Llega la Feria y ahí está. Es el primero en pedir su camiseta, su libreta, su boli y esa cámara de fotos que siempre le acompaña. Cualquiera le dice que no baje a la Feria. Reduan Ben Zakour, nuestro compañero, la joya de este periódico, no falta a su cita con los caballas.
No falta para atender ese deseo que tiene de recoger en su cámara las fotografías de las familias que cenan en convivencia para disfrutar de estos días especiales. A muchos de esos padres de hoy los fotografió cuando eran unos niños. Hoy se lo recuerdan con alegría y con el cariño que se le tiene a un hombre bueno y honrado.
Reduan es digno de admiración. En esta Casa tenemos el lujo de trabajar al lado de un compañero que se ha ido superando con el tiempo, que se ha hecho a sí mismo, que ha trabajado duro por aprender y adaptarse a la velocidad de vértigo que invade el mundo de la comunicación. Cuántas veces me ha dicho eso de “si fuera más joven, Carmen, haría esto y esto…”. Humilde como es no se da cuenta que ya no tiene que ser más joven, que ya no tiene que demostrar nada, que en este oficio lo ha dado todo y se ha superado en cada una de las salidas que ha llevado a cabo. Lo sigue haciendo.
Reduan guarda la historia de Ceuta que ha pasado por sus ojos y su cámara, la reciente y la más antigua. Sufrido, trabajador, incluso en algunos momentos incomprendido por algunos sectores a los que el tiempo ha puesto en su sitio, Reduan ha sabido hacerse dueño de sus silencios, ha aplicado con acierto eso del ver, oír y callar, para seguir con un trabajo que forma parte de la hemeroteca de El Faro y que supone una historia brillante.
La vida de Ben Zakour es digna de película. En serio. Podría formar parte de una apuesta segura, lo tiene todo: la superación, la lucha, las picardías de quien siendo un niño cruzaba la frontera, las aventuras, el medio mundo recorrido y el saber ganarse el pan con respeto.
Esta feria 2023 Reduan vuelve a bajar al Real, vuelve a ser el protagonista que sin darse cuenta es. No lo olvides nunca Reduan, aquí se te quiere.