La “amplia” realidad vital de Ceuta, que cuenta “con una impresionante riqueza, por ejemplo, por las cuantiosas culturas en una ciudad relativamente pequeña, como con muchísima complejidad, varias incomprensiones y problemáticas”, se refleja y se manifiesta “fuertemente” en el ámbito del arte y de la vida cultural local. Así lo cree la investigadora Cornelia María Eiter en la tesina ‘El arte y la realidad vital en la zona fronteriza de Marruecos y España con enfoque a Ceuta’, centrada en “señalar las posibilidades del arte de concienciar y de reconciliar”.
En sus conclusiones destaca cómo, mucho más allá de la arquitectura y las manifestaciones artísticas con más repercusión “se puede ver la ambigüedad de Ceuta, la sensibilidad y sensatez del poeta en los textos de Mohamed Chaboun Mohamed [Unas tierras condenadas a lo divergente / Unas playas de distintas familias, varias religiones, dogmas, jactancias, pero nadie predica tu crecimiento / Ay Ceuta, te quedarás enana con una aduana sobre el pecho], se puede ver la variedad y alegría y el camino hacia un mejor entendimiento entre todos en los cuadros de Antonio San Martín, se puede ver la multiculturalidad en las canciones de Sara Sae y se refleja la miseria de la frontera tanto en la obra de teatro ‘Arizona’ de Juan Carlos Rubio, como en la película ‘Samba, un nombre borrado’ de Mariano Agudo.
La tesis también escruta, desde el punto de vista de la concienciación o conmemoración, un concierto del grupo Ariela (formado por la pianista Sigrid Hagn y la violista Janina Ibel y dedicado a mujeres compositoras judías), y otro de Humood Alkhuder dedicado a “defender los derechos humanos”, así como la producción del grupo de canto Alhouda, llamado ‘Voces por la Humanidad’.
“El paisaje artístico en Ceuta y en sus alrededores es de una riqueza cultural sin igual y con una extensa potencialidad dentro del hecho creativo”, concluye Eiter, que da por probado que “el arte de la ciudad o el relacionado con el ámbito vital de la misma es capaz de concienciar y de transmitir mensajes importantes, aunque esto claramente es una posibilidad en todas partes”.
La autora se propuso “reflexionar, argumentar e investigar sobre la realidad vital de los habitantes y sobre todo sobre el arte de la zona fronteriza entre Marruecos y España”. Su punto de partida fue que “se supone que por las circunstancias históricas y sociales en dicha zona se crea un entorno particular” y que “debido a los múltiples matices culturales y a la peculiaridad espacial se asume que la realidad vital allí es propia”.
Un viaje previo de investigación del Instituto de Filología Románica de la Universidad de Viena a la ciudad autónoma y Tetuán sobre la multiculturalidad y el plurilingüismo sirvió “como base empírica” para la investigación de la tesis sobre de qué forma “las características de una población tan diversa y las problemáticas espaciales, por ejemplo a causa de la frontera, se pueden manifestar en el arte”.
En su diagnóstico del tema profundizó en las manifestaciones artísticas religiosas, pero también en otras concepciones.
“La mezcla de culturas en general es común en muchas ciudades en el mundo: lo que es especial de Ceuta es que es una ciudad relativamente pequeña de aproximadamente 85.000 habitantes que cuenta con tanta diversidad”, destaca la autora, que se entrevistó con múltiples artistas de distintas disciplinas, desde Antonio San Martín y Pedro Orozco hasta la animadora socio-cultural de la Consejería de Educación Nieves Cruzado pasando por el periodista y autor carnavalero Juanmi Armuña, el director de teatro José Antonio García Iñigo, la diseñadora Amelia Laorden, los activistas Mohamed Faitah y Reduan Mohamed, el guionista Juan Carlos Rubio, Sara Sae, varios refugiados...
“En esta tesis era importante subrayar que no solo el arte muy conocido y con visibilidad dentro del campo artístico tiene mucho valor, sino algún poema, alguna obra que quizás nadie menos el artista haya visto antes”, remarca la investigadora, “puede tener mucha importancia y potencial, conmover a otras personas o comunicar un mensaje que nos hace pensar sobre la condición ceutí”.
Eiter realizó múltiples entrevistas en Ceuta a artistas de distintas disciplinas como el compositor Juanmi Armuña, que puso de relieve ante la investigadora que a su juicio “el arte es el mejor vehículo de expresión, el más claro y al alcance del más pobre de recursos económicos”. “Incluso en épocas en las que la libertad estaba secuestrada por tiranos, permitía eludir la censura. Además, es la forma más agradable de hacer llegar a la gente un mensaje y que lo comprenda, incluso identificándose y emocionándose con él”, destacó el músico, letrista y periodista, quien valora que, “a diferencia de un idioma, no necesita un código para hacer llegar un mensaje. Es un elemento de cohesión social”. Para la cantante Sara Sae “es la libertad de expresión en mil formas diferentes que nos hace libres de verdad, es el único motor que nos une y nos hace hermanos y más humanos”.
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