1934 fue un gran año para los medios de comunicación locales. Tal día como hoy comenzaba a emitir la E.A.J. 46, ‘Radio Ceuta’ y, en octubre, veía la luz ‘EL FARO’. Decisivo en ambos nacimientos fue el entusiasmo de dos conocidos empresarios ceutíes que los propiciaron: José Mas de la Rosa, en el caso de la emisora, y José Saura Calderón en el de nuestro periódico decano.
Sería imposible escribir la historia de la radio en Ceuta sin enmarcar en un lugar preferente el apellido Mas. Para De la Rosa, un oficial de la Marina Mercante y radiotelegrafista, la radio lo fue todo en su vida. Un hermano suyo, Antonio, junto con la familia Bernaola, habían constituido la sociedad ‘Mas, Bernaola y Cía.’ a la que se le había concedido dos años antes, la preceptiva licencia para emitir con una potencia de 200 watios en la frecuencia de 201,1 metros en amplitud modulada (onda media).
"Calle Alfau: se ubicaron allí, en un desaparecido caserón que la firma Baeza había construido en 1923 para dedicarlo a la venta al por mayor de ferretería, construcción, y otros"
Los estudios se ubicaron en la calle Alfau, en un desaparecido caserón que la firma Baeza había construido en 1923 para dedicarlo a la venta al por mayor de ferretería, baterías de cocina, lámparas, aceites pesados y materiales de construcción. Concretamente en su primera planta en la que la citada empresa había tenido sus lujosas oficinas. Este edificio fue derruido en 1976 y sobre su solar se edificó el del colegio ‘Beatriz de Silva’. Al propio tiempo la estación de salida de la emisora se instaló en el monte Hacho, lugar el que sigue noventa años después.
No fue fácil el inicio de las emisiones dados los rudimentarios equipos que la radio comercial disponía por entonces, pese a que Mas no escatimara en medios económicos y técnicos para su emisora. Por otro lado, la presencia de las antenas transmisoras a escasos metros de la fortaleza y las baterías del complejo militar del Hacho, derivó en un largo peregrinaje de permisos e inspecciones, que obligaron a la E.A.J. 46 a bajar la altura de sus antenas emisoras en algunas ocasiones a lo largo del tiempo.
Superado el periodo de pruebas, Radio Ceuta iniciaba oficialmente sus emisiones el 9 de mayo de 1934. La primitiva programación, cien por cien local, abría un amplio abanico a la discografía del momento, con especial preferencia al flamenco, la canción melódica, música de baile y la zarzuela. Pronto se iniciaron también los concursos, las múltiples escenificaciones de obras teatrales y novelas por parte de grupos de aficionados como la célebre ‘Farándula’, o por estudiantes del Instituto. Y, por supuesto, los animados programas ‘cara al público’ en el amplio salón del que disponían por entonces todas las emisoras, por los que desfilaban los artistas y los aficionados a la canción. El de ‘Radio Ceuta’, en concreto, rondaba los 250 metros cuadrados, disponiendo de un gran escenario con sus grandes espejos, que durante muchos años después utilizó igualmente la popular bailarina Clara Eugenia para su escuela de danza.
Otra parte importante de los programas de aquella primera época fueron los espacios netamente infantiles. De ellos se encargaba el célebre ‘Papá Abuelo’, a quien seguirán recordando tiernamente todavía algunos ceutíes.
Por aquellos años los informativos ocupaban un segundo plano. Esta misión quedaba reservada casi exclusivamente a la prensa escrita. Algo se hacía, aunque casi siempre entreverado con notas, avisos y comunicados oficiales de la delegación gubernativa o del Ayuntamiento. Pero tras la guerra civil, la información quedó totalmente prohibida a las emisoras de radio españolas, faceta que quedaba encomendada exclusivamente a Radio Nacional, cadena con la que estaban obligadas a conectar todas las radios locales para emitir las noticias de las 14,30 y las 22 horas, lo que popularmente se dio en llamar ‘el parte´.
"No fue fácil el inicio de las emisiones dados los rudimentarios equipos que la radio comercial disponía por entonces, pese a que Mas no escatimara en medios económicos y técnicos"
Al punto de estallar la contienda, ‘Radio Ceuta’, al igual que ‘El Faro’, se puso del lado del general Franco, tras ser intervenida la estación la tarde del 17 de julio de 1936 por el ejército de los sublevados. Se erigía así, junto con la E.A.J. 5, ‘Radio Sevilla’, en una de las adelantadas de lo que en términos militares se dio en llamar como guerra psicológica. Fueron célebres los discursos que el general Yagüe dirigió a los españoles del otro lado del Estrecho a través de aquel primitivo micrófono hexagonal de carbón que, por espacio de muchos años, permaneció expuesto en un lugar destacado en los estudios.
Finalizada la guerra y cesado el control militar de la estación, ‘Radio Ceuta’, de la que tan orgullosos se sentían entonces los ceutíes, cumplió una importante labor social procurando llevar la alegría a la población en aquellos difíciles años con las canciones del momento, el flamenco, la copla, los concursos de aficionados como aquella célebre ‘Fiesta en el Aire’ que se retransmitía preferentemente en diferido desde el ‘Apolo’, o con campañas benéficas para tratar de socorrer tantos casos de pobreza que también en Ceuta había dejado la posguerra.
Tras su obligada marcha de Marruecos en 1963, ‘Torres Quevedo’, se desentendió por completo de la emisora. Coincidía esto con el impacto de la llegada de la televisión y la consiguiente caída en picado de la publicidad.
-"Señor Solera, quédese usted con la radio", le dijeron una y otra vez en sus desesperantes viajes a Madrid al director.
-"Me ofrecieron la emisora prácticamente regalada, sí, pero rechacé el ofrecimiento. Yo era un funcionario que vivía de su sueldo. De no haberlo sido la hubiese comprado con mucho gusto.”, decía José Solera Barco, director del medio durante tres décadas.
Con unos rudimentarios equipos, tanto de baja como de alta frecuencia, la E.A.J. 46 parecía enmudecer por días. Si no dejó de funcionar fue gracias a Antonio Orellana, un veterano técnico que se desplazaba expresamente de Tánger cada vez que surgía una avería, algo habitual. Sus prodigiosas manos y sus providenciales repuestos artesanales que buscaba por donde podía, hacían posible el milagro.
En cuanto al personal, tras la marcha de Pepe Sollo a Radio Sevilla y la de Ana María Ruiz, la locutora, en la radio hubo un periodo en la que sólo estábamos su director, José Luís Díaz Torres y los recién aterrizados, Teo Marfil y quien suscribe, ambos de forma altruista, al igual que el director, porque en caja no había un solo duro.
Tras los primeros años de funcionamiento, ‘Radio Ceuta’, humilde y sin la mínima subvención oficial, acusó en su programación no sólo las penurias de la época sino también la fuerte competencia que suponían otras estaciones próximas, especialmente ‘Radio Dersa Tetuán, que incluso llegó a instalar su delegación en un desaparecido chalecito de Agustina de Aragón desde el que se llegaron a emitir algunos programas.
Durante más de treinta años la emisora iniciaba su programación a la una y media de la tarde con espacios musicales y el tradicional ‘Boletín Informativo’ local de las 14,15 horas que enlazaba con ‘el parte’, esto es, el diario hablado de RNE captado por radio a través de la estación de RNE que mejor se recibiese según la propagación.
Concluido el informativo, y después de las carteleras de cines y espectáculos, se emitía el programa más popular, el de los discos dedicados, masivamente seguido en Ceuta y en la vecina Andalucía. La emisión de tarde concluía siempre a las cuatro, a menos que las dedicatorias no impusieran una prórroga, especialmente en días señalados del santoral o en épocas pródigas en bodas o comuniones.
A las nueve de la noche se reanudaba la programación con música, concursos o seriales hasta enlazar con el nuevo ‘parte’ de las veintidós horas. A continuación, según el día de la semana, venían las grabaciones de teatro, la zarzuela, la música clásica, el flamenco o los programas distribuidos por la Casa Americana de Madrid o Radio Canadá.
Con la media noche llegaba la hora del cierre, con los obligados vivas de rigor por el locutor de turno a Franco y España que antecedían al himno nacional con el que se ponía el punto y final a las emisiones del día.
En el año 1955, la empresa ‘Torres Quevedo’, concesionaria de las telecomunicaciones en el Protectorado y propietaria de ‘Radio Dersa Tetuán’, compró las emisoras de Ceuta y Melilla. Su objetivo era crear una cadena de radio en la zona, pero el proyecto no pudo materializarse al precipitarse a los pocos meses la independencia marroquí.
Dicho acontecimiento bélico fue fatal para ‘Radio Ceuta’, cuando ‘Torres Quevedo’ había comenzado a trabajar hacia una cadena regional de emisoras capitaneada desde la central tetuaní’, con la que hacer frente a la fuerte competencia que ofrecían las otras grandes estaciones de la zona como la ‘Pan American Radio’, ‘Radio África Tánger’ ‘Radio África Magreb’ y ‘Radio Tánger Internacional’.
Pero como decimos, la extinción del vecino Protectorado no sólo acabó con el proyecto sino con la propia ‘Radio Ceuta’, abandonada por completo a su suerte y al borde de su desaparición.
Impotente ante la situación y viendo que Ceuta perdía su radio local sin que las instituciones trataran de evitarlo, José Solera se entrevistó en Madrid con Eugenio Fontán, el entonces director general de la SER, para ver si la cadena se quería hacer cargo de la emisora. Tampoco pudo ser, pero lo sí que cuajó, afortunadamente, fue una primitiva integración en la red a través de Radio Algeciras S.A, cuyo propietario, Pedro Liñana adquirió, junto con la radio, el inmueble en el que se ubicaba y el solar anexo que existía en la parte trasera del mismo, cuyo suelo ocupa también hoy el colegio ‘Beatriz de Silva’.
Asociada a la SER, ‘Radio Ceuta’ estrenaba en agosto de 1969 sus nuevos equipos de dos kilowatios de potencia y su primer poste radiante, que anteriormente había pertenecido a una emisora tangerina. Los estudios se trasladaron a la calle Conrado Álvarez, en el flamante edificio que habían levantado los nuevos propietarios, y al poco tiempo Radio Ceuta comenzó a aumentar de forma gradual el horario de emisiones hasta hacerlo de forma ininterrumpida.
Llegaron nuevas voces y la emisora, para sorpresa de sus oyentes locales y foráneos, fue gradualmente alcanzando una audiencia mayoritaria como jamás había tenido. Programas muy populares como ‘Buenos Días Estrecho’, ‘Ceuta 8,30, ‘Los Cuarenta’ ‘Ceuta al Día’, ‘Mañaneando’, ‘Fuera de Juego’, ‘Club de los Deportes’, ‘Ultima Hora Deportiva’, concursos, seriales, retransmisiones en directo de todo tipo y los espacios en cadena, fueron cambiando gradual y vertiginosamente en unos años aquella caduca y agonizante E.A.J. 46 hasta su completo resurgimiento.
La renovada radio local de entonces, estrenaba también en 1972 su segundo canal bajo la fórmula de ‘40 Principales’, en la FM, frecuencia por la que actualmente emite toda su programación convencional, tras abandonar hace años la de onda media, que ahora queda reservada para ‘Radio Olé’, en conexión permanente con la central.
A mediados de los ochenta, la Radio Fórmula 40, auténtica cantera de voces jóvenes, dio paso a la desaparecida ‘Radio Sol’, una interesante producción que permitía seguir manteniendo el canal de música con informativos locales puntuales cada hora, iniciativa que gozó de gran seguimiento.
Incorporada plenamente a la SER como emisora propia desde hace unas cuatro décadas, la programación local de la radio decana ya se reduce a mínimos, al primar la producción desde los estudios centrales de la cadena, al igual que sucede con las otras tres estaciones locales: ‘Onda Cero’, ‘COPE’ y ‘Radio Nacional’.
Sería muy largo recoger aquí los nombres de todos cuantos hemos ido desfilando por la emisora decana. Habría que comenzar por María Salud Tejero, la primera locutora del medio. Cuando esta abandonó la radio para dedicarse a su familia, su plaza la cubrió Manuel Águila Collantes, quien hasta entonces había sido el censor de la emisora. Una figura gris la suya, muy distinta a la de José Iniesta, un funcionario sindical que abrió el teatro y las más diversas manifestaciones artísticas a ‘Radio Ceuta’.
Algún ceutí puede que recuerde todavía a Alfonso Pereda, el locutor montañés que llegó en 1944, incorporando un aire fresco a la programación, especialmente con los programas cara al público, modalidad ya desaparecida en la radio actual y con el que compartió micrófono María Risco.
Años antes había debutado Eduardo González Viso, el entrañable Papá Abuelo, el alma mater de la programación infantil de su época, la tarde de los jueves. Eduardo fundó una orquestina integrada exclusivamente por niños, su insustituible acompañante en sus actuaciones teatrales o radiofónicas. Autodidacta y polifacético en las más diversas manifestaciones escénicas, Eduardo fue también el cancerbero del Ceuta Sport. Fallecido hará ya unos setenta años, su figura todavía ‘vive’ en la mente de aquellos niños que tanto le adoraban.
En contra de la voluntad de su padre, Victoria Mas, la hija del primer propietario de la emisora, se hizo locutora del medio.
- ¡Tengo que saltar, tengo que saltar!, se decía una y otra vez. Y lo consiguió. Después de diez años de experiencia profesional en la E.A.J., se incorporó a Radio Intercontinental y de allí a ‘Radio Nederland’, de donde saltó a la Voz de Alemania y ya por fin a la televisión en Big Baden, con vuelta a Holanda donde permaneció veinte años en la radio estatal.
Cuando Victoria Mas se marchó, les llegó la oportunidad a África Lillo y a Pepe Sollo, que triunfó después en la radio y en la televisión andaluzas.
Referencia obligada merece también nuestro inolvidable Antonio de la Cruz, ‘Toni’ quien, por cierto, se inició haciendo información en la emisora decana al comienzo de los años cincuenta.
Auténtica cantera de profesionales, quien suscribe en su condición de jefe de deportes durante dos décadas, junto con Teodoro Marfil en su faceta informativa y Beatriz Palomo en la musical y en la de entretenimiento, apoyados siempre en la técnica con José Luís Díaz, luchamos a brazo partido por dar aquel gran primer impulso que la radio necesitaba, dedicándole horas, ilusiones y todo el empuje que nos permitía nuestra juventud. Por razones obvias no seré yo sino los oyentes quienes digan si lo conseguimos o no.
Pero sí que puedo hablar a partir de 1985, cuando tras veinte años al frente de de aquella redacción deportiva, abandoné mi querida emisora decana por razones que no vienen al caso. Los demás siguieron. Teodoro consolidó los informativos e hizo célebre aquel diario ‘Buenos días, señor alcalde’. Beatriz se erigió como una gran profesional, lo que le valió acceder por méritos propios a la dirección de la emisora, teniendo el difícil reto de superar el buen hacer que tiempo antes habían desarrollado José María Nieto y Antonio García. Palomo remató la modernidad de la programación, los contenidos y luchó por tener siempre a su radio en la calle.
Hoy, con mejores medios técnicos que nunca y con esa reducida programación local que referíamos, Antonio Martín García y Miguel Ángel Mendoza, dos excelentes profesionales, tiran del carro de la actual ‘Radio Ceuta’.
Como mínimo a por el siglo de vida, mi querida ‘Radio Ceuta’. Centenario que ya casi se roza con los dedos. Feliz aniversario.
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