"Dentro de las casas derrumbadas es un criadero de ratas, cucarachas, basura acumulada de muchísimos años". Los vecinos de la calle Ramón y Cajal están hartos de la situación que se encuentran y que, con el verano, aumentan. La situación llega hasta el punto de que no pueden abrir las puertas de sus casas o ni siquiera sus ventanas, ya que temen que los roedores se cuelen en sus casas.
"Llevamos más de 10 años esperando una solución al derrumbamiento de varias casas en el recinto, la calle Ramón y Cajal", cuentan los vecinos de los edificios colindantes al lugar.
"Si te descuidas con la puerta abierta o las ventanas se meten ratas dentro", continúan, en un escenario que avisan se podía haber solucionado hace tiempo. "Siempre escuchamos al presidente de la barriada que vendrán a ver esto", cuenta un vecino por redes sociales.
Piden que se tiren esos edificios, que se sanee la zona, un lugar donde indican que "muchos niños" juegan a diario en los alrededores. Y, avisan, "cualquier día" les moderá una rata o puede que se les caiga un muro encima porque "eso está en ruinas" y nadie "pone remedio".
La situación se agrava con el aumento de las temperaturas, cuando las ratas se dejan ver y los insectos hacen insoportables las noches.