D esde el 1 de julio todos los establecimientos están obligados a cobrar a sus clientes las bolsas de plásticos que habitualmente les daban gratis. Esta medida se ha tomado para evitar que las bolsas de plásticos sigan contaminando las playas y montes, pues gran parte de las bolsas de plásticos que se usan terminan esparcidas por la ciudad, montes y playas. La contaminación es brutal, ya que el plástico tarde años y años en degradarse, y además es muy contaminante.
Las bolsas de plásticos, así como otros muchos residuos que terminan en el mar, son responsables directos de la muerte de infinidad de especies animales que habitan en el mar. Los montes no es que se libren de que mueran bastantes animales como consecuencia directa de las bolsas de plásticos, así como de otros muchos residuos.
Bueno sería saber quiénes son los encargados de velar en Ceuta por hacer cumplir que las bolsas de plástico las cobren en los comercios y no las sigan regalando.
De antemano, decir, que en nuestra querida Ceuta, “ciudad chiquitita y marinera”, como diría Juan Vivas, solo hay que darse una vuelta por los establecimientos para presenciar que una gran mayoría pasan de todo y no las están cobrando, es decir, no están cumpliendo el real decreto que el Consejo de Ministros aprobó por el que se prohíbe que los comercios regalen las bolsas de plástico.
No es una gran solución para el medio ambiente que las bolsas se cobren, más bien de poco vale, pero algo es algo. La solución sería prohibir su fabricación cuanto antes mejor, y que se fabriquen otras que sean de un material biodegradable. No sería de extrañar que los intereses económicos de las grandes empresas de fabricación bolsas de plásticos estén primando sobre el medio ambiente, ya se sabe que el dinero mueve y corrompe a las personas.
De seguir por el camino que vamos, el mar terminará siendo, en parte ya lo es, un gran cementerio de plásticos dónde la contaminación acabará con todo los seres vivos.