La Comandancia General de Ceuta (Comgeceu) ha organizado la noche de este jueves su acto mensual de arriado de bandera y homenaje a los caídos, que en esta ocasión se ha vinculado a la clausura de las XVIII Jornadas sobre Geopolítica y Geoestrategia organizadas por el centro asociado de la Universidad Nacional de Estudios a Distancia (UNED) en la ciudad autónoma.
El acto suele rotar entre las unidades de la Comandancia y, en esta ocasión, el elegido ha sido el Regimiento Mixto de Artillería número 30 (Ramix 30), una unidad llena de historia que ostenta en su estandarte una Cruz Laureada de San Fernando y cinco Medallas Militares.
Se trata de un regimiento singular por encuadrar dos grupos muy diferentes, uno de Artillería de Campaña (GACA I/30) y otro de Artillería Antiaérea (GAAA II/30), con materiales dispares que abarcan un amplio espectro de los cometidos de las unidades artilleras. También lo es porque dispone de dos acuartelamientos: uno en el casco urbano junto a las Murallas Merínidas -el cuartel de Fuentes Pila (en honor al más insigne héroe)- y otro en la estratégica y emblemática fortaleza del monte Hacho.
El acto del arriado de la bandera intenta siempre aprovechar alguna efeméride, que en este caso es el 312 aniversario de la creación de esta unidad, que se celebrará el próximo lunes, a las 13.30 horas, en el acuartelamiento Teniente Fuentes Pila, sede del Regimiento, presidido por el comandante general. Allí también tendrá lugar el acto de evocación del 2 de mayo de 1808.
El origen del toque de oración del Ejército español se remonta a la batalla de Ceriñola (1503), en la que se enfrentaron las tropas nacionales y las francesas y que terminó con victoria española, con sólo 100 muertos, y más de 4.000 por parte francesa.
Una vez concluida la batalla, el comandante Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, al observar el campo lleno de cadáveres franceses, ordenó que ese día, y en lo sucesivo, a la puesta de sol, se dieran tres toques de atención prolongados para que todos rezaran por los muertos caídos en la batalla.
Durante el siglo XVI y principios del siglo XVII, se extendió esta costumbre a todas las unidades españolas, por lo que, desde entonces, en todas las instalaciones militares, el toque de oración se interpreta diariamente, después de haber arriado bandera, y al ponerse el sol, para homenajear a los soldados que dieron su vida por España.
Cabe añadir que la enseña nacional fue adoptada como pabellón real en 1875, con el rey Carlos III, y fue en 1843 cuando Isabel II la instauró por real decreto como bandera nacional de España.
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