del Estrecho S.L. por un costo de 289.898,84 euros. Estas ejecuciones se van a desarrollar bajo la supervisión de la Consejería de Juventud y Deporte y con la colaboración de la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos.
El pabellón no se encuentra en las mejores condiciones y por eso se va a destinar casi 300.000 euros para desarrollar las mejoras. La intención de la Ciudad no es otra que reparar cada rincón de la pista deportiva, para que vuelva a ser útil lo antes posible. Un trabajo que no será nada fácil, ya que son múltiples los distintos destrozos a los que ha sido sometida desde marzo de 2020. Entre las actuaciones que van a desarrollar se van a centrar, sobre todo, en la parte de los vestuarios y baños. Ese lugar ha sido bastante utilizado y tiene que ser reformado en su totalidad. Unas ejecuciones que se desarrollarán en los 3 vestuarios existentes. Cabe recordar que esa pista se divide en: vestuario local, vestuario visitante y el de los árbitros.
Además, los obreros también se centrarán en el parqué. Este ha servido durante todo este tiempo como acomodo para dormir. Allí se han desplegado todas las camillas donde han dormido cada noche. Eso ha hecho que el suelo se resienta y provoque distintos desniveles que lo imposibilita para la práctica deportiva. Por último también se trabajará en las gradas por diferentes deficiencias en los bancos.
Una situación que el Ejecutivo local está deseando que ocurra lo antes posible. Unas ejecuciones que comenzarán una vez los menores salgan del recinto, para que la pista deportiva vuelva a tener la utilidad que debiera y los ceutíes la vuelvan a disfrutar.
Uno de los problemas que ha habido, que ha ocasionado diferentes desperfectos, ha sido el de los diferentes altercados que se han producido. En alguna que otra ocasión, la Policía Nacional ha tenido que personarse en la zona para poner orden e incluso los Bomberos para bajar a un menor atrincherado en el techo. Eso, por desgracia, ha hecho que el pabellón sufra desperfectos que ahora hay que subsanar.
El polideportivo Santa Amelia se convirtió poco a poco en una casa de acogida improvisada para los Menores Extranjeros No Acompañados que estaban en Ceuta y que permanecían en las calles. Un total de 67 en primera instancia fueron trasladados hasta estas dependencias que sirvieron para que cumplieran con su confinamiento durante el periodo de cuarentena. Protección Civil revisó todas las instalaciones junto a la Comandancia. Mientras, la Policía y la Guardia Civil siguieron trayendo a todos aquellos que encuentran por las calles. El objetivo del operativo de entonces era que ninguno permaneciera incumpliendo las restricciones de circulación impuestas por el real decreto en ese estado de alarma.
La Policía Científica se estuvo encargando, como ahora, de las labores de identificación. Se comprobó uno a uno los que eran menores de edad. La Ciudad propuso otro lugar para su acogida, en concreto instalaciones militares en desuso, instalaciones deshabitadas o la prisión, que está ocupada a un tanto por ciento de su capacidad y pudo albergar a estas personas que dispondrían de todos los medios. Pero la última palabra la tuvo la Delegación del Gobierno que ordenó que fuera el ‘Santa Amelia’.
Una situación similar a la que ha ocurrido hace pocos meses con la entrada masiva de inmigrantes.
El pabellón deportivo Santa Amelia acogió cinco días después a 250 menores inmigrantes de los que llegaron a Ceuta en las entradas masivas auspiciadas por Marruecos. Así esta instalación se transformaba de nuevo en un campamento alternativo para menores, junto al reabierto de Piniers en donde fueron acogidos más y las naves del Tarajal, con el resto.
Una situación que ahora la Ciudad quiere cambiar y recuperar el ‘Santa Amelia’ para la práctica deportiva.
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