Quisiera volver a sumergirme en aquella inocencia, en la que no conocía de la maldad su existencia.
Donde mi única preocupación era que no me encontraran cuando al escondite jugaba o caminar sin salirme de las rayas.
Quisiera volver a ser una niña y soñar con princesas y hadas, correr sin que ningún límite me detuviera
y pensar que algún día por el cielo podría volar con mis alas. Volver a tener seguridad, alegría, curiosidad
y las ganas de descubrir todo aquello que me rodeaba.
Quisiera tener que volver a pedirles el móvil a mis padres
para jugar a la serpiente que tanto me gustaba.
Competir con mis hermanos por quien más coches de cada color contaba y hacer juntos el mayor castillo de arena en la playa.
Quisiera volver a ser una niña para que mi abuela me abrazara, y repetirle las veces que haga falta que yo a ella la amaba. Cantar a todo pulmón como si de Adele se tratara,
y salir a la calle despeinada sin que me importara.
Quisiera regresar el tiempo donde la vida era simple y sencilla,
para decirle a aquella niña feliz y alocada que no tenga prisa en crecer y que siga manteniendo esa sonrisa que siempre le caracterizaba.