Quinto día de la Feria de Ceuta, recta final de una semana repleta de ilusión. Los caballas no han querido faltar a la cita, para algunos este ha sido su primer día, pero otros no han dejado de visitarla desde el pasado sábado, cuando tuvo lugar el encendido del alumbrado. Desde entonces, el plan favorito ha sido el acudir a una caseta junto a familiares y amigos para inmortalizar momentos que siempre quedarán en el recuerdo.
Este evento, igualmente, ha servido para reencontrarse con los seres queridos. Personas que se han marchado a vivir a la Península o al extranjero, acuden religiosamente para estar con los suyos. “Vivo en Málaga y hacía mucho tiempo, además de los dos años de la pandemia, que no venía a Ceuta. La echaba de menos y más este ambiente que se respira”, ha explicado una caballa. Las raíces no se olvidan, permanecen y siempre se vuelve al sitio de donde uno es y ha crecido.
La hora de la cena suele ser el momento de más afluencia en el recinto ferial de la ciudad autónoma, aunque este miércoles se han adelantado para aprovechar el Día del Niño. Es decir, las atracciones han tenido un precio inferior si se compara con el resto de la semana. Esta oportunidad no se ha dejado escapar entre los más pequeños, quienes han podido montarse en más de un “cacharrito”.
A partir de las 22:00 horas, las casetas han comenzado a recibir a los comensales. Todos han venido a lo mismo, a degustar los platos más típicos que se pueden servir en estas fechas. Por ejemplo, los pimientos asados, los calamares, los pinchitos o las tortillas de patatas. De igual modo, la bebida no ha faltado y más con las temperaturas que se están teniendo durante estos días. Ya sea cerveza, tinto de verano o alguna bebida sin alcohol. Todo queda a gusto del consumidor.
Después de cenar, las sevillanas ha empezado a coger su protagonismo. Los hay quienes se han atrevido a bailarlas y otros han optado por los sonidos más reguetoneros. Cada uno elige lo que le guste. Al fin y al cabo, lo principal es pasar una buena noche junto a los seres queridos.
Asociación Cultural Peña Flamenca Tío Miguel / Mesón El Bache: comida tradicional, la que no falla y siempre piden los caballas
Una combinación perfecta la del mesón El Bache y la Asociación Cultural Peña Flamenca Tío Miguel. Ambos se unen en estas fiestas para ofrecer el mejor servicio a los comensales. Más de 20 años en la Feria de Ceuta y “los que nos quedan”, ha asegurado uno de los encargados. El Bache, con su cocina espectacular y tradicional, se ofrece a elaborar los platos más ricos. “Aquí nos piden mucho las patatas bravas o el pulpo con mayonesa”, ha comentado una de las cocineras que se encarga de cortar. Pero lo que tampoco se queda atrás son las carnes, que también se dejan ver mucho por las mesas. “Todo muy bueno”, ha rematado uno de los comensales.
Las Cañas: tanques de cerveza y tinto para refrescarse de las sofocantes temperaturas
Otra caseta con mucho arraigo en esta Feria es la de Las Cañas, la cual se creó en la década de los 70 y continúa al pie del cañón como si se tratase del primer día. Este espacio está organizado por estudiantes, padres y voluntarios que tienen la misión de recaudar fondos para que luego, estos jóvenes puedan estudiar fuera de la ciudad autónoma. Ambiente familiar el que se respira en las cocinas, pese al calor insufrible de las freidoras. “Menos mal que tenemos los ventiladores”, ha comentado una de ellas. Por otro lado, si cabe destacar algo son los “cañones” de cerveza o tinto. Estos recipientes almacenan varios litros de estos líquidos y no son pocos los que se dejan ver por las mesas.
BOC: una caseta para cenar y bailar
Esta caseta tampoco deja pasar estas fiestas. Son demasiadas las personas que se pasan para cenar y tomar unas copas. “Aquí lo mismo vienen a comer que luego se piden un cubata. Además, nosotros ponemos música para amenizar la noche hasta las tres de la madrugada”, ha afirmado una de las camareras. Lo particular es que la cocina la comparten con El Relío, caseta que se encuentra justo al lado. Sus cocineros se encargan de surtir las tortillas, croquetas o pinchitos a un lado y otro. “Aquí no paramos, siempre tenemos algo que hacer y más cuando llegan las diez”, ha explicado uno de los camareros. El trabajo no cesa, pero siempre dispuestos a contentar a los usuarios.
El Relío: un éxito rotundo para este grupo de amigos que se estrenan en la Feria de 2022
Para todo hay una primera vez. Un grupo de amigos de esta ciudad decidieron crear una caseta y este año han cumplido ese sueño. “Como somos un grupo bastante grande y nos conocen demasiadas personas, decidimos de hacerla”, ha explicado uno de los miembros con una sonrisa en la cara al ver como prospera esta primera edición. A los hechos se remiten cuando dejan verse todas las mesas llenas. “Tenemos reservas hasta el viernes”, ha añadido este compañero que se encarga de supervisar que todo vaya bien tanto en el interior de la cocina como en el equipo de camareros que se encargan de llevar las viandas a los comensales. Sin duda, estos amigos no durarán en repetir el siguiente año.