El buen trabajo, la actitud y el esfuerzo es algo que se reconoce en Carrefour de forma mensual a través de ‘Bravo Meeting’, un acto en el que se reúne al equipo y se procede a la entrega de una distinción al colaborador que haya destacado por algún trabajo o acción concreta. Con el coronavirus presente en el día a día, para alguno, realizar su trabajo se ha dificultado un poco. Pero el saber adaptarse y seguir hacia delante ha hecho que se haya visto reconocido su labor.
Este es el caso de Miguel Ángel Corell, un ceutí con discapacidad auditiva que trabaja en Almería desde 2017 en este supermercado. Trabajar durante esta pandemia ha sido complicado, sino para todos para una gran mayoría y para Corell “ha sido una situación diferente”. Cuando se podía acudir a un supermercado a comprar, la gente lo hacía poco y lo necesario. Sin embargo, después la cosa cambió. “Cuando había más gente en los supermercados era complicado todo, porque con las mascarillas era difícil descubrir lo que te piden. Con esfuerzo y viendo los gestos de las personas, nos entendíamos mejor”, aseguró Corell.
Este ceutí no esperaba recibir este reconocimiento, puesto que ha asegurado que “trabajo como el primer día”. Pero esta distinción le ha ayudado a hacer ver “que estoy haciendo las cosas bien”. Actualmente es reponedor en el Carrefour de Roquetas de Mar, en Almería, pero cuenta con una larga trayectoria en nuestra ciudad. “Empecé ya hace unos diez años en Eroski en el centro comercial Parque Ceuta, luego pasé a Carrefour, cuando se instaló la franquicia en la ciudad. Y hace unos seis años me trasladé a Almería”, explicó.
Su discapacidad auditiva no ha supuesto nunca un impedimento a este ceutí a la hora de trabajar ni de relacionarse con sus compañeros. Según ha contado, desde pequeño en su barrio, el Polígono, le ayudaron a integrarse con las personas, lo que le ha facilitado mucho el hablar con la gente. Y ahora, con el uso de las mascarillas, ha sabido adaptarse a la perfección para seguir atendiendo a los clientes. “El problema de la mascarilla para nosotros, los deficientes auditivos, es complicado de llevar porque no podemos leer los labios. Sin embargo nos tenemos que adaptar a esta situación porque con el virus en la calle no se pueden quitar las mascarillas. Los labios no lo podemos leer pero mediante gestos y algunas miradas, te das cuenta de lo que quiere cada persona”, indicó.
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