Queremos agradecer de corazón las enormes muestras de afecto y respeto
hacia Omar, nuestro amado padre. Nos consuela saber que llegó a este mundo y derrochó cariño y amistad a manos llenas hacia familiares y amigos, se integraba con facilidad destacando por su cercanía como persona. Su impetuosa adolescencia en Ceuta, los años durante su juventud en Valencia donde vivimos los primeros años de la transición, aún mantengo en mi retina la imagen asomada al balcón siendo muy pequeñita viendo pasar los tanques militares por las calles de Valencia durante el golpe de Estado en 1981. Por aquel entonces nuestro padre viajaba a menudo en avión entre Valencia y Rabat, y allí se instaló durante unos años trabajando en negocios familiares para al final regresar a Ceuta, donde hubo un tiempo en el que sus bocatas se hicieron populares. Nuestra hora de llegada y despedida está escrita en el destino, y nuestro querido y respetado padre es ahora libre de todo lo mundanal. Nacido en Ceuta, acudió al Consulado Español de Tetuán, a la Embajada Española y a la delegación de Ceuta, pero quien decide tener las fronteras cerradas aun en circunstancias extremas se escapa a nuestro entendimiento. En el caso de Marruecos y el control de la pandemia, no se explica en qué puede afectarles que los ceutíes abandonen el país por la frontera. Es incomprensible y desconocemos si esto se ha dado en otros países. El Gobierno Español por su parte debería ser rotundo para exigir con firmeza el regreso de los ceutíes por la frontera, con el correspondientes test nada más entrar. Es obvio que existe un problema con la frontera anterior a la pandemia. El Consulado Español indica las pautas básicas pero no es fácil contactar con ellos. Los viajes de repatriación en ferry se realizan espaciados en el tiempo y toca esperar. Nos gustaría aclarar lo acontecido puesto que se denunció también su situación en Marruecos. Cabe resaltar que Omar, siendo un hombre humilde, era un hombre muy trabajador, con una vida estable, familiares trabajando en Ceuta, la península y extranjero, contando también con sus primos de Rabat con una posición muy holgada los cuales no pudieron acudir a Tetuán por el bloqueo de carreteras, por lo tanto no fue determinante el asunto económico para tratarse en Marruecos, sino una serie de estrictas medidas implantadas en medio de una pandemia, atrapado en otro país, con una salud débil y lejos de sus habituales tratamientos y con un valioso tiempo en su contra. Todo discurrió dentro de un cúmulo de circunstancias, era un hombre fuerte en su juventud pero en los últimos años fue intervenido del corazón, requería revisiones y equilibrar su medicación según su evolución, diabético y con una dolencia que le habían detectado recientemente en el pulmón, debía acudir a una nueva cita tan solo días después del bloqueo para decidir el tratamiento a seguir, pero ya no pudo regresar. La siguiente oportunidad para que los españoles regresaran por la frontera fue muy apresurada y limitada.
La cronología de tres meses atrapado
Sorprendido en medio de una pandemia, continuó con su medicación habitual del corazón a la espera de conseguir otra cita con el neumólogo nada más regresar a Ceuta. Quién podía imaginar que después de casi tres meses el acceso continuaría cerrado, con mínimas fechas de repatriación y enormes listas de espera, algún vuelo y enrevesados trayectos de regreso a Ceuta en ferry. Cuando al mes y medio se le acabaron los medicamentos, acudió a la consulta de un cardiólogo, tuvo que comenzar a realizarse pruebas cuando el simple hecho de ir desde Rincón a la consulta en Tetuán se convirtió en una odisea. El siguiente paso al neumólogo, pero su salud comenzó a debilitarse, la dolencia pulmonar que le detectaron recientemente en Ceuta, derivó en un cuadro de principio de neumonía y comenzaba a afectar a su ya maltrecho corazón. Con su historial en otro país y doctores esperando en Ceuta para continuar con su seguimiento y tomar decisiones en los siguientes tratamientos y sin atisbos de apertura de frontera, hace más de dos semanas comenzamos a enviar decenas de emails, todo se debía solicitar por internet y las respuestas se recibieron días más tarde. La respuesta de la delegada del gobierno de Ceuta, vía email fue referirnos a rellenar el formulario del ferry, se les recalcó a todos que era de extrema gravedad, obtuvimos siempre la misma respuesta, rellenar el formulario de Balearia y esperad a que os llamen. Se solicitó al Consulado que al menos en el barco pudiera contar con garantías de cuidado en su traslado y respondieron que no podían asegurarlo. Los días pasaban y nuestra esperanza era poder coger el ferry y llegar a Málaga o Granada, evitando el trayecto de bajada hasta Algeciras, a una de estas ciudades donde sus médicos habituales enviarían su historial y estando cerca de familiares en la península podrían controlar su evolución, pero ya era tarde. La madrugada del viernes al sábado su salud empeoró de golpe en cuestión de horas. A primera hora del sábado se le llevó a una clínica donde dijeron que necesitaba un respirador, según ellos se habían requisado y llevado a otras zonas de Marruecos donde estaban los mayores casos de Covid19, puesto que en la zona de Tetuán la pandemia estaba controlada. En otra clínica nos dijeron directamente que los respiradores era una necesidad enfocada a casos de Covid19, fuimos a un hospital, llevábamos radiografías y pruebas, una vez encamado nos dijeron que pasaría el doctor para tratarle. Las llamadas y whatsapps al Consulado durante el sábado por la mañana no recibieron respuesta hasta última hora de la tarde. Su situación de salud era ya bastante delicada pero Omar lo llevaba con sabiduría y calma, con su habitual forma de ser y a pesar de su gravedad, todo el transcurso desde principio a fin, lo llevó con serenidad. El médico seguía sin aparecer , algún enfermero para ponerle oxígeno y suero, y se acercaba la noche. Nos pusimos en contacto con periodistas en Marruecos y se hicieron eco de la situación, en una hora entró el médico excusándose por la tardanza, según dijo estuvo muy ocupado, pero la realidad es que vino acompañado por un policía. Comenzaron a tratar a Omar. El consulado nos llamó diciendo que intentarían ver qué ocurría con su situación médica al día siguiente, domingo, porque debíamos entender que era fin de semana, palabras textuales, y fue cuando decidimos contactar a El Faro de Ceuta para dar a conocer la situación, publicando al momento la misma noche del sábado. Se insistió muchísimo sobre su situación a ambos lados de la frontera, aún se encontraba estable dentro de su cuadro clínico cuando hace más de dos semanas comenzamos a llamar a todos los lados y enviar decenas de emails a diferentes sitios, todo se debía solicitar por internet. El domingo por la mañana, llamamos de nuevo al consulado y no contestaron, sobre las dos de la tarde nos devolvieron la llamada y dijeron que el hospital les había afirmado que estaban dándole todo lo necesario , que si ya habíamos entregado los documentos solo cabía esperar que nos llamase la naviera. Al oír esto les dijimos que estaba empeorando por momentos y que estaba en riesgo mortal. Omar lo llevaba con tranquilidad sin aspavientos por su forma de ser, y es que incluso en su estado el rostro de Omar no se deterioró, tenía una luz increíble en su rostro y un brillo en sus espabilados ojos que impresionaba. Esa misma tarde de domingo llegaron dos médicos enviados por sus familiares de Rabat para conocer la situación de Omar, y nos confirmaron que ya estaba muy grave, falleciendo horas después.
"Muy orgullosos de ti"
Intentamos todo lo que estuvo a nuestro alcance, pero se perdió un tiempo muy valioso desde el momento en que comenzamos a pedir atención y en una situación insólita en mitad de un estricto confinamiento en Marruecos. Ahora nos consta que las listas de repatriación son de miles, es lenta, cabe imaginar lo que las personas sin medios deben estar pasando. No es un viaje trasatlántico, no se debería tardar meses en repatriar el total de atrapados en Marruecos, un país que está justo al lado. Quizás hubiera resistido un poco más con la continuidad y el seguimiento particular de sus doctores de siempre y tratamientos adaptados a él, nos quedará la duda, solo Dios lo sabe y así lo marcó el destino.
Días antes del bloqueo, Omar estaba al pie del cañón en la cafetería familiar las 2HH en Hadú, porque le gustaba estar activo, siempre fue muy activo y trabajador. Decía que la falta de actividad por el confinamiento le estaba haciendo mucha mella. Era un hombre bello por dentro y por fuera, se fue tranquilo y en paz, cariñoso y educado hasta en sus últimos momentos, incluso él nos tranquilizaba a nosotros, estuvo cuerdo y calmado hasta el final. La tarde del domingo en la que cayó una impresionante tormenta de lluvia y granizo en Ceuta, se marchó con tranquilidad. Allah fue muy compasivo y generoso, se lo llevó con mucha suavidad nada más comenzar la llamada a la oración de las 6 de la tarde del 31 de mayo, fue enterrado en la intimidad con la presencia de algunos familiares y amigos. Se solicitó la repatriación, pero el Consulado Español de Tetuán dijo que no aseguraban que se pudiera realizar, y que de ser así serían trámites lentos y se realizaría en ferry. En alguna de nuestras eternas charlas, escuché a mi padre decir -este mundo es bello pero corrupto y confuso, llegada la hora despertaremos como de un sueño para presenciar la verdadera Realidad y su eterna Belleza-. Omar era un hombre humilde, respetuoso, culto, de trato fácil, con buen sentido del humor, abierto a todo tipo de culturas, conversador, cordial y amable. Un gran honor haber tenido la oportunidad de debatir miles de temas con él, sabía explicar todo con una sabiduría y una nitidez exquisita. Muy orgullosos de ti, de tu forma de ser y de tu valentía, calma y paz mientras agradecías a Dios por todo en tus últimos momentos, aun a sabiendas de que estabas en una situación difícil. Has pasado por este mundo dejando una bellísima huella tanto en familiares como amigos. Te echaremos muchísimo de menos, todos te echarán de menos, vivirás por siempre en nuestro recuerdo, amado por todos. Nos veremos al despertar, querido Omar, nuestro amado y bellísimo padre.