Dice el refranero que el “hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”, pero desafortunadamente también le ocurre a la Iglesia, aunque el tropiezo venga de su máximo representante en la provincia, en este caso, el obispo Rafael Zornoza. Un hombre que ha tomado la inapropiada e injusta decisión de prohibir que la imagen del dios Ganesh pueda acceder a la iglesia de África con motivo de las celebraciones de la comunidad hindú.
Una comunidad que es un ejemplo de respeto a todas las religiones, de que éstas no están para separar a las personas por tener distintas creencias, sino todo lo contrario, están para acercarnos desde el respeto a otra forma de pensar, de sentir lo espiritual, de acercarnos y respetar a Dios, Alá, Ganesh, independientemente la religión que profesemos.
Esta es la percepción que tienen los ceutíes de la Comunidad Hindú y, por esta misma razón, la comunidad cristiana mostró su absoluto rechazo a la actitud inquisidora del obispo contra el vicario de Ceuta, Juan José Mateos, por permitir la celebración el pasado año.
Sin embargo, ese apoyo mayoritario e incondicional de los cristianos de Ceuta a que la Comunidad Hindú pueda seguir con la tradicional ofrenda de la imagen de Ganesh de un ramo de flores a la Patrona, Nuestra Señora de África, no es un argumento válido para que el obispo reflexione sobre la prohibición. La soberbia de Rafael Zornoza le impide percibir el sentir de miles de cristianos, de miles de ceutíes, cristianos o no, que apoyan que esta tradicional ofrenda de respeto y devoción continúe en una ciudad donde el respeto al diferente debe ser una prioridad, en una ciudad en la que el respeto al diferente no pasa por sus mejores momentos.
La Iglesia católica lleva siglos atascada intentando sobrevivir a los nuevos tiempos, a la nueva forma que tiene la sociedad de concebir la fe y, cómo no, a la nueva forma de vida de una sociedad plural que nada tiene que ver con la del nacionalcatolicismo donde la fe y las normas morales eran impuestas por el régimen. La democracia posibilitó el divorcio, la Iglesia se opuso intentando presionar a los políticos de la época, pero el divorcio se hizo realidad. Más tarde llegó la ley del aborto y más recientemente el matrimonio entre parejas del mismo sexo. El clero ha tenido que adaptarse a estos cambios, porque millones de cristianos en el mundo han roto su matrimonio; ahora empieza aceptar que la homosexualidad no es una enfermedad.
La jerarquía de la Iglesia católica debe salir más a la calle y saber en qué sociedad vive, cuál es el sentir de los católicos y, quizás de esta manera, entendería que hay realidades impensables para sacerdotes y obispos que son aceptadas con normalidad por los ciudadanos de a pie. No ciudadanos agnósticos, que reniegan de Dios, ciudadanos de fe, cristianos convencidos que ven cómo la jerarquía de la Iglesia camina por un sendero distinto y ese camino les hace dudar y se preguntan si están en el mismo grupo de fe.
Sin embargo, cualquiera puede entender que la Iglesia se resistiera a la legalización del aborto, incluso al divorcio por muy aceptado que esté en nuestra sociedad. Podemos, como ciudadanos o cristianos, entender esa resistencia, porque tiene mucho que ver con el dogma de la Iglesia, pero no tiene sentido, ni justificación alguna, poner impedimentos para que ciudadanos creyentes, de fe, aunque no sea exactamente la cristiana, vengan a venerar respetuosamente a la Virgen de África.
El obispo debería reflexionar sobre este tema, porque la Virgen de África no es la Virgen de los cristianos, es la Virgen protectora de todos los ceutíes, a no ser que este discurso tan repetido en las fiestas patronales sólo sea simple retórica. Lo que vengo a decir es que la Virgen de África es la Patrona de todos los ceutíes y todos tenemos derecho a presentarle nuestro respeto y devoción y, por tanto, desde esas premisas de respeto y devoción, la Comunidad hindú de Ceuta tiene todo el derecho a venerar a la Virgen el día de su Festividad. La podrá venerar en el templo en un acto solemne y respetuoso como venía haciéndolo hasta ahora o en la puerta de la Iglesia si el obispo se niega a que puedan hacerlo dentro, porque sencillamente también es su Patrona.
La Comunidad hindú no debería tener impedimento en presentarle su respeto a la Virgen de África, a la Patrona de todos los ceutíes; el mismo derecho que el obispo de no dejarles pasar, pero eso no puede ser impedimento para que puedan hacerlo y, por tanto, el obispo debería ser respetuoso y sacar a nuestra Patrona fuera de la Iglesia para que puedan hacerlo, porque también es su Patrona. El obispo Rafael Zornoza está poniendo sobre la mesa si la Virgen de África es la Patrona y Protectora de todos los ceutíes o sólo de los cristianos, en este caso tendríamos que plantearnos otras cuestiones.