Es la gran pesadilla para el
Cuerpo de Bomberos pero, además, supone un grave problema enquistado en Ceuta al que no se le ha puesto remedio. Las quemas indiscriminadas de vehículos, contenedores y basuras no cesan. Muy al contrario, cada año rompen las estadísticas y nos lleva a ocupar los primeros puestos en todo el país. En los foros políticos no se habla ya del tema, ni se anuncian los manidos grupos de trabajo, pero el problema no solo persiste sino que se complica. En prácticamente medio año que llevamos consumido este 2021, ya casi se superan las quemas registradas en todo 2020.
La situación es la siguiente. En todo el año pasado se quemaron 163 vehículos y en lo que llevamos de 2021 han quedado calcinados 114. En cuanto a los
incendios de basuras o de contenedores, en todo el año 2020 fueron 236, mientras que en lo que llevamos de 2021 son ya 204, de acuerdo con los datos oficiales facilitados a
El Faro de Ceuta.
En cualquier otra ciudad de España esta estadística provocaría no solo una reacción inmediata, sino eficiente. Las respuestas dadas a los titulares de presión mediática no sirven porque no son efectivas. Y en Ceuta, la solución que se ha dado de crear grupos de trabajo para intentar hacer controles con agentes de paisano al objeto de impedir estas quemas premeditadas no funciona como debiera.
Una situación que desconcierta a los propios integrantes del SEIS
En el Cuerpo de Bomberos no solo existe un absoluto desconcierto ante esta situación, sino que además se teme que pueda haber un problema de envergadura si esas quemas afectan a viviendas o si se producen apedreamientos graves, como los que se topan los integrantes del SEIS cuando acuden a determinados puntos de la ciudad.
Pero es que a esto se suma la cantidad de bombonas de butano de Marruecos que se están encontrando. No son hallazgos casuales, al contrario. Y a pesar de las advertencias públicas de Bomberos, a pesar de que existe un servicio de recogida para evitar males mayores, quienes poseen estas botellas que ya no pueden recargar en el vecino país, las terminan arrojando a cualquier vertedero incontrolado que puede ser pasto de las llamas.
Bomberos advierte del grave peligro que puede producirse, de las explosiones que pueden generarse, pero aún así falta concienciación ciudadana para controlar la situación.
“El peligro es que contengan gas. Pueden tener poco, mucho o estar llenas. Lo que ocurre es que con el calor aumenta el volumen del gas, algo que en principio no tendría por qué ser importante porque las botellas están preparadas para unas ciertas temperaturas, pero ambientales. ¿Cuándo se nos presenta a nosotros el problema? Cuando las encontramos en zonas incendiadas. Si una llama en un basurero o en un vertedero incide directamente sobre la chapa se puede reblandecer por acción de la poca o mucha presión que tenga y del calor que pegue en la chapa. Puede producirse una fractura de esta y entonces sí que tendríamos un problema. Dependiendo del nivel de gas que tenga, podemos tener una pequeña deflagración, una detonación que haga que se desprenda una de las partes y tengamos un proyectil, que entonces ya sí que sería verdaderamente problemático”, explica la Jefatura del SEIS a FaroTV en un reciente reportaje. Nada ha cambiado desde entonces.
Ceuta, a la cabeza de una mala estadística
El pasado mes de marzo se reunía la Junta Local de Seguridad para abordar precisamente el incremento de incendios provocados de coches y contenedores. La decisión adoptada fue la de crear un grupo de trabajo que tuviera como objetivo coordinar todas las acciones. Además se quería contar con la colaboración de asociaciones de vecinos para evaluar de manera periódica lo que estaba pasando. No es solución válida porque lejos de frenarse las estadísticas, estas van a aumentar y la situación va a ser mucho peor de lo que se esperaba. Ceuta es noticia a nivel nacional y no precisamente para bien, sino por soportar una acción delincuencial endémica.