Cada 23 de noviembre no se le olvida. Han pasado ya 39 años en las vidas de Aixa, Kinsa, Himo, Nawil y Mohamed Bilal. 39 años sin la figura de un esposo y un padre. Mohamed Hamed Abderrahman era
policía nacional pero ante todo era también un héroe para su propia familia, una piña que se mantiene unida en Ceuta orgullosa de quien sigue siendo su referente.
ETA terminó con los sueños de todos ellos.
Fue en Irún, en los complicados años 80. Mohamed pasó a ser uno de los casi 200 integrantes de la Policía Nacional asesinados en unos atentados que marcaron a sus respectivas familias también víctimas de la barbarie.
Sus descendientes han tenido que ir creciendo con esa permanente sombra de su ausencia. Aixa, erigida en madre coraje, vive rodeada de unos hijos con valores, convertida ya en abuela por partida doble viendo crecer a unos nietos de los que no pudo disfrutar su esposo.
“Armados con 5 fusiles, escondidos en el monte, asesinaron a Mohamed”
Dicen que nadie muere mientras está en el pensamiento de quienes lo
recuerdan. Precisamente con ese recuerdo no pudo terminar la banda terrorista ETA cuando aquella noche asesinó a Mohamed que estaba destinado en el País Vasco.
“El dolor de la ausencia hace que recapacitemos. Él no quiso ser víctima pero su memoria es el patrimonio de todos. Duele ver años después que los asesinos de mi marido están en las instituciones. A él y todo los que fueron asesinados,
quiero dedicarle hoy todo mi reconocimiento”.
Estas fueron las palabras ofrecidas por Aixa hace unos meses cuando recogía
el escudo de oro que la Ciudad entregó a título póstumo a su marido. Una lección de vida de quien arrastra el sufrimiento de no tener a su lado a quien fue su compañero de vida.
39 años después de aquel asesinato la familia de Mohamed no olvida, tampoco quienes conocieron y compartieron profesión con el agente o quienes han tenido el gusto de conocerlo a través del testimonio de sus seres queridos.
ETA asesinó a este policía nacional que estaba destinado en el País Vasco
El relato de aquel crimen se ha contado un montón de veces y hace solo un año lo rememoraba la presidenta del colectivo de
Víctimas del Terrorismo, Consuelo Ordóñez.
“Los asesinos conocían por los chivatos que en la autopista, a la altura de Irún, solía colocarse un retén de Policía para proteger los coches franceses que iban a por ella, ya que ETA había empezado a ametrallarlos como respuesta al inicio de la colaboración francesa”.
“Armados con 5 fusiles y un lanzagranadas y escondidos en el monte, esperaron a que descendieran del vehículo y les lanzaron una granada anti-carro que alcanzó de lleno a Mohamed, abriendo fuego contra el resto de la dotación, hiriendo gravemente a otro compañero”.
Mohamed fue evacuado urgentemente al hospital pero no sobrevivió. Dejó el testimonio de su vida en su esposa e hijos por siempre.