Se llama Rawabah Masoud, tiene unos 29 años de edad y es argelino. Sus amistades piden ayuda ya que desde el pasado 3 de julio no saben nada sobre él, cuando se echó al mar intentando su pase a Ceuta a través de la ruta de los espigones.
Según informan, fue en la playa de Al Riffin desde donde se echó al mar enfundado en un traje de neopreno corto y con una cámara de neumático. Además, entre sus pertenencias tenía su pasaporte y teléfono móvil.
Los intentos de poder intentar contactar con él por parte de sus amigos no han tenido su fruto ya que, según cuentan, cada vez que han intentado llamarlo les sale un mensaje en el que les informa que el dispositivo se encuentra apagado.
Rawabah emprendía este intento de cruce junto a otra persona, pero se separaron durante la niebla.
Este joven argelino se suma a la larga lista de desaparecidos, que se echan al mar para lograr un pase siguiendo la ruta del espigón.
Con el verano empieza ya a notarse una mayor presión migratoria con intentos de cruce por ambos espigones. Asociaciones de la Guardia Civil advierten de que la situación empeorará, por eso reclamaron un aumento de los controles fijos en ambas bahías.
La ruta del espigón
Adultos y jóvenes se echan al mar enfundados en traje de neopreno o con la misma ropa que portan creyendo que se trata de un cruce sencillo. Las duras noticias conocidas de tragedias, muertes y desapariciones no les frenan.
Al goteo constante por mar se suman los intentos de escapada de quienes, estando ya en Ceuta, buscan marchar a la Península ayudados por embarcaciones.
De esa inmigración forzada viven quienes se aprovechan de la desesperación de unos para ganar dinero, exponiéndolos a pases o incluso forzándoles a arrojarse al mar si advierten la presencia de las fuerzas de seguridad.