El autobús de la línea 8 que cubre la ruta del Príncipe, en Ceuta, no ha entrado en la barriada en la tarde de este miércoles, repitiéndose así la misma escena de hace días al no haber escolta policial para proteger a los conductores y usuarios de posibles apedreamientos.
Por mucho que Delegación del Gobierno insista en que la UIP mantiene el control sobre este transporte, el hecho real es que no existe ninguna vigilancia policial lo que lleva a que desde las siete de la tarde el vehículo de servicio público haga parada justo antes de acceder al barrio cubriendo únicamente la ruta exterior, es decir, sin atravesar la calle San Daniel ni el corazón de este núcleo poblacional.
¿Quién falta a la verdad? Con fotografías se demuestra la secuencia completa desde que el bus llega a la parada ubicada en el Puente Quemadero hasta que sube la carretera próxima a los campos de fútbol.
Lo hace sin esa UIP que, insiste la delegada Cristina Pérez, nunca se retiró y siempre los acompaña a modo de escolta. Esto lleva a que el conductor en vez de entrar en la barriada, bordee la rotonda y emprenda ruta por el exterior dejando allí a los usuarios que tienen que acceder andando a su barrio.
“La Policía Nacional sigue prestando servicio en la línea 8”, ha dicho esta mañana la delegada. Con estas fotografías se aprecia a la perfección que en ningún momento aparece ese CNP que según Delegación ejerce la cobertura. Como dicen irónicamente los trabajadores, “deben estar camuflados porque no los vemos”.
¿Cuál es el resultado? Que los vecinos del Príncipe se quedan sin el servicio público y tienen que entrar andando hasta sus viviendas, desde ancianos hasta familias.
“No podemos restablecer un servicio que nunca hemos quitado”, ha insistido esta mañana Pérez. Es evidente que no hay servicio a una hora, las siete de la tarde, cuando los conductores se niegan ya a entrar en el barrio porque es a partir de ese momento cuando se producen las agresiones de acuerdo con los informes de seguridad efectuados.
En un principio, la UIR de la Policía Local estuvo prestando estos servicios provocando quejas en el seno del cuerpo municipal al tratarse de unas funciones propias de seguridad ciudadana y por tanto no de su competencia.
Después se retiró bajo el argumento de que no había incidentes. El sábado pasado se produjo un apedreamiento que afectó a la línea 4 a su paso por esta zona. Los conductores se niegan a seguir trabajando en estas condiciones mientras los vecinos del barrio protestan por verse discriminados, sintiéndose víctimas de la acción de individuos que causan daño también al propio barrio.
¿Quién le pone el cascabel al gato? Delegación dice que la UIP está escoltando, los vecinos, trabajadores y la propia realidad de unas imágenes obtenidas esta misma tarde demuestran que, al menos a las siete de la tarde, no están.
Mañana está prevista una reunión para abordar las soluciones que se deben adoptar.
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