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Quo Vadis España: historia de un desacierto

En el momento de escribir este artículo, he inspirado profundamente y me he propuesto ser lo más objetivo posible, a la hora de recopilar datos e información que han ido apareciendo en prensa desde que comenzó la pandemia. Pero la realidad es muy tozuda para los acontecimientos.

Si nos remontamos al principio de los hechos, es decir en diciembre del 2019. El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan (provincia de Hubei, China) informó a la Organización Mundial de la Salud sobre un grupo de 27 casos de neumonía de etiología desconocida, con una exposición común a un mercado mayorista de marisco, pescado y animales vivos en la ciudad de Wuhan, incluyendo siete casos graves. El agente causante de esta neumonía fue identificado como un nuevo virus de la familia Coronaviridae que posteriormente se ha denominado SARS-CoV-2. El cuadro clínico asociado a este virus se ha denominado COVID-19.

Al principio de la pandemia, sólo se hablaba de confinamiento en un país del mundo: China. El 23 de enero el Gobierno chino tomaban la decisión de confinar a los 11 millones de ciudadanos de la ciudad de Wuhan, el epicentro del brote. Días después a toda la provincia de Hubei (56 millones de personas), mientras que en otras zonas del país asiático se imponían medidas de distanciamiento social. El día que se impuso el confinamiento total en Wuhan, la ciudad había registrado 17 muertos y 571 contagios confirmados.

Su confinamiento lo cerró todo, desde el transporte a todas las actividades que no fueran servicios de primera necesidad. Nadie podía salir de su casa y el que salía era controlado por las autoridades. El brote de Wuhan comenzaba por unos pocos pacientes que se relacionan en un mercado de marisco de Wuhan. El 1 de enero de 2020 se cierra el mercado, el 7 de enero se identifica el nuevo virus, el 23 de enero se confina la ciudad de Wuhan. El Gobierno chino cerraba la red de transportes, suspendiendo autobuses, metros, ferris y transportes de pasajeros de larga distancias. La terminal de salidas del aeropuerto y de las estaciones de tren también. Se activaron las directrices más estrictas posibles.

En Italia, aunque fue el primer país en activar medidas tan drásticas como en China. Sin embargo, entre las medidas que activó el Gobierno de Giuseppe Conte para luchar contra el coronavirus se establecía el confinamiento de toda Italia -establecido el 9 de marzo; el norte desde el 22 de febrero-, se permitía salir a hacer deporte, salir con los niños, las actividades productivas continuaron... Los contagios seguían aumentando, pese a las medidas alcanzadas, hasta que el 21 de marzo. Giuseppe Conte, tomaba medidas más drásticas: ordenaba el cierre de todas las actividades, incluidas las fábricas, excepto las que suministran servicios básicos, y las medidas de confinamiento se volvían más estrictas. Desde el lunes la curva de contagios, aunque sigue habiendo, está bajando.


El 13 de marzo equipo de expertos del gobierno chino llegó a Italia, seis después de su llegada, el responsable del equipo, Yang Huichuan, advertía en una comparecencia que había demasiada gente en la calle, que el transporte público tenía que cerrarse, que no se había restringido la circulación de vehículos y que no se había parado toda la actividad económica. Dos días después Conte incrementaba las medidas.

En España, y pese a que el Ministerio de Sanidad situó en la última semana de febrero el contagio "importante" del coronavirus en algunos territorios de España, en concreto, en la Comunidad de Madrid, no se tomó ninguna medida hasta el 14 de marzo, cuando el presidente del Gobierno declaro el estado de alarma por el coronavirus. El estado de alarma declarado, incluía el confinamiento en casa, excepto para trabajadores esenciales, para sacar al perro, para cuidar a una persona dependiente o para comprar, entre otros casos. Se cerraban los colegios, aunque algunas comunidades ya los habían cerrado días antes; se cerraban los comercios que no fueran de alimentación, los bares, los restaurantes...

De hecho, los ciudadanos chinos residentes en España al ver que no se tomaban medidas de confinamiento cuando China ya estaba advirtiendo al mundo del peligro del virus y grupos de expertos chinos avisaban de que las cosas no se estaban haciendo bien. Se confinaron ellos mismos en casa, cerraron sus comercios y pidieron medidas al Ejecutivo español.

Si algo ha frenado la pandemia de coronavirus en China ha sido sus medidas draconianas para contener los contagios. Bruce Aylward, jefe de la misión de expertos de la OMS y China, aseguraba que "se han prevenido miles de casos en China gracias a la intervención agresiva, gracias a encontrar los casos, aislarlos y restringir sus movimientos".


Y aquí está otra de las claves del frenazo logrado por China, la capacidad del país asiático para frenar los contagios de las personas asintomáticas. Según un estudio publicado en la revista Science, una de las causas de la propagación del coronavirus son los contagios indocumentados. Aquellas personas que sólo experimentan síntomas leves o ni siquiera experimentan síntomas.

Cuantos más infectados indocumentados, más propagación, y esto es lo que ha podido ocurrir en España, donde pese a que el Gobierno anuncio la llegada de test rápidos para diagnosticar el coronavirus, han llegado tarde y en algunos casos defectuosos, y para colmo a un precio por encima de mercado. A día de hoy, todavía no están llegando a los centros hospitalarios y socio-sanitarios, en la cantidad que se debería.

De hecho, son muchas las personas que permanecen en casa con síntomas a los que no se les puede realizar el test, personas que hasta hace pocas semanas hacían su vida normal, socializaban normalmente, etc.

Y lo mismo ocurre con el material sanitario. Mientras es China ahora la que envía ayuda a España e Italia para protegerse del coronavirus y hacerle frente, en los dos países europeos sigue habiendo una grave escasez del material sanitario necesario para luchar contra el Covid-19. Falta de mascarillas, respirados, test rápidos, guantes, trajes de protección...

La falta de previsión, aunque España tenía el ejemplo de China, de Irán, e incluso, de Italia, un país más cercano, uno de los mayores errores fue pensar que el coronavirus estaba lo suficientemente lejos. "España solo tendrá un puñado de casos", dijo Fernando Simón, portavoz del Ministerio de Sanidad en esta crisis, el 9 de febrero. Semanas después, es Simón quien cada día da cifras diarias de cientos de muertes.

El 19 de febrero, 2.500 seguidores del Valencia C. F se mezclaron con 40.000 simpatizantes de Atalanta para un partido de la Liga de Campeones en Bérgamo que Giorgio Gori, alcalde de la ciudad italiana, describió como "la bomba" que explotó el virus en Lombardía. En España, los jugadores, aficionados y periodistas deportivos de Valencia fueron de los primeros en enfermarse. El 8 de marzo, cuando las cifras en Italia alertaban cada vez más, el Gobierno permitía las manifestaciones por el Día de la Mujer, y el mitin de VOX en el Palacio de Vistalegre de Madrid, mientras que otras muchas personas seguían realizando su vida con total normalidad. Tres días después, unos 3.000 seguidores del Atlético de Madrid volaron juntos para otro partido de la Liga de Campeones en Liverpool. Pero lo rocambolesco de todo esto, es que previamente, el 31 de enero, se había tenido en cuarentena, en el Hospital Gómez Ulla, a los 21 compatriotas repatriados de WUHAN,

Datos que reflejan que hubo falta de previsión y que se reaccionó demasiado tarde pese a la cercanía del caso de Italia, que había empezado a tomar medidas, pero demasiado laxas, y pese a las advertencias del país asiático. El coronavirus llegó a España sin que el país estuviera preparado, sin equipos esenciales, sin respiradores, sin ropa protectora...

Los Gobiernos de España e Italia cometieron el mismo error: anunciaron los estados de alarma y las medidas que supondrían y tardaron varias horas en aplicarlas, lo que hizo que buena parte de la población se dispersara por distintos puntos de los dos países extendiendo los contagios. Algo que no ocurrió en Wuhan ni en Hubei, donde las medidas se aplicaron inmediatamente una vez fueron anunciadas.

¿Qué diferencia ha habido entre España y otros países de nuestro entorno? Mientras en otros países las medidas contra la infección, frente al Covid-19, fueron tomadas rápidamente, en España si instauraron de forma tardía. Esto ha traído como consecuencia, ser unos de los países con más infectados, con más fallecidos, con un alto grado de fallecimientos en residencias socio-sanitarias, y con más personal sanitario infectado. Mientras Grecia y Portugal, con un sistema sanitario más precario que el español, han tenido menos infectados y menos fallecimientos.

El envejecimiento de la población – que ha determinado el número de población vulnerable frente al coronavirus – ha sido uno de los factores determinantes para la mala evolución de la epidemia en España. Seis de cada 10 fallecidos en España tiene más de 70 años y ellos han sido los más perjudicados por la saturación del sistema sanitario.

Uno de los mayores fallos del país es de «permitir la entrada del virus a través de las residencias de mayores o las urgencias, donde la mayoría de la población que acude es de este rango de edad».

Algunos han achacado al alto número de infectados y fallecimientos, al envejecimiento de la población. Tampoco su puede achacar a la tasa alta de población envejecida, ya que Japón con una tasa mayor de población envejecida, también ha tenido cifras más bajas que la española en infectados y fallecidos.

El pico de la epidemia, se ha traducido en saturación del sistema sanitario especialmente en las comunidades más afectadas. A esto, se ha unido el lastre de la enfermedad en el personal, cuyas tasas de contagio en España están a la cabeza de todo el mundo y no se han dado en los países que han controlado la propagación del virus en fases más tempranas. El Ministerio de Sanidad, ha mostrado poca capacidad de gestión y debilidad ante la importancia de asegurar la protección de los trabajadores sanitaros y la compra de mascarillas y otros equipos de protección individual.

Otro de los fallos de España ha sido la falta de realización de test desde el inicio de la epidemia. Es cierto que el portavoz del Comité Técnico de Gestión del Coronavirus, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, repitió al inicio de la epidemia que no tenía sentido «hacer test a la población asintomática porque se podía crear una falsa seguridad» frente al virus.

España utilizó la estrategia contraria a otros países como Corea del Sur o en Europa Alemania, país que no en vano partía con la ventaja de localizar la mayoría de laboratorios de reactivos (necesarios para la realización de pruebas diagnósticas) y por lo tanto que contaba con la posibilidad de hacerlos. «La situación de Alemania era muy distinta a la del resto de Europa, tenían sus fábricas y de hecho se cerraron a la exportación. Eso ha influido junto con otros factores de su sistema sanitario, como el del elevadísimo número de camas de UCI, que han marcado su contención de la epidemia».

Pues después de esto, solo nos queda una explicación: La puesta en marcha de los mecanismos de prevención, es lo que ha traído que este país, sea los que tiene uno de los porcentajes más altos de la pandemia

A todo esto, hay que sumarle el no poder frenar los contagios de las personas asintomáticas, aquellas personas que sólo experimentan síntomas leves o ni siquiera experimentan síntomas. Cuantos más infectados indocumentados, más propagación, y esto es lo que ha podido ocurrir en España, donde pese a que el Gobierno anuncio la llegada de test rápidos para diagnosticar el coronavirus, han llegado tarde y en algunos casos defectuosos, y para colmo a un precio por encima de mercado. A día de hoy, todavía no están llegando a los centros hospitalarios y sociosanitarios, en la cantidad que se debería.

«En los países donde se ha iniciado antes el confinamiento, como Portugal o Grecia, el porcentaje de población infectada será presumiblemente más bajo y por tanto tendrán que realizar un desconfinamiento muy cuidadoso porque la susceptibilidad de sus habitantes es muy similar a la que tenían cuando decidieron iniciar el confinamiento, y el virus sigue circulando por el mundo».

Para averiguar el porcentaje de población infectada, que España espera iniciar en pocos días tras algún retraso- para conocer más el porcentaje de la población infectada y, en consecuencia, iniciar la estrategia de desescalada: «Para que la epidemia se frene por sí sola hace falta que haya pasado la infección entre el 60 y el 70% de la población y probablemente estamos lejos de esas cifras.

Si no realizamos test a la población en general, como hicieron algunos países al comienzo de la pandemia, no podremos marcar un correcto desconfinamiento, ya que no sabemos que personas son portadoras del virus. Hoy día seguimos con una carencia en la realización de los test. Para colmo hoy 28 de abril del 2020, nos enteramos por la prensa que el Gobierno proporcionó a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) unos datos para maquillar la posición de España en las estadísticas de realización de test de coronavirus, sumando las llamadas PCR y las serológicas (de anticuerpos). Gracias a ello, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, resalto que la posición de España en el ranking de la organización internacional. «No solo está entre los primeros diez del mundo en capacidad de test de diagnóstico, sino que también es el octavo, muy por delante de Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos», destacó Illa en una rueda de prensa en La Moncloa.

Pero los datos enviados desde Moncloa inflan los números de España incluyendo los dos tipos de test, tanto PCR como serológicos, como se recoge la nota de prensa difundida por el Ministerio de Sanidad. De acuerdo con estos datos, se han realizado un total de 1.345.560 pruebas, de las que 1.035.522 son PCR y 310.038, test de anticuerpos.

Gracias a esta suma, a España le sale un resultado de 28,6 test por cada mil habitantes, mientras que si son los test de anticuerpos se quedaría con 22,29 por mil habitantes, según ha apuntado en Twitter Edouard Mathieu, gestor de datos de OurWorldinData, con lo que ocuparía el décimo séptimo lugar.

Para terminar una reflexión que tenemos que hacer todos. El Covid-19 nos ha demostrado que es la mayor amenaza a la que nos hemos enfrentado en nuestra historia reciente. Un enemigo invisible que está presente en todos los rincones de nuestra cotidianidad y que alteró para siempre nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro más inmediato.

Cronología de una pandemia

31 de diciembre de 2019: la Comisión Municipal de Salud y Sanidad de Wuhan (provincia de Hubei, China) informó a la Organización Mundial de la Salud sobre un grupo de 27 casos de neumonía de etiología desconocida, con una exposición común a un mercado mayorista de marisco, pescado y animales vivos en la ciudad de Wuhan, incluyendo siete casos graves. El agente causante de esta neumonía fue identificado como un nuevo virus de la familia Coronaviridae que posteriormente se ha denominado SARS-CoV-2. El cuadro clínico asociado a este virus se ha denominado COVID-19.

23 de enero: el Gobierno chino tomaban la decisión de confinar a los 11 millones de ciudadanos de la ciudad de Wuhan, el epicentro del brote. Días después a toda la provincia de Hubei (56 millones de personas), mientras que en otras zonas del país asiático se imponían medidas de distanciamiento social. El día que se impuso el confinamiento total en Wuhan, la ciudad había registrado 17 muertos y 571 contagios confirmados.

31 de enero: justo un mes después, oficialmente ingresa el primer paciente por Covid-19 en nuestro país. Se trataba de un turista alemán que se encontraba en La Gomera y que habría sido contagiado en su país de origen al estar en contacto con algún infectado.

En otra isla, Mallorca, y nueve días después, salta el segundo caso de coronavirus en nuestro país. Otro turista, en este caso británico, da positivo, tras haber estado en contacto en Reino Unido con alguien que había dado positivo.

SARS-CoV-2, como se conoce a este nuevo coronavirus, llega a la Península Ibérica 9 días después. El primer caso detectado fue en Cataluña (una mujer italiana residente en Barcelona que había estado en las zonas de Bérgamo y Milán, las más afectadas de Italia). A continuación, ya aparecen casos en la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana.

9 de febrero: dijo Fernando Simón, portavoz del Ministerio de Sanidad en esta crisis, que “España solo tendrá un puñado de casos". Semanas después, es Simón quien cada día da cifras diarias de cientos de muertes.

13 de febrero: se produce la primera muerte por Covid-19 en nuestro país, en concreto en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, esta información no se conocerá hasta el mes de marzo, casi un mes después. El fallecido era un hombre de 69 años que había viajado a Nepal y que había muerto debido a una neumonía desconocida. Desde el Ministerio de Sanidad, desaconsejan ir a las zonas de riesgo y se aumentan las medidas para la detección precoz de las personas con coronavirus.

11 de marzo: la Organización Mundial de la Salud (OMS) declara al coronavirus como una pandemia En nuestro país, y siempre según las cifras oficiales, contamos con 2.140 infectados y 183 fallecidos. Los principales focos son en Madrid (Torrejón de Ardoz) y La Rioja. En la Comunidad de Madrid se cierran colegios y universidades

14 de marzo: se aprobó el Real Decreto 463/420, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.

20 de marzo: El Colegio de Médicos declara que urge iniciar la realización de test rápidos, priorizando la realización de pruebas a los siguientes grupos: - Personas que comiencen con síntomas de estar contagiados, aunque estos sean leves. - Personal sanitario, por su alto riesgo de contagio y por ser un recurso crítico. - Personas en grupo de riesgo, empezando por las residencias de ancianos y sus trabajadores.

28 de marzo: la Organización Medica Colegial de España, emite un comunicado poniendo de manifiesto que, ni un día más sin el obligado material de protección. El personal sanitario debe contar con equipos de protección individual (EPI) y someterse a la realización de los “test “de forma periódica e inmediata independientemente de los síntomas o la exposición a casos sospechosos o confirmados. Insistimos en la importancia de realizar todos los test de diagnóstico de coronavirus que sean necesarios.

29 de marzo: se aprobó el Real Decreto-Ley 10/2020, en el que se regula un permiso retribuido recuperable para las personas trabajadoras por cuenta ajena que no presten servicios esenciales.

4 de abril: se anuncia otra prórroga del estado de alarma hasta el 26 de abril. El día 9 de abril, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez consigue el apoyo parlamentario necesario para ello y se avanza la necesidad de un pacto entre actores políticos y sociales.

7 de abril: Sanidad encarga un estudio de seroprevalencia a la directora del Instituto de Salud Carlos III. Todo, a la vez que España sigue siendo el país europeo con más casos.

11 de abril: sigue creciendo el número de profesionales sanitarios afectados. el número asciende a unos 25. 000.en esta fecha

13 de abril: el Consejo de Ministros celebrado el día 10 de abril, acuerda la finalización de la suspensión de los servicios no esenciales, y se prolonga el estado de alarma, hasta el próximo 26 de abril

18 de abril: el presidente del Gobierno anuncia una prórroga del confinamiento hasta el 11 de mayo, pero con algunas medidas de relajación a partir del 27 de abril, como el hecho de que los menores de 14 años puedan salir de sus casas acompañados y de forma controlada.

21 de abril: la Comisión Interterritorial de Precios fija el precio máximo de las mascarillas quirúrgicas: 96 céntimos con IVA incluido. El día siguiente, el 22 de abril, el Congreso aprueba la tercera prórroga del estado de alarma. A 23 de abril, el BOE publica el precio máximo de venta al público de las mascarillas quirúrgicas y los geles y las soluciones hidroalcohólicas.

24 de abril: El Gobierno aprueba prolongar el estado de alarma hasta el 10 de mayo

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