El CNP y la Policía Local intensificaron en la jornada de ayer la vigilancia sobre los MENA ante la afluencia de caravanas y autocares que embarcaron con destino a la Península
Durante estos días y con más fuerza en la jornada de ayer, tanto el
Cuerpo Nacional de Policía como la Policía Local han incrementado la vigilancia sobre los Menores no Acompañados que transitan por la zona portuaria intentando, por cualquier método, introducirse en el interior de alguna caravana, camión o autocar que vaya con destino a la Península. La razón de este incremento de la vigilancia se debe también a los reportajes publicados en los últimos días como se ve a estos chavales, que se juegan auténticamente la vida, intentando colarse en algún vehículo para lograr su objetivo de cruzar el Estrecho de Gibraltar hacia Europa.
Dos horas después de dejarles en 'La Esperanza' estaban otra vez en el puerto
Se llegó a dar el caso en el día de ayer que la furgoneta utilizada por la Policía Nacional para llevar a estos menores hasta el centro de
'La Esperanza' les dejó allí hacia las cuatro de la tarde y a las seis los volvieron a encontrar en el puerto, con lo cual fueron llevados nuevamente hasta las instalaciones de la Jefatura Superior de Policía. A varios de ellos les tuvieron que sacar de dentro de un contenedor y otro ya estaba en el interior de una caravana. Les han llegado a requisar una botella con pegamento, trozos de tela donde echan las gotas para esnifarlas, manifestando agentes policiales que incluso se les notaba que ya estaban bajo los efectos del pegamento cuando les han encontrado. La presión está siendo diaria y no solo las asociaciones de transportistas han elevado sus quejas por esta situación sino los conductores de vehículos, especialmente las caravanas, que sufren una presión constante de menores que buscan colarse de cualquier forma en su interior.
A varios les tuvieron que sacar de dentro de un contenedor en la tarde de ayer
“Tenemos miedo no solo que entren y se nos busque un problema, sino a que pueda haber un accidente porque no reparan en si el vehículo está en marcha o no”, exponen conductores, a pie de campo, hace unos días a esta redacción, después de una jornada donce esa presión por parte de los menores era continua. Las mismas autoridades reconocen que con la actual legislación en la mano es imposible lograr que estos menores estén cerca de la zona portuaria y que aunque les lleven hasta elcentro de La Esperanza, el mismo no tiene régimen cerrado y pueden entrar y salir del mismo.