Según nos dice la RAE, “Quemarse a lo bonzo” es “forma desuicidio mediante la cual el individuo acaba con su vida rociándose de algún tipo de líquido inflamable y prendiéndose fuego en público como forma de protesta o acción solidaria por algún motivo. El nombre proviene de los Bonzos, término empleado para denominar a los monjes budistas”.
Escribo este artículo hoy, 20 de agosto del año del Señor 2022, mientras España es pasto de las llamas.
Se nos queman los bosques, las casas, la fauna, nuestros animales, las arboledas escondidas y perdidas en lugares remotos pero encontradas por las llamas.
Los montes acenizados son devorados hasta las entrañas y todo atisbo de vida manifiesta su dolor en un mar de humareda que pinta de negro el cielo azul.
Nos arde el alma, nos quedan rescoldos encendidos por los vientos que no dan respiro ni trégua. Y la noche se ilumina de antorchas gigantes, esparcidas en largas cadenas, sembradas en un desorden caótico que van consumiendo el aire que respiramos.
Todos los veranos es la noticia, la misma y sempiterna noticia de todos los telediarios.
Vemos a los vecinos apagar el fuego a la desesperada, con mangueras improvisadas, con cubos, con ramas, a palazos. Vemos a bomberos atrincherados presos en un laberinto imposible de escapar, a los aviones cisterna, al ejército, a protección civil, a policías, a voluntarios, a los chamanes pidiendo la lluvia que no llega.
Mañana amaneceramos en el desierto, en la desolación, con lágrimas que expresen la impotencia, la ira, el desasosiego, el miedo y la esperanza desesperanzada en un mar de agonía mezclado con el olor a humo que impregna el paisaje de lo que fue ayer.
El filósofo Nietzsche pensaba que el hombre era un sarpullido que le había salido a la tierra. También Hobbes defendió la teoría sobre la naturaleza del hombre: " El hombre es un lobo para el hombre". Mientras tanto oímos a los expertos con el mismo mantra que, al parecer, no es escuchado por los gobiernos: el fuego se apaga en invierno.
La política tiene eso, se olvida de lo imprescindible; esconde en una alfombra la realidad vendiendo pócimas milagrosas a votantes desorientados por las soflamas de unos y de otros.
La legión de ciudadanos se agazapa porque al pensar en nuestros derechos olvidamos que cada uno de ellos implicaobligaciones cívicas, éticas, comprometidas con la sociedad que nos debe respaldar en todo momento. ¿Y si apoyamos la idea de la colaboración? parados, planes de empleo, personas que tienen prestaciones por su situación laboral, ecologistas o verdes, multados con penas de ofrecer servicios a la comunidad, idealistas, alumnos decididos a defender el futuro, cargos públicos, cientos y cientos de parlamentarios de todas las comunidades y asesores correspondientes.
Pero no es así, nos falta organizarnos, concienciarnos que nos vamos al garete ya mismo.
Hay otro infierno, otra guerra que nos desmoviliza y que sale rentable a los de siempre: los gritos independentistas en un homenaje a las víctimas de los atentados en Barcelona, las bofetadas cotidianas de la oposición y el Gobierno, los reproches de los unos a los otros y de los otros a los unos por lo que está pasando, la novedosa propuesta del ahorro de energía mientras despilfarramos a troche y moche en cada momento la energía que reclamamos…
Como cambiamos de sistema educativo sería positivo comenzar a arreglar la casa por la ventana. A partir del primer día en los colegios e institutos de Ceuta podríamos lanzar un reto: apagar ordenadores que no se están utilizando, reducir fotocopias, avisar de cisternas rotas, abrir ventanas y cerrar plafones, apagar bombillas y aparatos que consuman energía innecesaria, reciclar folios, hacer uso de las papeleras del Centro para concienciarnos de lo que significa la limpieza en todos los ámbitos, inventariar y aprovechar los cientos y cientos de libros de texto desahuciados por la LOMLOE. Y así, lo mismo nos salvamos porque el mundo mirará a Ceuta. Sólo nos queda, para justificar la necesidad de la Filosofía frente a los que piensan que no sirve para nada, que cada uno de estos Sócrates de Ceuta nos quememos a lo bonzo. Espero que nuestros sacrificios tengan sus frutos.