El Centro de Historia y Cultural Militar de Ceuta ha organizado en la tarde de este martes una conferencia cargada de historia militar española en cuanto a la conquista del Perú por la doctora en Historia y Arqueología Marítimas, Ascensión López, en el Casino Militar.
El motivo de la conferencia ha sido la celebración de la creación de la Guardia Civil peruana a cargo de la Guardia Civil española en 1920.
Ha comenzado catalogando esta conquista como uno de los procesos más largos y estratégicos, consiguiendo hacerse el ejército español con el Imperio más grande de los territorios andinos sin derramar grandes cantidades de sangre o sin diezmar a una población completa.
Ha comenzado relatando las inquietudes por explorar el litoral del Pacífico y los rumores que llegaban de un imperio al sur cuyas riquezas eran muy abundantes. Recién descubierta Panamá, en 1522, Andagoya forma una hueste y se lanza a la búsqueda del nuevo país del oro.
Estas noticias llegan a Francisco de Pizarro, el verdadero protagonista de esta historia, que ya había formado parte de huestes anteriores y contaba con experiencia militar. Decide ampliar la expedición de Andagoya y se adentra en la aventura, donde el nombre de Almagro también fue importante.
Antes de la salida a la conquista se negoció que los beneficios de la expedición, las riquezas conquistadas, se compartirían en tres tercios iguales, algo que en la práctica no se plasmó y que llevó a tensiones y disputas dentro de la hueste entre Almagro y Pizarro.
1524 es el año en el que se adentraron en una primera expedición que no tuvo mucho éxito y que dejó muchas vidas humanas en el camino.
La segunda fue en 1526 y estuvo marcada por la división de la propia hueste ya que muchos pensaban que, si una primera había fallado, esta también lo haría. Sin embargo, no fue así.
Pizarro mandó explorar la zona sur. Una expedición en la que encontraron unos señoríos ecuatorianos pertenecientes al imperio inca y que demostraron que el Imperio del Perú existía y que se escondía tras las montañas que se veían desde la costa.
La hueste seguía sin creerlo y muchos integrantes de la misma se volvieron en barco, quedándose con Pizarro únicamente 13 hombres. Los que decidieron continuar la búsqueda del Imperio Inca pasaron seis meses de penurias esperando a que Bartolomé Ruiz regresara con el barco y los recogiera para emprender ese viaje hacia el sur.
Durante ese recorrido vieron “en diferentes partes indios vestidos unos con clavos de oros con patenas de plata y todos ellos en gran abundancia” empezaron a darse cuenta de que había un territorio que conquistar y riquezas para poseer.
Esto significaba que “la empresa había tenido éxito”, como ha afirmado López.
Una vez desembarcados en Tumbes y adentrado en lo que se conoce como 'La capitulación de Toledo' (1529) a Almagro se le da una fortaleza en la ciudad y lo convierten en Hidalgo, acción por la que se siente insultado por Pizarro ya que el trato inicial había sido de repartir los honores y beneficios a partes iguales.
La capitulación de Toledo dejó claro que Pizarro “era un hombre muy listo aunque no estaba formado y ya había visto lo que había ocurrido anteriormente en los procesos de conquistas anteriores, por lo que se dejó concretado antes de salir de la península de que el mando de la misión y los mayores beneficios de la conquista serían para él a través de la Gracia Real antes de emprender el viaje. Esto supuso un desagravio para Almagro que tendrá consecuencias para los españoles del Perú”.
Tras esto se inició un proceso de recluta de hombres cuyo encargado sería Almagro, pues ya disponían de más riquezas para ofrecer y convencer.
Más tarde, a través de caminos de tierra creados por el Imperio Inca se adentraron en el Perú. 1532 fue el año clave de la conquista.
Cuando llegaron se encontraron que en los territorios del norte existía una guerra Civil ya que el Inca, considerado mucho más que el monarca absoluto en España había fallecido hace poco y sus hijos se habían enfrentado.
Mientras todo esto ocurría se empezó a murmurar que se estaban adentrando en el territorio “hombre blancos con barba”. Los señores que estaban descontentos con la posición de dominio del inca se posicionaron con Pizarro, facilitándole hombres y medios. Los indígenas participaron en la conquista.
El 15 de noviembre 1532 españoles con un ejército de indígenas llegaron a Cajamarca aunque el ejército enemigo les ganaba en número, esto no frenó la astucia de Pizarro que ideó la estrategia para capturar que no matar al inca del Imperio para hacerse con el poder. Así lo hizo. Encarcelaron al inca Atahualpa en Cajamarca.
Por su liberación pidieron grandes riquezas, y ya en 1533 se produce el reparto de Cajamarca en el que Almagro volvió a salir perdiendo. Pizarro repartió en grandes cantidad entre su gente y Almagro que no se encontraba en el lugar no vio el mismo botín que Pizarro.
En 1534 parecía acabada la conquista, pero no. Un nuevo inca fue impuesto por españoles con el sí de los indígenas. Pizarro se había encargado de hacer alianzas con los indígenas. Pero Almagro vuelve a Cuzco en contra de la voluntad de Pizarro y quiso hacerse con la ciudad donde es asesinado por españoles.
El fin de del Imperio Inca vino con el fin de los españoles. Un hijo mestizo de Almagro se impuso como gobernador de Perú. Fue entonces cuando el Rey de España toma cartas en el asunto y manda tropas. Asesinan al hijo mestizo de Almagro.
Esta situación generó un debate sobre cómo tratar a los indígenas. Y en 1542 se establecen unas nuevas leyes. Ya no había tanto derecho sobre los indios por parte de los conquistadores.
1547 fue un tiro de gracia para los españoles. Un golpe de la mano del arma más poderosa: la negociación. Se basó en rendir lealtad al monarca y obedecerlo a cambio de la paz, donde todos llegaron a un punto común.
Los partidarios de Pizarro lo dejaron solo y fue capturado y ejecutado en Cuzco. “El fin de los españoles llegó desde España” a través de esas nuevas leyes por mandato del Rey que no gustaron a los conquistadores.
El golpe definitivo fue en 1572 con el virrey de Toledo, el forjador del Perú colonial, que recogió los restos del imperio.
La conquista del imperio culmina con la caída de vencedores y vencidos.
Y así terminaba una conferencia que ha dejado a todos maravillados y atentos durante una hora. La doctora en Historia y Arqueología Marítimas, Ascensión López, ha sabido cómo estructurar cada paso de la historia para que no hubiera puerta a la confusión. El público, en su mayoría militares, ha aplaudido con fuerza al terminar la intervención.
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