“Queremos que se haga justicia, porque lo que han hecho con mi niño lo pueden hacer con otro”. Quien así habla es Fatima, una madre que se encuentra destrozada tras haber tenido que enterrar a su hijo con solo 16 años de edad y sin una explicación a la que poder agarrarse para entender lo ocurrido.
La madrugada del pasado viernes Yusef I.A. recibió un tiro en la cara y horas después fallecía en el Hospital Universitario, una noticia que sorprendió a todos ya que “no tenía problemas con nadie, no sé por qué ha sido. Iba con gente buena y tranquila”, añade su madre. Por ello, esta familia residente en la calle Doctora Soraya de la barriada Príncipe Alfonso espera que el Cuerpo Nacional de Policía avance en sus investigaciones y pueda detener al autor de los hechos. Para ello, los agentes cuentan con la identidad del presunto agresor, quien actuó a cara descubierta. Ahora, a su familia solo le queda la esperanza de que se produzca esta detención y que la gente sepa que Yusef era un buen chico. “Era muy bueno, cariñoso y bromista”, apunta Fatima, para añadir que el joven “era muy querido por todos”. Prueba de ello era el importante número de vecinos y amigos que acudió el pasado viernes a este domicilio familiar al enterarse de lo ocurrido y también al entierro, que se produjo esa misma tarde en el cementerio musulmán de Sidi Embarek. Yusef era uno de los seis hermanos de esta familia encabezada por Said y Fatima. Iba a estudiar el próximo curso electricidad en el I.E.S. Abyla, siendo “un buen alumno”, un hijo que nunca les había dado problemas y nunca habían recibido quejas de algún profesor por él. “Tenía sus cosas, como todo el mundo, pero era un niño muy bueno”, afirma su madre con voz tenue. Entre sus aficiones, el fútbol, un deporte que se le daba bastante bien. “Le gustaba mucho jugar al fútbol”, añade uno de sus hermanos. En sus ratos libres también solía comprar chucherías en una tienda que se encuentra debajo de su casa y se las comía en el barrio tranquilamente. Uno de los tenderos de la calle Doctora Soraya también le recuerda como un joven “educado, noble y tímido”. Esta definición es un ejemplo del recuerdo que tienen de Yusef los vecinos consultados por este medio, quienes añaden que era de una familia “muy noble” y que “te puedes esperar que le pase a otro –este desenlace–, pero a él no. Era el menos indicado para morir así”, apunta una vecina. Los residentes en la zona dicen estar hartos de la inseguridad que hace tiempo se instaló en este barrio y que se ha cobrado ya varias víctimas mortales por heridas de bala. Quieren una solución. “Queremos que se busquen las armas en las casas, porque hay muchas y quitándolas de la circulación se acabaría el problema”, afirma un vecino. “Con solo 16 años y sus padres lo han perdido. Es muy fuerte eso. No lo quiero ni pensar”, apunta un vecino que asegura que conocía al joven fallecido y era “un buen chico que no se metía en problemas y siempre saludaba con educación”. El entierro del joven se llevó a cabo la misma tarde del viernes, ya que al no ser una muerte natural, haberse practicado la autopsia y contar con la licencia del juez, no era necesario esperar las 24 horas, tal y como explicaron a este medio desde la funeraria musulmana. Ahora, las personas cercanas a Yusef solo esperan que el trabajo policial de sus frutos y el autor del disparo que acabó con la vida de este menor sea detenido. También quieren que cese ya esta violencia que en los últimos años se ha cobrado ya la vida de varios vecinos de esta barriada de la ciudad autónoma.