El reglamento del Colegio tiene como fin inculcar a los alumnos una fuerte disciplina, rectitud en las costumbres, ejemplar pundonor, profunda religiosidad y afan de perfección
En la fundación del Real Colegio de Artillería de Segovia fueron actores principales: Carlos III Rey de la Españas, y el Conde de Aranda primer Director General de Artillería, el Marqués de Esquilache (Ministro de Hacienda) y el Conde de Gozala, Inspector General del Cuerpo y primer Director del Colegio que sin duda fue el actor más destacado haciendo el proyecto del Colegio realizando los Planos del Alcázar de Segovia, suprimió los cadetes de artillería del ejército, pues la preparación para ser oficial solo se daría en el Real Colegio y los ascensos serían por antigüedad. Fue inaugurado el Colegio el 16 de mayo 1764. Se establece el Real Cuerpo de Artillería y se pone fin a la existencia anómala de tres clases de artillería: Estado Mayor, Regimiento Real y las Compañías Provinciales.
La vida del Colegio, en general, se regía por un reglamento, cuyo fin principal era inculcar a los alumnos una fuerte disciplina, rectitud en las costumbres, ejemplar pundonor, profunda religiosidad, el afán de perfección, en el pasillo donde están los cuadros figura la siguiente frase “todos para cada uno, y cada uno para los demás”, asistir a Misa todas las mañanas y en las comidas la historia de España y por las noches el rosario. Los exámenes hasta 1886 fueron orales, con preguntas al azar y el alumno con uniforme de gala e igualmente los profesores. El Alcázar de Segovia fue Palacio-Fortaleza y morada de reyes. En la planta superior está situada la galería de Promociones donde figuran todos los artilleros que desde el 5 de octubre de 1765 hasta nuestros días han sido promovidos a oficiales de artillería.
El 6 de marzo de 1862 se produce un incendio en el Alcázar durante tres días y lo destruye y el Real Colegio se ve obligado a trasladarse al Convento de San Francisco situado frente al Alcázar siendo la ubicación actual de la Academia de Artillería. Por Real Orden 9 de mayo de 1852 desaparece el Real Colegio que se convierte en Academia de Artillería.
15 de febrero de 1910 El Rey Alfonso XIII inaugura el monumento a Daoiz y Velarde, en el brillante Acto estuvieron también presentes la Infanta Isabel, el Presidente del Consejo de Ministros Don José Canalejas, el Ministro de la Guerra General Aznar, otras autoridades y Jefes u oficiales del Arma.
Entrega de bandera El 25 de octubre de 1915 la Reina Victoria Eugenia regala una Bandera a la Academia de Artillería. Palabras de Alfonso XIII: “Artilleros toda Bandera vieja es un mundo de recuerdos. Toda Bandera nueva es otro mundo de esperanza. La que acaban de retirar presencio días tristes, muy tristes para España pero no por eso es menos gloriosa. Yo saludo en esta Bandera la aurora de un nuevo día lleno de esperanzas que no dudo veremos convertidas en realidades”.
Al pie de los cañones de Ceuta A lo largo de este trabajo se ofrece abundantes muestras del palmarés científico de los artilleros de Ceuta de su espíritu corporativo y de su acrisolado culto a la tradición, a la historia de un Arma que, con la entrega y valor de sus artilleros, ha sabido cumplir con su misión al pie de los cañones, patentizando la raza heroica que corre por las venas de los ejércitos españoles. Por Real Decreto el Regimiento Real de Artillería de Campaña creado para guarda y servicio de los Trenes de Artillería, se organizó en 3 batallones asignados en las regiones de Aragón, Extremadura y Andalucía. Cada Batallón estaba organizado en 12 Compañías de las cuales 3 eran de artillería, 1 de Minadores y 8 de Fusileros.
En el Batallón numero 3 de Andalucía se integra la artillería de los llamados Presidios del Norte de África por lo tanto en la de Ceuta se organiza con 2 Compañías de artilleros y minadores, y con oficiales de los que había ya en la Plaza de Ceuta, quedando establecidas definitivamente en la ciudad y se ordena proveer de artillería los castillos de Santa Catalina, el Desnarigado y el Fortín del Sarchal. La compañía de artillería tenía la siguiente plantilla: 1 capitán, 1 teniente, 3 sargentos, 3 cabos, 10 bombarderos y 40 artilleros y las compañías de minadores 1 capitán, 1 teniente, 6 maestros, 2 minadores y 12 ayudantes. En el siglo XVIII se crea una Comandancia de Artillería en la plaza de Ceuta. En 1741 las 2 compañías de Ceuta dejan de pertenecer al Batallón nº 3 y se integran en la Agrupación de la Artillería de las Plazas Españolas del Norte de África.
Última ratio regum En 1718 existían ya en Ceuta 135 bocas de fuego: 105 cañones y 30 morteros. En 1760 se crea la artillería a caballo y de montaña. En la ciudad en 1805 la dotación de artillería era de 205 cañones.
Indicador de Mandos y Titulaciones. En 1519 la artillería de Ceuta estaba mandada por el llamado Almojarife de las municiones y Capitán de la Artillería de la ciudad.
En 1912 la artillería de Ceuta ya al mando de un Coronel, Don Manuel Membrillera toma el nombre de Comandancia de Artillería de Ceuta y en el año 1913 es designado Regimiento Mixto de Artillería mandado por el Coronel de Reyna. En el verano de 1959 con motivo del repliegue del Protectorado del ejército español, el regimiento de Artillería se repliega desde el Acuartelamiento de Sania Ramel de Tetuán a Ceuta al acuartelamiento de la Puntilla, integrándose en él las unidades de Costa y Antiaérea y en 1962 recibe el nombre de Regimiento Mixto de Artillería nº 30 al mando del Coronel de Artillería Don José Fort Viso.
El Ramix 30 Con el recuerdo y la gratitud a los que a lo largo de tres siglos hicieron posible, con su conocimiento, sus sacrificios, valor y abnegación llegar a este tricentenario y que durante estos 310 años a la sombra de los Estandartes cargados de gloria y condecoraciones han reflejado lo que de inmortal tiene el Ramix 30, Unidad de elite de apoyo por el fuego a las unidades de la Comandancia General de Ceuta y me llena de satisfacción expresar en este trabajo con palabras cálidas que lleguen al corazón de todos, en unas fechas que tienen un especial significado para una Unidad de elite del Arma de Artillería de Ceuta, el Ramix 30, que celebra con el boato que se merece su querida Patrona Santa Bárbara que lleva consigo un motivo de orgullo y que ha ido dejando desde aquella fecha, en mil combates, un profundo rastro de victorias, sacrificio, valor y heroísmo, huella que quedo señalada por el rojo de la sangre de sus bravos y heroicos artilleros ceutíes, que con acuerdo prudente murieron sonriendo y lleno de condecoraciones su sagrado Estandarte, escribiendo también páginas caudalosas de heroísmo en la defensa militar de Ceuta.
Cada uno es artífice de su ventura, el Ramix 30 el mismo se fraguó la suya sin presunciones, con trabajo, abnegación y valentía consiguió un historial grandioso que ha sabido conservarlo con diligencia y cordura y pocos llegaron a donde ha llegado la artillería de Ceuta y son elogios muy ajustados como esta fecha requiere y en una verdad me fundo que da fama a tu nombre Ramix 30 y les puedo asegurar que en esta ocasión no podremos decir “quod parum scitur”… “es poco lo que sabemos con certeza”
La técnica crea expertos, que bien venidos sean, pero también es necesario formar espíritus, adecuar la mente, sembrar inquietudes, acuñar personalidad; el valor, el sacrificio, la entrega, el compañerismo y el amor a nuestra Patria y todo nuestro respeto y admiración hacia los que nos precedieron y nos marcaron el camino a seguir y ellos han sido un ejemplo con su espíritu peculiar, con el sacrificio y con el esfuerzo callado de la instrucción silenciosa del día a día y cuando ha sido necesario, con su abnegación y sacrificio, derramando, si fuera necesario otra vez sangre en defensa del honor de España.