La frontera del Tarajal afrontó este martes una nueva jornada de restricciones, lo que no hace sino incrementar la tensión que se está gestando a ambos lados del espacio fronterizo. Es un auténtico embudo, el filtro es tan exhaustivo que solo consiguen entrar quienes tienen contrato de trabajo o aquellos residentes con visado. Se aplican normas verbales cuyo sustento legal resulta complicado, imposible de encontrar: sin visado, no hay pase. La historia se vuelve contra aquellos residentes marroquíes que estaban exentos del mismo para cruzar a Ceuta, como es el caso de los tetuaníes.
Cada día se repiten las mismas escenas. Curiosamente la Delegación del Gobierno, al ser preguntada por los medios de comunicación sobre estas medidas, negó que se estuvieran produciendo, cuando el día a día demuestra todo lo contrario. La Policía Nacional sostiene los rechazos que aplica en frontera en las órdenes de la Delegación del Gobierno: no se accede a Ceuta si no cumplen una serie de requisitos. En el lado marroquí, las escenas diarias de acumulación de personas se repiten todos los días. Y lo peor, la tensión cada vez es mayor. No lo es solo en Marruecos, sino también en Ceuta.
De momento lo único que se conoce es el anuncio de una cacerolada la semana próxima ante la Delegación del Gobierno, aunque no se descarta que haya más actos de protesta.
De las últimas reuniones mantenidas con las autoridades no se ha obtenido nada en claro. A la suspensión del porteo -que presumiblemente volverá en unos días- se añade esta asfixia sobre personas a las que se les impide entrar por una frontera aunque tengan su pasaporte y sin que se haya anunciado por parte del Ministerio de Interior o de Asuntos Exteriores regulación o cambio alguno a pie de frontera que anule o modifique el contenido de los acuerdos históricos recogidos entre España y Marruecos.
Es el lugar que no existen ni derechos ni nada parecido solamzente estan a merced, de "mongoles"