Unas obras que llevan “años” cerca de la antigua comisaría próxima
a la barriada de Juan Carlos I y que suponen un auténtico ‘rally’ para una vecina indignada tanto por la duración de las mismas como por el trato recibido por el encargado de supervisarla. “De todos es sabido, que en esa zona hay obras desde hace años. Mi hijo tiene dos, más el tiempo del embarazo, y ya estaban de obras”, comienza su relato. La vecina señala que esta misma semana, llevando en el carrito a su hijo, se ha encontrado una “zanja” que le impedía pasar por “ningún lado más” que por la carretera. “Con el peligro que eso conlleva”, añade.
“Al volver de la guardería, me encuentro con el encargado de la obra, y le expongo la situación, primero, se hace el sorprendido, y me pregunta donde está la zanja, cosa que me extraña, siendo él el encargado”, continúa su relato. Explica que “muy enfadada” le dice que “eso no puede ser”, justificando que “no se pueden inutilizar los dos lados” de la carretera al mismo tiempo, a lo que el encargado le responde, según escribe dicha: “Sí, voy a quitar las vallas, para que tu pases con el carro”. La que califica de “pedazo de respuesta” de este responsable, recibió la contestación de la mujer, reprochándole que el paso para todos los peatones debería “estar en condiciones”. Añade que, mientras ella tiene la dificultad pero puede sortear los obstáculos con el carrito, otras personas que anden con muletas o que tengan una discapacidad, se ven obligadas a recorrer un tramo por la carretera. “¿Esperamos a que ocurra una desgracia para poner entonces una solución?”, se pregunta indignada. La vecina que ha transmitido su experiencia a El Faro “espera” que esta denuncia llegue a manos de la Ciudad para que, “de una vez”, pongan solución y fin a este “despropósito” de obras. Asegura que denuncia esta situación porque afecta a más gente aparte de a ella misma en su día a día. “Porque a este paso, van a durar más que las del Escorial”, exclama.